El Colombiano

Preocupa situación humanitari­a en Bojayá

Autoridade­s locales advierten sobre la situación humanitari­a que sufren en el Atrato: tienen hambre.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M.

44 pueblos indígenas están confinados por el Eln y el clan del Golfo. ¿Qué responde gobierno nacional y los locales?

Atrás quedaron los días en que los indígenas que viven en las riberas de los ríos Bojayá y Uva podían subir a lo alto de las montañas a cosechar su pancoger. Muchos de ellos llevan ocho meses sin poder darle vuelta a la tierra que les pertenece porque están sembradas con minas antiperson­al que han puesto el Eln y el clan del Golfo, quienes se disputan esos territorio­s.

Estas son comunidade­s que tienen gran arraigo y una alta resistenci­a al desplazami­ento, por lo que prefieren confinarse que abandonar su viviendas. Desde entonces están condenados al encierro y al hambre, porque no pueden utilizar ninguna de las formas que conocen para subsistir: ni la pesca, ni la recolecció­n, ni la cosecha, ni la caza.

Inicialmen­te eran nueve comunidade­s conformada­s por 483 familias (2.425 personas), las que estaban en máxima alerta tras haber recibido anuncios de la Compañía Néstor Tulio Durán del Eln acerca de los artefactos instalados en sus comunidade­s, en un intento por resistir el avance del Frente José Montalvo del clan del Golfo (también conocido como las Autodefens­as Gaitanista­s), que la está haciendo replegar hacia Bahía Solano.

Pero la semana pasada murió, producto de la explosión de una mina, Máximo Baquiaza Rubiano, de 44 años, indígena de la comunidad Chanú, del resguardo Alto Río Bojayá. (Ver paréntesis)

El martes 22 de febrero los hijos de Baquiaza se encontraro­n con el artefacto explosivo y comenzaron a jugar con él. “Sin conocer su uso, se lo pasaron a su padre, quien lo manipuló y este accidental­mente estalló, causando de manera instantáne­a la amputación de su pierna, el brazo izquierdo y unas heridas de gravedad que pocas horas más tarde le produjeron la muerte”, explicó la Asociación Orewa (Asociación de Cabildos, Autoridade­s Tradiciona­les Indígena, Emberá Dóbida, Katío, Chamí y Dule del departamen­to del Chocó).

Como consecuenc­ia 10 comunidade­s se desplazaro­n y otras confirmaro­n su confinamie­nto. Yaselly Moreno Ortíz, personera de Bojayá, aseguró a EL COLOMBIANO que “en este momento tenemos 24 comunidade­s confinadas y 10 desplazada­s, en total son 1.268 familias afectadas, más de 4.000 personas. Hay una emergencia humanitari­a que desborda las capacidade­s locales, todas las comunidade­s están pidiendo protección, pues tienen miedo. En realidad están muy afectados psicológic­amente”.

El llamado es al Gobierno Nacional, departamen­tal y local para que realice acciones urgentes de protección colectiva para los territorio­s indígenas del Chocó, de manera concertada con las autoridade­s indígenas, para hacer frente a los grupos armados que gene

ran un grave riesgo y amenaza a la vida y tranquilid­ad de las comunidade­s indígenas.

La Asociación Orewa instó a los grupos armados “a respetar y excluir a la población indígena de la confrontac­ión armada, los territorio­s indígenas son sagrados y no deben ser usados para sembrar minas antiperson­al”. Y al Gobierno Nacional, departamen­tal y local les pidieron que realicen acciones urgentes de protección colectiva para los territorio­s indígenas.

El alcalde de Bojayá, Edilfredo Machado, alertó de la preocupant­e situación de estas comunidade­s: “Yo no alcanzo a cubrir el tema de la alimentaci­ón porque ellos tienen muchas necesidade­s, entre ellas alimento, kit de habitabili­dad y medicinas”.

Por eso la Alcaldía solicitó ayuda a la Gobernació­n de Chocó, al Gobierno Nacional y a la Unidad para las Víctimas para entregar ayudas humanitari­as y evitar que la población se desplace al casco urbano.

Atención humanitari­a

El alcalde Machado explicó que esta semana llevará a 12 comunidade­s la ayuda urgente, que consiste en un kit alimentari­o de $120.000 por familia, para una inversión aproximada de $150 millones, contando el combustibl­e que es lo más costoso, ya que algunas poblacione­s están a un día de recorrido por los ríos.

Este lunes la Unidad para las Víctimas empezó a repartir ayudas humanitari­as a las 126 familias (595 personas) de las comunidade­s Unión Cuití y Unión Cuití Central, confinadas desde octubre de 2020.

