Rechazo por ataques a Daniel Cataño
El fútbol, como la vida, puede dar giros inesperados en cuestión de segundos. Y lo que le sucedió al volante antioqueño Daniel Cataño en la final entre su equipo Tolima y Atlético Nacional es prueba de ello.
Tres días después del emotivo juego, tras el cual se consagró campeón el cuadro antioqueño, Cataño sigue siendo tendencia en redes sociales después de la acción en la que pasó de héroe a villano.
¿Pero, vale la pena echarle el agua sucia a un deportista que venía haciendo una grata campaña con su equipo, al que lleva en el corazón como él mismo lo expresó en la previa de un compromiso en el cual ya muchos daban por liquidado a favor del rival?
En sus pies, Daniel tuvo la posibilidad de cerrar la remontada de su elenco (el partido iba 2-0 y la serie 3-3), pero no solo erró el penalti que cobró, sino que, en el rebote y tras la atajada de Kevin Mier, recibió tarjeta roja al agredir al portero cuando se lanzó en busca del balón.
Centro de críticas
Esa jugada, luego del sometimiento en el que se encontraba Nacional, cambió el partido. El verde se tomó mayor confianza, aprovechó la ventaja numérica y al minuto 91, cuando se creía que el título se iba a definir por penaltis, Jarlan Barrera anotó de cabeza y despertó la euforia del cuadro de Antioquia, que logró la conquista con un global de 4-3.
Fue tan emotiva la definición de la Liga, que aún se sigue hablando de ella. Y entre las preguntas que resultan aparece el nombre de Cataño. ¿Qué habría pasado si hubiera anotado el penalti o si no hubiera sido expulsado? ¿Cómo estará anímicamente en este momento Cataño?
Con un talento innegable, tanto que era uno de los más destacados de su equipo hasta antes de la insólita acción, el volante es objeto de burlas. “Cobró un penal y lo tiró como un bebé. Después de co
merse el penal, se hizo echar. Es paisa”, publicó @ParalyticsCOL, que tiene 22,5 mil seguidores. Y así, las críticas hacia el jugador se repiten, olvidando lo que hizo para llegar a la final y consolidarse en dicha escuadra.
Llamado a la reflexión
“Ningún jugador quiere fallar un penalti y menos en esta instancia. Si lo escogieron a él para patear era porque en las prácticas acertaba. Entonces Daniel tenía la confianza de sus compañeros y del cuerpo técnico”, comentó el entrenador Néstor Otero, quien recuerda que en un penal influyen los estados emocionales: “La ansiedad que se tiene encima de los hombros es grandísima. Pero hasta los mejores jugadores han botado penales, y la vida sigue”.
El orientador agrega que la responsabilidad de la derrota del Tolima no puede recaer en Cataño. “Sus compañeros y cuerpo técnico, así como con el departamento de sicología, tendrán que superar ese impasse y arroparlo”.
Otero recuerda que en este deporte siempre hay revanchas, y el deportista debe entender y superar lo sucedido. “La gente debe comprender que Daniel es ser humano, y es normal que se presenten este tipo de cosas en el fútbol. Lo que se tiene que hacer es ayudarlo para que se levante pronto de esta situación, pues su carrera no termina ahí” ■