CONTENER LA BUROCRATIZACIÓN, ¿SERÁN CAPACES?
Promete el gobierno nacional, para darle impulso a la reforma tributaria que radicará mañana ante el Congreso, que el gasto público se va a controlar y la burocracia estatal va a limitarse. El ministro de Hacienda dice específicamente lo siguiente: “Se contempla limitar el crecimiento de burocracia; se restringen las reestructuraciones a plantas de personal; se optimiza el pago de horas extras; se hace un congelamiento de vacantes; se controla el crecimiento de la adquisición de bienes y servicios, que no superen la inflación en 10 años; se camina hacia una reducción 50 % en gastos de viáticos, papelería, impresión, publicidad, vehículos, combustible; (…) se toma la decisión de avanzar en un proyecto de racionalización de esquemas de seguridad; y también se dan facultades para escisiones, fusiones, supresiones; así como se hace avance en el control de los contratos de prestación de servicio”.
Como se puede ver, algunos son puntos concretos, otros puramente deseos. De esos anuncios hemos oído mucho los colombianos. El Gobierno sabe que es año preelectoral, la voracidad parlamentaria es infinita y los proyectos se aprueban a cambio de contraprestaciones. Paralelamente, el propio Congreso ha aprobado aumentos de las nóminas en esas gigantescas y más bien inoperantes estructuras burocráticas llamadas Contraloría, Procuraduría y Defensoría del Pueblo. Miles de cargos nuevos. ¿Verá el ciudadano mejoría en el cumplimiento de los fines del Estado?