Nos une el sentimiento de construir un mejor país
Aquellos símbolos que surgieron del nacionalismo y que nos identificaban como colombianos, como las gestas libertadoras, se transforman cada día para darle paso a nuevos emblemas que reconocen la diversidad y la diferencia.
En esta fecha, Colombia se engalana con el tricolor nacional colgado de balcones y ventanas, el doodle de Google hace referencia a nuestro territorio, la camiseta de la selección se vuelve la prenda más utilizada y las empresas recalcan el orgullo que sienten por ser parte de Colombia. Es el 20 de julio, el día de la Patria.
Y mientras celebramos un año más de conquista de una nación independiente, también es válido preguntarse de dónde afloran estos sentimientos de orgullo y nacionalismo que se nos han inculcado desde la familia y las instituciones, y si dichos valores que datan de siglos atrás son válidos en estos tiempos cambiantes.
Por eso, desde la cuenta en Instagram de ELCOLOMBIANO, se convocó a los lectores para que expresaran lo que los hace sentir orgullosos de ser colombianos. Elegimos a cuatro de ellos que accedieron a participar en este ejercicio, teniendo en cuenta la diversidad de edades para representar el pensamiento de generaciones distintas para este artículo.
Nuestro nacionalismo
La mayoría de expresiones de júbilo nacional y lo que señalamos como “ser colombiano” surge de la corriente ideológica conocida como nacionalismo, cuyo origen data de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Este fue muy popular en la época de los movimientos independentistas de las colonias europeas.
El nacionalismo es un sentimiento construido desde el ámbito social cuya identidad se liga a ciertos valores –culturales, idiomáticos y de historia común– que configuran una nación y que reconocen a quienes residen en una zona particular como miembros de un grupo.
El papel del nacionalismo en nuestra región fue el de construir la base desde la que se sustentó el concepto de nación (en reemplazo de la monarquía) a partir de la declaración de Independencia de 1810 para que ella, a su vez le diera soporte al nuevo Estado moderno surgido del proceso de emancipación.
José Fernando Saldarriaga, sociólogo, doctor en Filosofía y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana Unaula, agregó que el nacionalismo se puede establecer como una forma de territorialidad y de identidad política que tiene injerencia en las formas, las costumbres y la cultura.
Por su parte, Óscar Calvo Isaza, historiador, doctor en Historia y docente universitario, explicó que lo que comprendemos como ser colombiano no es un hecho como tal si no que es un proceso de consolidación, en el que a pesar de que somos tan diferentes, nos conduce a sentir que pertenecemos a un mismo proyecto que es el Estado nacional.
“Lo primero es entender que nos hemos encontrado e ido reconociendo como personas que tienen algo en común. Y eso que tenemos en común, pasa por la idea del territorio, de que tenemos una misma historia, que tenemos —si se quiere— una manera de entender la vida y la naturaleza en la que puede haber ciertas cosas con las que nos identificamos”.
Nuestro orgullo patrio
Con el nacionalismo viene ligado el término orgullo patrio. Pero, ¿realmente hay unanimidad al definirlo?
De acuerdo con Orestes Zuluaga Salazar, presidente de la Academia Antioqueña de Historia, el proceso de creación de nuestro orgullo patrio viene incluso desde antes de 1810, pues —según el académico— este es el resultado de la integración en un mismo territorio de varios habitantes de distintas regiones. El proceso se vio fortalecido por la gesta libertadora y por la inclusión de valores inherentes a cada región a dicha confección del orgullo patrio.
“Luego de ese 20 de julio se fue formando una patria nueva en la que costeños, antioqueños, llaneros, pastusos y gente de todas las regiones conformaron una sociedad que derivó en este Estado nuestro, que hoy después de 211 años hace que quienes lo habitamos sintamos orgullo de esta nación y del recuerdo de aquellos que derramaron su sangre, dieron su vida e hicieron grandes trabajos y estudios para conformar una sociedad como la nuestra”, señaló Zuluaga.
Según Óscar Almario García, historiador, investigador y docente de la Universidad Nacional sede Medellín, tras la Independencia, la educación en las escuelas fue formando nuevos ciudadanos en la idea de que somos una república y un colectivo político surgido del acto heroico de luchar contra los españoles. “A eso es lo que se llama orgullo patrio, como expresión de ese nacionalismo”.
Tiempos de cambios
En los albores de la República, el peso del orgullo patrio fue soportado por las principales gestas militares que trajeron nuestra libertad y terminaron con la hegemonía española en nuestro territorio, así como los héroes nacionales que la hicieron posible.