El Colombiano

EL CANTO DEL GALLO

- Por RAÚL E. TAMAYO GAVIRIA rtamayo@une.net.co

una reunión de amigos muy queridos en Copacabana, en la que hablábamos de todo y recordábam­os los viejos tiempos en Las Catas, con Jota Emilio Valderrama y Carmelo, las tertulias donde “Caldo de Ojo”.

De pronto alguien tocó el tema de una “fiducia” y una amiga ingeniera y muy apreciada, comentó espontánea: --¿Y quien es esa Fiducia? Todos nos reímos, por la inocente pregunta, pero hoy me recuerda que no todos tenemos la sincera inocencia de la ingeniera:

En los momentos en que el pueblo cubano se levanta inconforme y valiente. Desarmado y sin capuchas, sin palos y sin bombas molotov, a pedir libertad, a gritar “que viva Cuba libre”. Algo que no existe, sino en los bares, donde una cuba libre es un ron con Cocacola, tan común como un “mojito” con bastante yerbabuena.

Reclamar libertad, alimentos y ropa en una democracia, es muy fácil. Pero en una dictadura comunista es un acto de valor sin precedente­s. Algo que hay que admirarle a ese gran pueblo de José Martí, que es capaz de bailar con la Sonora Matancera, de Celia Cruz y

Daniel Santos. Capaz de componerle baladas al guerriller­o argentino, Che Guevara.

Cuando el pueblo engañado con la revolución de Sierra Maestra, porque Fidel nunca mencionó sus intencione­s comunistas, hasta que acabó con la república de Cuba, un país rico y próspero, manejado por un dictador pachanguer­o y dilapidado­r, pero no perseguido­r. Tumbó a Batista, pero acabó con Cuba en sesenta años de matar, robar y perseguir al pueblo cubano.

Y ahora, con toda esa valentía de los cubanos, sale el narco chafarote de Diosdado

Cabello en Venezuela a opinar sobre las protestas de Cuba en Camagüey y otras ciudades, al ver las fotos:

--“Qué va, chico, esa gente está es celebrando la Eurocopa”.

Solo la desfachate­z de un bruto dictador puede ignorar el coraje del pueblo caribeño, más alegre y valiente. (Ni qué preguntar por fiducia).

Fidel Castro cambió a Cuba, de gran productora y exportador­a de azúcar, licores y tabaco, en cuartel de entrenamie­nto de guerriller­os y seudo médicos espías, (como los de Venezuela) para exportar revolucion­es a países amigos. Recibió dineros de los bandidos que secuestrab­an aviones comerciale­s y todos terminaban en La Habana. Todo a costa de la pobreza y desprestig­io de su país.

Lo que primero hizo Fidel fue cerrar los periódicos libres, se apoderó de radio y televisión y puso su diario comunista Granma. Periodista­s, escritores, poetas, “al paredón” o la cárcel. Ahora no pudieron con las redes sociales.

Fue como el canto del gallo. El canto de la liberación. Ojalá triunfe la libertad de “Cuba libre”.

Ñapa. No hemos visto ni a la CIDH, ni a las Oenegés comunistas colombiana­s o europeas protestar por las libertades del pueblo cubano, ni por la escasez de alimentos. ¿Dónde están los Derechos Humanos de la ONU?

Ñapa 2. Me encantó la promoción del Departamen­to de Antioquia, como el segundo de Colombia en extensión de costa Caribe. Viva Urabá

Reclamar libertad, alimentos y ropa en una democracia, es muy fácil. Pero en una dictadura comunista es un acto de valor sin precedente­s.

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