TEMA: MEDIO AMBIENTE
Revertir la alarmante pérdida de la biodiversidad une cada vez más voces de jefes de Estado. El bienestar y la vida del hombre dependen de su capacidad de proteger el mundo que lo rodea.
“Revertir la alarmante pérdida de la biodiversidad une cada vez más voces de jefes de Estado. El bienestar y la vida del hombre dependen de su capacidad de proteger el mundo que lo rodea”.
Es hora de poner en marcha la economía del siglo XXI, que lleve a la humanidad a prosperar de manera justa, equitativa, sostenible, en armonía con la naturaleza y todos sus recursos. El planeta tiene límites, continuar con su sobreexplotación es acentuar los efectos nefastos que la contaminación, el cambio climático y el exterminio masivo de especies tienen sobre la vida humana.
El compromiso firmado por 77 jefes de Estado, entre los que se cuenta el presidente Iván Duque Márquez, en la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas, para tratar de revertir la alarmante pérdida de la biodiversidad es un paso importante en la construcción de políticas globales, que seguramente tendrán su peso el próximo año en el COP15, por la biodiversidad, que se realizará en Kunming, China.
Desconcierta que los presidentes de algunas de las naciones más poderosas y responsables, en alto grado, de la contaminación planetaria se hayan negado a firmar el compromiso por la vida: Donald Trump, EE. UU.; Jair Bolsonaro, Brasil, y Xi Jinping, China, anfitrión de los diálogos mundiales sobre la biodiversidad en 2021.
Hay que detener el ciclo mortal del hombre contra la naturaleza poniéndola en el centro de la toma de decisiones de los Estados, apostarle a la transición por las energías limpias y renovables, patrones sostenibles de producción y consumo, economías circular y regenerativa, combustibles alternativos y la renaturalización de territorios diezmados por la acción irregular del hombre sobre los mismos.
La ciencia, los desarrollos tecnológicos, los esfuerzos públicos y privados por la creación de procesos de producción limpios, el acto del niño, que desde el hogar y la escuela aprende que el reciclaje es un ejercicio clave en la protección del planeta cuentan.
Todo aquello que les permita a los recursos naturales y la naturaleza misma regenerarse, aportando así los bienes y servicios que necesitamos para vivir sanos y en ambientes de calidad, deben aprovecharse.
La salud del planeta no admite compromisos de papel o grandilocuencias discursivas y huecas. Los informes científicos crecen en complejidad por el tamaño del desastre: el 60 % de los arrecifes del mundo está en peligro por exceso de pesca y prácticas destructivas, la vida silvestre desaparece por la deforestación para producir alimentos, la extensión de la agricultura y la potrerización y un millón de especies, animales y vegetales, están en peligro de extinción.
El informe “Planeta Vivo 2020”, del Fondo Mundial para la Protección de la Naturaleza, advierte que las poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido 68 % en todo el mundo, en los últimos 50 años, y 94 % en Latinoamérica. La acción irresponsable del hombre es la causa principal de esta depredación, la sigue el cambio climático, también generado por la especie humana.
Las consecuencias no son solo para la vida natural. El 60 % de las enfermedades conocidas y el 75 % de las nuevas enfermedades infecciosas, incluido el coronavirus y sus efectos devastadores sobre la salud pública, la economía y toda forma de producción y relacionamiento humano, son zoonóticas, que pasan de los animales al hombre, hecho que demuestra la íntima relación entre la salud del planeta y la humana.
La existencia y el bienestar del hombre dependen de su capacidad para proteger el mundo natural que le rodea, el COP15, 2021 debe convertirse en la oportunidad para que el hombre explore nuevos caminos por la defensa y salud del planeta. Es decir, por su propio futuro