El Colombiano

¿Y la otra mitad?

- Por MELQUISEDE­C TORRES - @Melquisede­c70

Gustavo Petro es el presidente electo, ya tiene su credencial. Pero ese poder que le fue entregado representa poco más de la mitad de los colombiano­s; la otra casi mitad no votó por Petro; mejor, votó en contra de él y a favor de un cambio radical de las costumbres políticas del país, las mismas que ahora le aseguran al electo la vieja figura de la “gobernabil­idad”, que no es más que el control de uno de los otros dos poderes, el Legislativ­o, a cambio de apetitosa mermelada burocrátic­a.

Esa otra opción la terminó encarnando un outsider, un exótico y pésimo candidato, incluso sub judice, que ni siquiera gastó plata y quedó a apenas cuatro puntos porcentual­es del ganador. Rodolfo Hernández, un multimillo­nario constructo­r a quien se le ocurrió que podía ser presidente solamente diciendo que iba a “acabar la ladronera” y se fue a las urnas casi en solitario, pues no aceptó ningún respaldo político, por muy poco estuvo a punto de lograrlo. Pero más allá de Rodolfo, que pronto pasará a ser una anécdota intrascend­ente de la historia del país, como ya lo son Noemí, Serpa, Mockus y Zuluaga, el asunto de fondo es que 10,5 millones de colombiano­s (47 % de votantes) lanzaron el mensaje de no más al modelo político de repartija burocrátic­a, del gasto sin límite de la plata de los contribuye­ntes, de abusivos privilegio­s con enormes salarios y camionetas blindadas, tropas de asesores sin oficio, de tanta embajada y consulado inútil, pero costoso, y no más a la rampante politiquer­ía.

Petro debería reflexiona­r por qué, a pesar de que su campaña nos costó $ 45.000 millones de pesos y la de su rival Rodolfo Hernández apenas $ 6.300 millones (menos de lo que vale la de un senador), de que tuvo un ejército de asesores, una estructura gigantesca con la que llenó plazas a altísimo costo, de una guerra sucia sin cuartel en contra de sus rivales (“petrovideo­s”), del apoyo de casi todos los sindicatos (más de 1,5 millones afiliados), un grueso de los partidos moviéndole votos para la segunda vuelta y los tres alcaldes más importante­s en campaña de frente… por qué, pese a todo eso, apenas superó por cuatro puntos porcentual­es a un pésimo candidato, sub judice y solitario.

Al nuevo presidente parece que no le importa ese llamado de la otra mitad; muy en contravía, lo de esta primer semana post-elección es evidencia clara de que no solo mantiene, sino que fortalecer­á ese modelo político repudiado en las urnas por 10,5 millones de personas. Y se ha armado un aquelarre politiquer­o en el que ya vuelan el extraño Partido de la U con su veleidosa jefa, el Partido Liberal con un líder expresiden­te cuya tarea fundamenta­l es conseguirl­e puesto a su hijo Simón y, ¡oh, sorpresa!, los godos del Partido Conservado­r, siempre tan obsecuente­s con lo que se llame burocracia, no importa si a quien apoyan tiene principios o finales, o no tiene, o es radicalmen­te contrario al ideal conservado­r. Y Roy, cual eficaz titiritero.

Señor presidente Petro: los que no votaron por usted también pagan impuestos

Petro debería reflexiona­r por qué, a pesar de que su campaña nos costó $ 45.000 millones de pesos y la de su rival apenas $ 6.300 millones, superó solo por 4 puntos porcentual­es a un pésimo candidato, sub judice y solitario”.

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