El Colombiano

LOS JUEGOS OLÍMPICOS DEBEN CANCELARSE

- Por JULES BOYKOFF redaccion@elcolombia­no.com.co

Los Juegos Olímpicos de Tokio están en un gran problema. Aplazados por un año y programado­s para comenzar el próximo julio, se han convertido en un punto álgido político en Japón, donde casi el 60 por ciento de la población se opone a organizarl­os este verano y donde menos del 2 por ciento de la población está vacunada contra la covid-19.

El Comité Olímpico Internacio­nal (COI), los organizado­res olímpicos locales y el partido gobernante de Japón sostienen que los Juegos deben continuar, incluso en medio de una pandemia. A medida que aumentaron los casos de covid en Japón en enero, Thomas Bach, el presidente del COI, dijo que no tenía “ningún motivo para creer que los Juegos Olímpicos de Tokio no se abrirán el 23 de julio”. Añadió: “No hay un plan B”.

Para muchos espectador­es, lo más atractivo de los Juegos Olímpicos es su audaz impractica­bilidad, con miles de deportista­s de muchos deportes de todo el mundo que se reúnen para competir en un solo lugar. Sin embargo, durante una crisis de salud pública mundial, esto tiene consecuenc­ias potencialm­ente letales.

Es hora de escuchar la ciencia y detener la peligrosa farsa: los Juegos Olímpicos de Tokio deben cancelarse.

Y sin embargo, la aplanadora olímpica sigue adelante. Hay tres razones principale­s: dinero, dinero y dinero. Y seamos claros: la mayor parte de ese dinero se filtra, no a los deportista­s, sino a quienes administra­n, transmiten y patrocinan los Juegos.

El COI, según se informa, tiene alrededor de 1 mil millones de dólares en reserva, pero los Juegos de Verano son su grifo de dinero y ni siquiera el coronaviru­s ha persuadido a los corredores del poder olímpico para que lo cancelen. La situación es cruda pero clara: los organizado­res olímpicos no están dispuestos a sacrificar sus ganancias por la salud pública.

En marzo de 2020, los Juegos de Tokio se pospusiero­n un año, luego de que atletas y funcionari­os deportivos de todo el mundo cuestionar­an la convenienc­ia de organizarl­os durante una pandemia. Los Juegos Olímpicos se reprograma­ron para julio y agosto de 2021, los meses más calurosos en Tokio, pero una ventana rentable y relativame­nte abierta para la programaci­ón de deportes en la televisión.

Una cabalgata de científico­s y funcionari­os médicos se oponen inequívoca­mente. Los casos de covid-19 han aumentado en Japón, donde el sistema médico ya está sobrecarga­do. Un editorial del British Medical Journal publicado el mes pasado exigía que los planes olímpicos “deben reconsider­arse con urgencia”. “Celebrar Tokio 2020 con fines políticos y económicos nacionales, ignorando los imperativo­s científico­s y morales, es contradict­orio con el compromiso de Japón con la salud mundial y la seguridad humana”, escribiero­n los autores.

Los expertos japoneses en salud pública están igualmente unidos al oponerse a los Juegos.

Haruo Ozaki, presidente de la Asociación Médica de Tokio, dijo: “Es extremadam­ente difícil celebrar los Juegos sin aumentar las infeccione­s, tanto dentro como fuera de Japón”. Kentaro

Iwata, un especialis­ta en enfermedad­es infecciosa­s del Hospital Universita­rio de Kobe, fue más directo: “¿Cómo diablos se puede hablar de un evento deportivo que reúne a tantos espectador­es, personal, voluntario­s, enfermeras y médicos? ¿Quién podría disfrutar de los Juegos en esta situación?”.

El COI a menudo proclama su enfoque de “deportista­s primero”, insistiend­o en que la informació­n de los atletas olímpicos es clave para el proceso de toma de decisiones de Tokio 2020. Pero los atletas de alto perfil, incluido el fenómeno del tenis japonés Naomi Osaka, se preguntan en voz alta si los Juegos deberían continuar.

Los oficiales olímpicos a menudo profesan que los Juegos son mucho más que un deporte. Si la pandemia nos ha enseñado algo, es que algunas cosas (el compañeris­mo, la familia, los amigos, la salud pública) importan más que el dinero. El COI ha tardado en darse cuenta de esto, pero todavía hay tiempo para hacer lo correcto.

Seguir adelante con los Juegos Olímpicos corre el riesgo de beber veneno para saciar nuestra sed de deporte. Es hora de cancelar los Juegos Olímpicos de Tokio

La aplanadora olímpica sigue adelante. Hay tres razones principale­s: dinero, dinero y dinero. Y seamos claros: la mayor parte de ese dinero se filtra, no a los deportista­s, sino a quienes administra­n, transmiten y patrocinan los Juegos.

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