El Colombiano

UNA VERDAD INCÓMODA SOBRE WHATSAPP

- Por NAYANA PRAKASH redaccion@elcolombia­no.com.co

Si usted es uno de los 2.000 millones de usuarios de WhatsApp, hay muchas probabilid­ades de que en los últimos meses se haya enterado vagamente de que tiene que preocupars­e por su privacidad digital, en vista de la nueva política de privacidad de la empresa.

A principios de este año, los usuarios se encontraro­n con la preocupaci­ón de que sus mensajes se iban a compartir con Facebook, la empresa matriz de WhatsApp. Si bien eso no es así por el momento –los mensajes de WhatsApp están cifrados de extremo a extremo–, sí existen otros posibles motivos de inquietud por la relación entre WhatsApp y Facebook. Los mensajes siguen siendo privados, pero la empresa no niega que comparte los metadatos (los datos sobre datos) con Facebook. Y esto no es ninguna novedad.

WhatsApp ha tenido que hacer recienteme­nte un esfuerzo deliberado para explicar su configurac­ión de privacidad después de que se produjera un éxodo considerab­le de usuarios de la plataforma. Tras el anuncio de la nueva política, muchos usuarios se fueron a Signal y Telegram por miedo a que sus datos se compartier­an con Facebook. WhatsApp aclaró públicamen­te que la nueva política solo afectaría a los contactos con empresas, no las conversaci­ones personales, y que no iba a haber ninguna nueva recolecció­n de datos.

A primera vista, por tanto, no parece que haya motivos para sentirnos inseguros por nuestros mensajes. Pero el frenesí por la política de privaciEs dad recordó a la gente una verdad incómoda: WhatsApp pertenece a Facebook y la integració­n entre las dos plataforma­s va a continuar. Hoy existe poca diferencia entre ser usuario de Facebook y ser usuario de WhatsApp. Sin embargo, los que usamos otras aplicacion­es de mensajes cifrados, como Signal, sabemos muy bien que una red solo es útil y eficaz si tiene un número masivo de usuarios. Por eso es casi imposible abandonar del todo WhatsApp, que se usa en todo el mundo para negocios, relaciones sociales y comunicaci­ones políticas.

Siempre es bueno tener distintas opciones. Eso es lo que el monopolio de Facebook nos quita: la capacidad de escoger entre aplicacion­es y plataforma­s y de deshacerno­s de ellas cuando queramos. Y aunque quiero una plataforma fácil de usar, también quiero redes sociales interesant­es, experienci­as distintas y aplicacion­es innovadora­s. Cuando por fin abandone Facebook será, al menos en parte, porque se ha convertido en una plataforma aburrida y abarrotada, que reúne los productos que ofrecían sus rivales después de comprarlos en vez de construir algo completame­nte nuevo. Si queremos crear un panorama tecnológic­o que tenga en cuenta comunidade­s diferentes y distintas experienci­as de usuarios, no podemos seguir permitiend­o que sean las grandes tecnológic­as las que escriban la historia de las redes sociales.

posible que no todos estemos dispuestos a abandonar definitiva­mente las redes de Facebook, pero es importante que intentemos explicarno­s a nosotros mismos qué tipo de plataforma­s –o qué tipo de protocolos– queremos apoyar. Podemos y debemos ser capaces de pedir a las plataforma­s algo más que la mera garantía de que van a respetar la privacidad y la facilidad de nuestros mensajes

* Investigad­ora doctoral en el Instituto de Internet de la

Universida­d de Oxford.

WhatsApp pertenece a Facebook y la integració­n entre las dos plataforma­s va a continuar.

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