Juan Pablo, el antigalán que se abre paso en Hollywood
El actor colombiano lleva seis años radicado en Estados Unidos, donde le tocó iniciar desde cero.
Hace seis años Juan Pablo Espinosa decidió dejar atrás su exitosa carrera en Colombia, donde tenía nombre y reconocimiento, donde los canales de televisión lo buscaban muchas veces sin necesidad de hacer casting para ser el protagonista de sus novelas, para irse a Nueva York a comenzar su carrera desde cero.
Allí su trayectoria de más de 10 años en la actuación pasó a segundo orden y le tocó abrirse camino con personajes que solo tenían una o dos lineas o de simple figurante. Hoy, ya su nombre figura en los créditos principales de varias producciones de Hollywood (Ver Radiografía).
Actualmente, está en Vancouver, Canadá, rodando una serie para Netflix, mientras que el canal internacional Telemundo reestrenó la telenovela La Fan, la primera producción que protagonizó tras salir del país.
Desde Canadá, Juan Pablo, que es pintor, una pasión que heredó de su familia, habló con EL COLOMBIANO acerca de este momento en su carrera.
¿Qué sensaciones está experimentando con la repetición de La Fan?
“Es algo maravilloso, entre nostalgia y alegría, porque este proyecto lo hicimos con mucho amor y no imaginé que lo íbamos a poder volver a ver después de tantos años y sobre todo en un momento tan especifico como este, después de la pandemia y de días tan duros.
Poder reconectar con una comedia ha sido fenomenal, creo que todos estamos sedientos por este tipo de producciones, que nos podamos sentar con toda la familia a reírnos, a tener un buen rato, a gozar, a no pensar. Ha sido una bendición volverlo a ver desde esta perspectiva”
¿Qué recuerda de ese personaje, de ese galán tan particular en esa producción de Telemundo?
“Este galán es muy divertido es de las cosas que más me he gozado, siempre he dicho que me di permiso como actor de ir a ese lugar oscuro, donde el ego es el protagonista. Es muy rico también recordar que con Lucas me di la licencia de sobreactuar, me dio la oportunidad de no tomarme tan en serio el trabajo, de como decimos en Colombia, mamar gallo, de poder celebrar un poquito la ridiculez que hay en este medio, y ese ha sido uno de los privilegios más grandes que he tenido, me reí de principio a fin”.
¿Qué tan difícil es en la comedia no pasar a la caricatura?
“Cuando estábamos arrancando los ensayos me acuerdo que con Miguel Varoni, que fue nuestro gran director, estábamos tratando de encontrar un tono donde no pasará a la caricatura, sin embargo lo irónico es que el protagonista es lo más parecido a Johnny Bravo (el de los cómics) así que no había más de otra, entonces Miguel nos dijo que teníamos licencia de hacer lo que quisiéramos”.
¿Ese galán que pintaban en las telenovelas de antes cada vez está menos presente en las producciones?
“Sí y eso me encanta, porque crecimos con ese estándar del bueno o del malo, del rico o del pobre y eso está cambiando. El galán de antes era un tipo que generalmente no tenía opiniones, que lo montaban a un caballo y le quitaban la camisa y la piel le brillaba, pero gracias a Dios cada vez estamos viendo menos ese estereotipo, creo que en este proyecto en particular (La Fan) lo logramos a partir de la caricatura, porque detrás de ese personaje había un tipo inseguro, un niño chiquito que lo que quería era figurar”.
¿En algún momento de su carrera se sintió como ese galán que interpreta en La Fan?
No, conmigo sí se perdió esa platica, sobre todo porque crecí como el niño gordito que quería estudiar teatro, mientras que todo el mundo estaba corriendo detrás de un balón de fútbol. La figura de galán ha sido siempre una de las cosas que más risa me ha dado, la de tener que lidiar con ese título porque nunca lo he entendido. El único galán que me gustó fue el de Luis Carlos Galán que hice en la serie Narcos”.
Su carrera ya está en el exterior, ¿mira a Colombia, de pronto, por el retrovisor?
“No, Colombia jamás va a estar en mi retrovisor, Colombia siempre está en mi frente, Colombia es mi todo. Creo que en este momento le doy gracias a Dios que las oportunidades que estoy teniendo son mucho más internacionales, justo este año estuvimos negociando una oportunidad de volver a Colombia para hacer un proyecto, vamos a ver, Dios quiera, porque sí me hace mucha falta estar allá, extraño mucho mi familia, entonces siempre es bueno tener todas las puertas abiertas, pero también quiero aprovechar las oportunidades para llevar nuestro nombre en alto.
Vuelvo y lo digo lo importante es tener estas oportunidades para demostrar que en Colombia no solo tenemos fama de tantas cosas, sino que podemos tener el nivel y la excelencia de esta disciplina tan linda que es la actuación”.
¿Qué tan complejo ha sido ese proceso en Los Ángeles, cómo ha sido abrir camino?
“Ha sido duro, no puedo creer que ya vaya a cumplir seis años en este camino, porque primero llegué a Nueva York con una carrera de muchos años y me tocó empezar de cero, hay que reconocer con humildad que es necesario darte a conocer, hacer otra vez esos primeros pinitos, que tienes que aceptar ese papel de mesero que tiene solo tres líneas, pero todo ha sido muy lindo. La idea es no tomarse todo tan en serio, es disfrutar el momento, poco a poco vamos aprendiendo y me lo he gozado todo el tiempo”.
¿Siguió pintando, vinculado con el arte?
“Sí, sí, sí, justo cuando llegué a Canadá para grabar un proyecto grande estuve en cuarentena en un hotel (exigencia cuando se ingresa a ese país) solo durante 14 días y los de la producción me dicen ¿qué necesitas? y pedí pintura, así que literalmente estuve todo ese tiempo pintando, trazando...”