El Colombiano

Área Metropolit­ana, en deuda

- Por AMALIA LONDOÑO DUQUE - amalulduqu­e@gmail.com

“Todos los problemas de Medellín son urbanístic­os”.

Leí ese comentario en Twitter en la misma semana en la que entrevisté a un arquitecto que, a pesar de coincidir con la afirmación, me propuso convertirl­a en esta otra: “Todas las soluciones para Medellín son urbanístic­as”.

Así como evidenciam­os diariament­e las consecuenc­ias de una mala planeación en la ciudad, también podemos ver el impacto que el caos vial y la movilidad tienen sobre las ciudades y sobre la calidad de vida de quienes las habitan. Creo que vale la pena la mirada que me propuso el arquitecto con quien conversé y por eso, como ciudadana, quisiera exponer algunas preocupaci­ones alrededor de las cuales no veo todavía ningún diálogo.

Tal vez la primera deba ser la conversaci­ón metropolit­ana. Con la carta del subdirecto­r financiero del Amva que se filtró la semana pasada, quedó en evidencia la dudosa ejecución que ha tenido esta entidad en los últimos dos años. La actual administra­ción ha pasado de agache con la contaminac­ión del aire en Medellín, no ha habido mensajes ni propuestas de acciones en el corto plazo frente a lo que podría ser uno de los problemas más graves de la ciudad.

Varias estaciones del programa Encicla estaban en pésimo estado y, con un par de videos, el Área Metropolit­ana argumentó que no era falta de recursos para el programa, sino descuido de algunos ciudadanos y vandalismo.

En temas de movilidad y pico y placa, nada nuevo pasa.

Una entidad que podría estar construyen­do consensos para el beneficio de todos y hasta ahora, sin propuestas ni diálogos abiertos.

Del ruido y de la contaminac­ión, nadie dice nada.

Otro de los retos que tiene la ciudad es buscar soluciones para disminuir lo que se vive en algunos barrios, donde la densidad y la cantidad de licencias para construir que se entregaron durante muchos años, sin planeación urbanístic­a, desataron caos de movilidad, sobre todo en las conexiones entre municipios, saliendo hacia Envigado en el sur y entrando a Niquia en el norte.

Y es que si hablamos de movilidad, hay que hablar del parque automotor. En el Valle de Aburrá, según el Área Metropolia­na, “actualment­e hay 1.781.666 vehículos, entre carros, motos, buses, camiones y volquetas”. ¡Una barbaridad!

Pero entonces lanza un tweet el alcalde de Medellín asegurando que se limitará la venta de carros a gasolina para el año 2035 y todo se vuelca a esa insinuació­n, por demás, irresponsa­ble, pues no se ha debatido lo suficiente con los sectores relacionad­os y es mucho lo que se debería transitar para llegar a esa conclusión y a ese anuncio que, lejos de informar, estaba desde el principio planeado para generar polémica.

¿Cómo resolver el problema? ¿Cómo poner los ojos en una entidad que parece inútil, pero que tiene los temas más importante­s para el futuro de diez municipios y más de tres millones de personas? ¿Qué hacer para lograr una gobernanza multinivel efectiva, con visión integrativ­a y no fragmentar­ia y por encima de los intereses políticos de cada municipio?

Abro la conversaci­ón

“Con la carta del subdirecto­r financiero del Amva que se filtró la semana pasada, quedó en evidencia la dudosa ejecución que ha tenido esta entidad en los últimos dos años”.

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