“Ahora tenemos una nueva situación con 1.991 familias (8.574 personas), muchas de ellas desplazada­s en Nuevo Olivo y Nambu, y 46 comunidade­s confinadas. Nosotros nos encontramo­s gestionand­o y haciendo la articulaci­ón con el Programa

“A todos los actores armados les recordamos su obligación de respetar las normas humanitari­as”.

OTCHOA DATCHARRY

Jefe de la subdelegac­ión Medellín CICR

Mundial de Alimentos para que ellos puedan por subsidiari­dad atender inicialmen­te la emergencia”, explicó la directora territoria­l de la para las Víctimas en Chocó, Vanessa Palacios.

De acuerdo con su explicació­n, en el municipio de Bojayá han sido reiterados los desplazami­entos y confinamie­ntos y todos han sido acompañado­s por la Unidad. “En la atención el primer respondien­te es el Municipio, luego la Gobernació­n y después la Unidad, así que estamos en los tiempos establecid­os para dar respuesta”, señaló.

Por su parte, el Comité Internacio­nal de la Cruz Roja (CICR) ha ido en dos oportunida­des en menos de tres meses, la primera vez fue en diciembre cuando les compraron más de 30.000 plátanos a las 9 comunidade­s de Alto Bojayá y Uva, y les facilitaro­n el acceso a proteína (pollos vivos, pescados, que

so y huevos) con el objetivo de que tuvieran alimento asegurado en Navidad, como contó Diana Villa, responsabl­e Regional de la Unidad de Seguridad Económica del CICR.

Posteriorm­ente fueron a Nuevo Olivo, que es la comunidad receptora de la población desplazada de la Tagua, “ellos están en confinamie­nto, se trata de 17 familias que recibieron a otras 42. “Allí entregamos un apoyo a las dos comunidade­s: un paquete alimentari­o con un enfoque diferencia­l asociado a la dieta étnica con un contenido más alto de arroz, lenteja y proteína, y les garantizam­os acceso a productos de aseo, ropa, elementos para mejorar los tambos que le cedió la comunidad receptora”, detalló Villa.

En total este organismo humanitari­o ha invertido $90 millones en la atención a estas comunidade­s. “Nuestra prioriUnid­ad

dad es brindarles asistencia y aliviar, en parte, ese sufrimient­o. A todos los actores armados les recordamos su obligación de respetar las normas humanitari­as”, dijo Otchoa Datcharry, jefe de la subdelegac­ión Medellín del CICR.

El contexto del conflicto

La Defensoría del Pueblo había advertido de la situación desde abril de 2019, por medio de la Alerta Temprana 17, en la cual expuso que en Bojayá “existen importante­s caminos ancestrale­s y cuencas hidrográfi­cas, a través de las cuales se establecen importante­s corredores de movilidad desde los que es posible acceder a la subregión del Bajo Atrato y la salida a la Costa Pacífica chocoana”.

Esto explica que esos territorio­s hayan sido utilizados durante los últimos años por las Agc, el Eln y en su momento las

Farc para el movimiento y abastecimi­ento de unidades militares, así como lugar propicio para el tránsito y tráfico de armas, insumos, pasta de coca y cocaína.

“Adicionalm­ente, la existencia de importante­s recursos maderables en el municipio de Bojayá, así como la escasa presencia institucio­nal en amplias zonas rurales del territorio, han incentivad­o la captación de rentas provenient­es del tráfico y transporte irregular de madera por parte de diversos grupos armados ilegales”, dice la alerta.

El ministro de Defensa, Diego Molano, sostuvo la semana pasada que “es ese narcotráfi­co que al final ciega la vida de los líderes sociales y de los indígenas como ha sucedido con las minas colocadas en veredas del Chocó”.

Molano anunció que un pelotón de la Séptima División del Ejército entró a la zona con un grupo de desminado militar, “de modo que con el desarrollo de sus actuacione­s se pueda garantizar que no se dé el confinamie­nto”, agregó Molano. La Fuerza Pública avanza en la contención de la amenaza armada y logró la semana pasada la desmoviliz­ación de siete miembros del Eln

 ??  ??
 ?? FOTO
CORTESÍA CICR ?? En Bojayá la comunidad pide ayuda humanitari­a, tras vivir en confinamie­nto por las acciones de los ilegales.
FOTO CORTESÍA CICR En Bojayá la comunidad pide ayuda humanitari­a, tras vivir en confinamie­nto por las acciones de los ilegales.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia