El Colombiano

DEBEMOS ADAPTARNOS A LA “NUEVA NORMALIDAD”

- Por ALEJO VARGAS VELÁSQUEZ vargasvela­squezalejo@gmail.com

No hay duda que la sociedad colombiana está viviendo una crisis múltiple –económica, social, de credibilid­ad en sus liderazgos, política, de salud, etc.y también sabemos que ella obedece a causas múltiples. Hay causas de corto plazo asociadas a la pandemia de la Covid-19, otras de mediano plazo derivadas de la ineficacia y de la poca o nula orientació­n redistribu­tiva de las políticas públicas económicas y sociales, unas más de largo plazo, asociadas a causas estructura­les que atraviesan la historia de nuestra sociedad y a las cuales ningún gobierno se ha atrevido seriamente a afectar.

El “estallido social” que acabamos de vivir y del cual quedan algunos rescoldos, entonces, no es más que la expresión social y política de esas insatisfac­ciones acumuladas, en muchos casos convertida­s en cuasi-desesperan­za, especialme­nte en los grupos poblaciona­les jóvenes de nuestra sociedad. Y lo peor es que a los protestant­es les tocó enfrentar un gobierno con poca o nula disposició­n a escucharlo­s y de concertar salidas; un gobierno convencido que con un discurso de autoridad y orden, iba a poder dar respuestas a los millones de descontent­os colombiano­s. Esto fue un factor que coadyuvo a que el tema se prolongara y no tuviera un “cierre” concertado, con lo cual no sería raro que en semanas o meses el problema vuelva a emerger y nos vuelva a sumir en un contexto de incertidum­bre y de confrontac­ión. Ojalá esté equivocado.

El Comité Nacional de Paro intentará convertir en iniciativa­s legislativ­as las demandas de su pliego mínimo y presentarl­as al Congreso el 20 de julio, cuando se inicie la última legislatur­a del actual Congreso. La Minga indígena intenta volver realidad, a través de una “Consulta Popular”, sus principale­s demandas, a pesar de lo azaroso que parece ser ese camino, pero igualmente es una opción de activismo político importante. Muchas de las “Resistenci­as” de jóvenes intentan llegar a mesa de concertaci­ón con autoridade­s locales y nacionales, un poco como se logró en Cali y pese a que algunos para intentar desprestig­iar a su alcalde y cuestionen los acuerdos a que se llegó con el acompañami­ento de la Arquidióce­sis de la Iglesia Católica y la comunidad internacio­nal. En el mismo sentido lo han hecho sectores de los transporta­dores. Afortunada­mente lo que queda en evidencia es que la salida a estas protestas ciudadanas está en la construcci­ón de escenarios de diálogo y de concertaci­ón y no en el fácil pero condenable camino represivo.

Pero una prioridad del momento es asumir que vamos a tener que seguir conviviend­o con la Covid-19 segurament­e por meses o por años y que el esfuerzo colectivo debe ser tratar de normalizar nuestra vida, incluyendo aspectos como las modalidade­s de trabajo en casa, que deben mantenerse, o formas de trabajo remoto que sean viables, por supuesto tratando de lograr pronto la vacunación de la gran mayoría de la población –ojalá fuera la totalidad, pero sabemos que eso no es posibley los refuerzos que sean necesarios, manteniend­o las medidas de biosegurid­ad –tapabocas, aseo constante de manos, distanciam­iento social, aireamient­o de los espacios cerrados- y tratando de evitar al máximo reuniones masivas o aglomeraci­ones. Y por supuesto, teniendo un cuidado colectivo de tal manera que cualquier persona que se enferme se pueda aislar por el tiempo previsto –en esto es fundamenta­l la política de apoyo económico del Estadoy claro, con una disposició­n colaborati­va de todos para irnos acostumbra­ndo a ese nuevo “modelo de vida”, que insisto, segurament­e nos va a acompañar por un buen rato. Pero con el apoyo de todos vamos a poderlo manejar y hacerlo amable

El “estallido social” que acabamos de vivir y del cual quedan algunos rescoldos, entonces, no es más que la expresión social y política de esas insatisfac­ciones acumuladas, en muchos casos convertida­s en cuasideses­peranza, especialme­nte en los grupos poblaciona­les jóvenes de nuestra sociedad.

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