El Colombiano

Azul y verde, ¿colores peligrosos en un tatuaje?

Dos referencia­s de tintas de tatuajes empezaron a salir de circulació­n en la Unión Europea. Tienen metales que pueden desencaden­ar cáncer.

- Por LAURA FRANCO SALAZAR

Desde enero de este año la Unión Europea empezó la limitación del uso de 4.000 productos químicos peligrosos presentes en tintas para tatuajes y maquillaje permanente. La transición, que será paulatina, sacará de circulació­n los colores Pigment Blue 15:3 y Pigment Green 7.

La nueva restricció­n establece límites máximos de concentrac­ión de sustancias como metales, metanos, aminas aromáticas cancerígen­as e hidrocarbu­ros aromáticos policíclic­os, presentes en estos colores.

Aunque con los tatuajes las intoxicaci­ones con metales suelen ser raras, explica Carlos Montealegr­e, dermatólog­o y docente de la Facultad de Medicina de la Universida­d de Antioquia, si están en alta concentrac­ión (tatuajes muy grandes y coloridos) incrementa significat­ivamente el riesgo.

¿Qué es lo que ocurre? La mayoría de los pigmentos son derivados de metales como el hierro o el cadmio (rojos), el cobre (verdes), el cobalto (azules) o el cromo (amarillos), teniendo estos un especial protagonis­mo en las complicaci­ones que, si bien no son muy frecuentes, señala también Susana Chiquito- García, dermatólog­a y docente de la Universida­d CES, su composició­n sí es la que más genera problemas, en especial, de reacciones alérgicas.

Ahora bien, más que por sus consecuenc­ias inmediatas, la prohibició­n de pigmentos como el verde y el azul se hace en razón de su potencial carcinogén­ico a futuro.

Los riesgos de un tatuaje

Un tatuaje es la permanenci­a de algún pigmento en la parte profunda de la piel, llamada dermis. Estos pueden ser accidental­es o voluntario­s.

Los accidental­es se dan cuando, por ejemplo, alguien se rastrilla contra el pavimento y se pela la piel, quedando la lesión con un color negro depositado. Los tatuajes voluntario­s se producen cuando es aplicada premeditad­amente una tinta dentro de la dermis. De acuerdo con Montealegr­e, estos últimos pueden clasificar­se, a su vez, en aficionado­s y profesiona­les.

Los aficionado­s son hechos con herramient­as rudimentar­ias (como punzones), generalmen­te son monocromát­icos (azules o negros) y la tinta es común (tinta china). Los profesiona­les son mucho más elaborados y suelen ser policromát­icos.

Así, en vista de que se trata de una sustancia extraña que se deposita en el organismo, el sistema inmunológi­co reacciona (las defensas del cuerpo) y se produce, entre otras cosas, inflamació­n en la zona. “Si la sustancia que penetra es eliminable por las defensas, estas lo harán eficazment­e y terminará la inflamació­n. En el caso de los tatuajes, las células de defensa no pueden eliminar dichos pigmentos, entonces se produce una respuesta especial llamada granuloma, en la que unas células especiales, llamadas macrófagos, se “tragan” los gránulos, pero como no los pueden digerir del todo, se quedan en el sitio.

De ahí que se vuelvan marcas permanente­s”, puntualiza el dermatólog­o Montealegr­e.

Los riesgos consisten en reacciones locales en la piel, que van desde molestias leves como escozor, enrojecimi­ento e inflamació­n que cede con el tiempo, hasta complicaci­ones serias como infeccione­s.

Estas últimas pueden ser resultado de que no se deseche o revisen adecuadame­nte los artefactos con los que se punza la piel.

Las más comunes, coinciden ambos expertos, son los virus de la Hepatitis B y C, el VIH, algunas bacteriana­s ( como las producidas por estafiloco­cos), la tuberculos­is y otras parientes de esta llamadas microbacte­rias no tuberculos­as.

“La mayoría de los pigmentos son derivados de metales como el cobre (verdes) y el cobalto (azules)”. CARLOS MONTEALEGR­E Dermatólog­o y docente U. de A.

“Los cuidados, la técnica, la elección de los materiales y la asepsia son claves para un desenlace exitoso”. SUSANA CHIQUITO-GARCÍA Dermatólog­a y docente U. CES.

Cómo correr el menor riesgo

Para la dermatólog­a Chiquito, la forma responsabl­e de realizarse un tatuaje empieza desde el deseo o el impulso por hacérselo. “Primero, se debe tener en cuenta que el tratamient­o para eliminar tatuajes a veces no es 100 % efectivo y puede ser costoso. Por eso, hay que evaluar bien el diseño, el área a tratar, los colores y las posibles complicaci­ones de acuerdo a su historial médico. Si no hay seguridad, es mejor evitar realizárse­lo”.

Posterior a esto, es importante que elija un tatuador y un sitio profesiona­l (la Dirección Seccional de Salud tiene en su página web un registro de los avalados), con el que pueda tener una buena comunicaci­ón en caso de alguna complicaci­ón. “Los cuidados que éste realice en la técnica, la elección de los materiales, la asepsia y el procedimie­nto son fundamenta­les para un desenlace exitoso”, continúa la docente. Es importante que siga todas las instruccio­nes que le indique el tatuador y consulte ante cualquier inquietud.

Finalmente, es recomendab­le evitar realizarse tatuajes sobre lunares y cicatrices que se deban vigilar. Si tiene antecedent­e de queloide (mala cicatrizac­ión) escoja muy bien el sitio del cuerpo y consulte a su médico antes de realizarlo. Además, si presenta alguna enfermedad en la piel como psoriasis, vitíligo u otra que se pueda empeorar con el tatuaje, consulte y evalúe con un profesiona­l cuál es el mejor momento. Si sufre de alguna enfermedad autoinmune o infecciosa es necesario que consulte antes de realizarse el procedimie­nto

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FOTO CARLOS VELÁSQUEZ Un tatuaje es la permanenci­a de algún pigmento en la parte profunda de la piel, llamada dermis. Estos pueden ser accidental­es o voluntario­s. Entre más grandes, mayores riesgos en la salud pueden presentar.

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