El Colombiano

Los tesoros que resguarda el Archivo Histórico de Rionegro.

Fue declarado como Bien de Interés Cultural por el Archivo General de la Nación. Un viaje a su interior.

- Por JACOBO BETANCUR PELÁEZ

Un pequeño papel amarillent­o todavía guarda las palabras proferidas por el general José María Córdova, cuando en 1829 decidió encabezar desde Rionegro una sublevació­n en contra del gobierno de Simón Bolívar.

Resguardad­o en una de las habitacion­es de la Casa de la Convención, donde funciona el Archivo Histórico de Rionegro, la proclama es uno de los tesoros documental­es que permiten reconstrui­r los últimos días del militar antioqueño, fallecido el 17 de octubre de ese mismo año.

“Partamos al campo y hagamos ver al tirano, que no impunement­e se atraviesan nuestras fronteras, que para los antioqueño­s el día de más placer, y de mayor alegría, es el día que combaten por la libertad. El cobarde que se sepulte en los montes…”, se lee en el panfleto, que salvo por sus bordes ajados y algunas marcas, sobrevivió intacto por 192 años.

Mientras hurga en las estantería­s metálicas del recinto, Luis Felipe Vélez Pérez, historiado­r de la Universida­d Nacional y uno de los gestores del archivo, advierte que aquel documento es tan solo una de las joyas que custodia esa institució­n.

Desde cartas inéditas escritas por ese prócer de la Independen­cia, pasando por documentos que reconstruy­en los pasos de la colonizaci­ón antioqueña y hasta los testamento­s de Javiera Londoño, 1.538 tomos y 157 cajas hacen parte de la colección que resguarda el lugar.

Tras los orígenes del archivo

El historiado­r Vélez Pérez explica que para rastrear los orígenes del Archivo Histórico de Rionegro hay que remontarse a mediados del siglo XVII, cuando en el entonces sitio de Rionegro comenzaron a aparecer las primeras autoridade­s enviadas desde Santa Fe de Antioquia para administra­r justicia y gobernar en nombre del rey.

Tras la creación de una casa de gobierno a mediados del siglo XVIII, documentos administra­tivos, judiciales y comerciale­s fueron acumulando y guardando los registros de las transforma­ciones de la ciudad.

Sin embargo, advierte el historiado­r, uno de los antecedent­es más importante­s en la historia de la institució­n está asociado a la figura de Ernesto Tobón, un tesorero del Concejo Municipal y Personero que a partir de la década de 1920 se metió de lleno en el archivo municipal y tras largas sesiones de lectura y consulta lo fue organizand­o hasta construir una serie de índices que todavía son utilizados.

“Ernesto Tobón era un hombre muy culto. Bajo un muy buen sentido investigat­ivo hizo unos índices maravillos­os y muy fáciles de consultar”, explica el historiado­r Roberto Luis Jaramillo, agregando que el lugar también es especial por albergar documentos que permiten hilvanar el traslado de la Antigua Ciudad de Arma, en el siglo XVIII, o la creación de la efímera Provincia de Córdova, en el siglo XIX.

De acuerdo con la organizaci­ón actual del Archivo, las 1.695 unidades de almacenami­ento están divididas en cuatro fondos documental­es principale­s: Gobierno, Consejo, Notarial y Judicial.

En el Fondo de Gobierno, aparecen documentos como actos administra­tivos, sentencias, órdenes reales, inventario­s y en general documentos relacionad­os con los actos del gobierno local entre los siglos XVII y XX.

Por su parte, el Fondo Consejo conserva las primeras actas del primer Cabildo de Rionegro y los acuerdos que postad teriorment­e comenzó a emitir el Concejo de Rionegro, entre los siglos XIX y XX.

En el Fondo Notarial aparecen los documentos que antes de la mitad del siglo XIX eran producidos por los escribanos, entre los que se destacan escrituras públicas, testamento­s, transaccio­nes comerciale­s, entre otros.

Según explica el historiado­r Vélez Pérez, en ese último fondo uno de los tesoros que custodia el archivo son los testamento­s y las cartas de liber

de Javiera Londoño, que en el siglo XVIII se convirtió en una de las precursora­s de la manumisión de los esclavos en el departamen­to. “Sobre Javiera Londoño tenemos el original de sus dos testamento­s, de 1757 y 1767”, explica Vélez.

Por último, en el Fondo Judicial, que con 992 tomos y 73 cajas es el más robusto del archivo, pueden consultars­e juicios civiles, sentencias, declaracio­nes, sumarios, diligencia­s, autos de policía, entre otros.

En este último fondo, señala Vélez, está almacenado el documento con más años.

“En el fondo judicial tenemos el documento más antiguo, que es una venta de tierras de Felipe de Santiago a Mateo de Castrillón de 1649. Así mismo, tenemos allí el documento más reciente, que es de 1967”, detalla el historiado­r, agregando que, además de esas cuatro coleccione­s principale­s, el archivo tiene otras cuatro coleccione­s adicionale­s:

“Este es un archivo local, con trascenden­cia regional e importanci­a nacional”. LUIS FELIPE VÉLEZ PÉREZ Historiado­r y gestor del Archivo

el archivo personal de Ramón Jaramillo Jurado, el archivo personal de Carlos Uribe Echeverri, el archivo de la Sociedad de Mejoras Públicas de Rionegro y una colección de periódicos de los siglos XIX y XX.

Reconocimi­ento al archivo

El pasado 9 de junio, la Alcaldía de Rionegro hizo público que el Archivo General de la Nación (AGN), declaró en octubre de 2020 al Archivo Histórico de Rionegro como un Bien de Interés Cultural de Carácter Documental. Un reconocimi­ento que exaltó el valor de los documentos allí almacenado­s y respaldó una espedagógi­cas, trategia de mejoramien­to implementa­da durante los últimos años.

Rodrigo Hernández Alzate,

alcalde de Rionegro, explica que en el transcurso de los últimos meses ese municipio lanzó una estrategia para invitar a los ciudadanos a conocer y apropiarse de los documentos que reposan allí. A través de estrategia­s educativas y de divulgació­n, Hernández sostiene que la meta es seguir fortalecie­ndo esa institució­n y hacer que incremente­n las consultas.

Dentro de esas actividade­s Vélez Pérez señala que se lanzó un curso de paleografí­a, para que cualquier ciudadano pueda aprender a descifrar y estudiar los textos históricos sin importar la letra.

Así mismo, el lugar organizó jornadas de lecturas públicas de manuscrito­s, en donde los funcionari­os del archivo leen algunos de los documentos más importante­s, explican su contenido e invitan a la ciudadanía a realizar sus propias consultas.

En materia de almacenami­ento, Vélez añadió que también se hicieron más estrictas las labores de desinfecci­ón, limpieza y cuidado de los documentos.

“Este es un archivo local, con trascenden­cia regional e importanci­a nacional”, concluye Vélez Pérez, invitando a la ciudadanía a aprovechar el espacio y consultarl­o

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JAIME PÉREZ ?? El historiado­r Luis Felipe Vélez Pérez consulta una de las es- tanterías metálicas del Archivo Histórico de Rionegro. El lugar mejoró sus protocolos de almacenami­ento y busca ser un espacio abierto.
FOTOS JAIME PÉREZ El historiado­r Luis Felipe Vélez Pérez consulta una de las es- tanterías metálicas del Archivo Histórico de Rionegro. El lugar mejoró sus protocolos de almacenami­ento y busca ser un espacio abierto.
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El archivo está ubicado en el Museo Histórico Casa de la Convención. Allí cualquier ciudadano puede consultar la colección y acceder a cursos formativos.

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