Casi el 100% de ingresos de las EPS se van en gastos
Las utilidades de las Empresas Promotoras de Salud (EPS) no son tan altas como muchos sectores estatales y económicos del país piensan.
Al cierre del primer semestre del 2022, las ganancias de estas empresas, según la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi) registraron un crecimiento del 0,32% con respecto al mismo periodo de 2021.
De acuerdo al Sistema Integrado de la Protección (Sispro), entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2022, las EPS reportaron ingresos por $25,6 billones. Así, por cada $100 que entraron, les tocó pagar en servicios $95,3 a los afiliados, lo que significa que de los ingresos percibidos prácticamente todo se fue en costos. La cifra llama la atención si se compara con el sector asegurador, ya que por cada $100 que recibió, $69 fueron girados por sinisteralidad.
Además, el costo misional que es el pago de servicios de salud, así como el subsidio monetario en caso de enfermedad, registró un índice promedio del 98%.
Así mismo, indica que el patrimonio de las EPS está levemente por encima de los $2,4 billones para atender a 34,3 millones de colombianos.
Los resultados financieros de las EPS, con sus reducidas utilidades se dan en medio de la controversia en torno a los recursos a la salud para el 2023, luego de que la anterior administración del Ministerio de Salud, liderada por Fernando Ruiz, dijera que para el rubro de aseguramiento (Dineros que se les gira a las EPS)
necesitaba $4 billones, pero la actual ministra de esta cartera Carolina Corcho señaló que solo se requieren $2,12 billones, cuyo giro se hace por vía de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), que son los recursos que le corresponden a las EPS por cada afiliado.
Esto ha derivado en que Acemi advierta que habría una desfinanciación de sus estructuras.
“Dejar sin financiación los rubros de aseguramiento dentro del Presupuesto General de la Nación supone un problema estructural que involucra a todos los actores del Sistema: hospitales públicos y privados, laboratorios, farmacéuticas, médicos especialistas, trabajadores del sector de la salud y aseguradores. El efecto en cadena afecta por sobre todo a los millones de usuarios de este Sistema, que al día presta cerca de 2,2 millones de atenciones”, señaló Paula Acosta, presidenta ejecutiva de Acemi.
Agregó que en el 2023 seguirá creciendo el uso de servicios de salud (frecuencias) por cuenta de tendencias como el envejecimiento de la población, la entrada de nuevas tecnologías al país y el poscovid, lo que sumado al reconocimiento de la inflación (que este año será de dos dígitos), la devaluación y el incremento del salario mínimo generan un aumento en los costos de las atenciones de salud que es necesario financiar por parte de la Nación.
“A este panorama deben sumarse los traslados de usuarios de las EPS que están en medidas de vigilancia especial por parte de la SuperSalud, y que entrarían en proceso de liquidación. Estos usuarios, que llegan con mejores estándares de atención, aumentan el uso de servicios de salud de manera significativa”, dijo Acosta.
Según las estimaciones del gremio, se requieren al menos $76 billones para financiar los servicios cubiertos en los regímenes subsidiado y contributivo, y $4,88 billones para financiar las tecnologías no cubiertas en el plan de beneficios