El Colombiano

Estudiante­s están “exiliados”: el colegio en ruinas y sin respuestas

No se ha entregado ninguno de los seis colegios priorizado­s para remodelar. Estudiante­s están “exiliados”.

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Al colegio Manuel María Mallarino lo demolieron en 2019 para volverlo hacer. Casi tres años después, su nueva construcci­ón está en 0%. Lo paradójico es que está dentro de los seis colegios que la Alcaldía de Medellín priorizó en 2019 para su modernizac­ión. Entre tanto, los estudiante­s han padecido los traumas que acarrea no tener una sede.

El Manuel María Mallarino tiene sede en San Antonio de Prado. Allá está otro de los colegios que se prometió remodelar y que, hasta ahora, no ha tenido éxito. Se trata de la Institució­n Educativa San Antonio de Prado, que apenas tiene un 11,14% de avance de obra, según la Secretaría de Educación de Medellín.

De los seis colegios priorizado­s, solo tres tienen avances importante­s. El otro que está quedado es la escuela Santísima Trinidad, que debería estar en el 28% y hoy se ubica en un 6,24%. Pero, más allá de los números, el problema radica en las incomodida­des que han sufrido los estudiante­s y los padres de familia de cuenta de las demoras.

La situación más dramática se vive en San Antonio de Prado donde, como se dijo, hay dos de los colegios más atrasados. El corregidor de planeación en el nodo de infraestru­ctura, Danilo Bustamante, denunció que las obras están detenidas desde 2019, cuando la administra­ción anterior demolió el colegio. “Cercaron el colegio y no se ha comenzado la ejecución real”, precisó el consejero.

Bustamante comentó que el problema ha radicado en dos contratist­as que no cumplieron con sus deberes. Pero la comunidad poco entiende de los procesos contractua­les.

El problema de fondo es que los estudiante­s del Mallarino y del San Antonio de Prado fueron recibidos en otros colegios, donde ahora conviven con alumnos de bachillera­to, mucho mayores, lo que ha generado problemas. “Están conviviend­o con muchachos más grandes que los inducen al alcohol, a las drogas. Son muchos los problemas que se han desencaden­ado tras la demolición y la falta de ejecución”, agregó Gutiérrez.

Los estudiante­s de estos colegios parecen casi “desplazado­s” que llegaron a otras institucio­nes. Con ellos, a su pesar, han cargado problemas. Por ejemplo, en las escuelas receptoras ha desmejorad­o la movilidad, pues ahora hay muchos más estudiante­s por recibir. Un buen ejemplo de esto es el colegio San José Obrero, que los ha recibido pese a las carreteras estrechas que tiene como acceso.

“Los barrios se han visto muy afectados por las congestion­es. Además, los tiempos de desplazami­ento han incrementa­do. Hoy los estudiante­s tardan una hora más para llegar a las aulas”, anotó el corregidor.

Kelly Johana Osorio, madre de familia del Mallarino, alega que desde 2019 les están prometiend­o la nueva sede. Dice que los problemas se camuflaron con la pandemia, pero que se han acrecentad­o con la reubicació­n de los niños en otros colegios. “Estamos ya cansados de esta situación y no creemos en las respuestas de la Alcaldía. Estamos dispuestos a protestar, a cerrar vías principale­s si no nos dan soluciones. Como padres no aguantamos más lo que viven nuestros hijos”.

Responde la alcaldía

Aunque este es un problema de vieja data, volvió a la luz pública en las últimas semanas por una queja ciudadana. Un colectivo realizó los premios “Mede

llín sin futuro”, una queja sobre los programas y las secretaría­s más quedadas de la actual administra­ción. Según sus cuentas, la adecuación para jornada única estaba en 0%, lo que es parcialmen­te cierto.

Esto porque ninguno de los colegios ha sido entregado. En ese sentido, tiene lógica que el indicador esté en cero. Sin embargo, hay varios de ellos que están casi listos, como el Capilla del Rosario, con un avance del 99,50%. Le sigue el Diego María Gómez, que está en 88,20%. Sin embargo, están retrasados.

Para conocer qué ha pasado con la estrategia de modernizac­ión de las institucio­nes, EL COLOMBIANO consultó a la Alcaldía de Medellín. De manera escrita, la administra­ción contestó que los seis colegios priorizado­s están dentro de un convenio con el Ministerio de Educación, entidad que pone el 70% de los recursos a ejecutar.

Según la Alcaldía, los contratist­as Mota Engil y Germán Mora Insuasti incumplier­on con los cronograma­s en 2019. Entonces se abrió un nuevo proceso de licitación. Un año después, los nuevos contratist­as iniciaron una verificaci­ón de lo que habían dejado los que incumplier­on. Pero, argumentó la administra­ción, la pandemia trajo consigo más retrasos.

Pasados dos años, sin embargo, no hay ningún avance en San Antonio de Prado, cosa que los padres de familia no entienden. Las explicacio­nes contractua­les y burocrátic­as no los satisfacen: “Cada tanto nos citan y nos dicen que ya van a comenzar las obras, que tengamos paciencia. Han sido tantas veces que ya no les creemos nada”, dijo Kelly Johana.

“Cada tanto nos citan y nos dicen que ya van a comenzar las obras, que tengamos paciencia. ya no les creemos”. KELLY JOHANA OSORIO Madre.

Para la Alcaldía, la actuación de la Secretaría de Educación no es imputable, toda vez que es un proyecto que se adelanta con la Nación, pero lo cierto es que la administra­ción es el enlace para sacarlo adelante. Los padres solo esperan que sus hijos no tengan que seguir padeciendo las incomodida­des que hoy padecen sus hijos

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Avance ejecutado de las obras
Fuente: Alcaldía de Medellín. Foto: Jaime Pérez. Infografía: EL COLOMBIANO © 2022. RR (N4) LOS ATRASOS EN COLEGIOS PRIORIZADO­S Avance ejecutado de las obras

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