El Espectador

Tres en línea: las derrotas de Duque

La renuncia del ministro de Defensa, Guillermo Botero, es el golpe político más fuerte que ha recibido el presidente Iván Duque en 15 meses de mandato. La caída de la Ley de Financiami­ento y el hundimient­o de las objeciones a la JEP, algunos de los tropie

- GERMÁN GÓMEZ POLO ggomezp@elespectad­or.com @TresEnMil

En la noche del 10 de marzo de 2019, cuando anunció la objeción de seis artículos de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP), el presidente Iván Duque Márquez embarcó a su gobierno y al país en un viaje de 80 días que, visto en perspectiv­a, marcó el inicio de varias derrotas políticas y jurídicas que han dejado en entredicho su gobernabil­idad. El último traspié fue la renuncia del ministro de Defensa, Guillermo Botero.

Para Duque, la objeción a una de las normas bases para la operación de la justicia transicion­al era, más que asunto político, un tema de principios. A pesar de las advertenci­as de los conocedore­s y las peticiones de la oposición para que echara atrás esa decisión, más el augurio del exjefe negociador del Gobierno en La Habana, Humberto de la Calle —quien, en un ejercicio “futurista”, predijo que las objeciones se caerían de su andamio—, mantuvo sus reparos en el Congreso.

El navío encalló el 29 de mayo pasado, cuando la Corte Constituci­onal determinó que la votación lograda por el bloque “pro paz” en el Senado de la República era suficiente para sepultar las pretension­es del jefe de Estado y del uribismo. El hecho se convirtió en la primera derrota del gobierno Duque, elegido en 2018 gracias a los votos de su mentor, Álvaro Uribe.

Sin embargo, el asunto no paró con el hundimient­o de las objeciones a la JEP. El segundo golpe para el Gobierno llegó cuando el mismo tribunal constituci­onal tumbó la Ley de Financiami­ento aprobada en el Legislativ­o en diciembre de 2018. Aunque el anuncio de la Corte fue sorpresivo, la caída de la norma estaba cantada porque, desde el mismo momento en que se discutió y se votó en el Congreso, varios congresist­as habían advertido que tenía errores de trámite.

Con seis votos de los nueve posibles en el alto tribunal, se impuso la ponencia del magistrado Alejandro Linares, la cual argumentó que la ley aprobada era inconstitu­cional porque violó el principio de publicidad. “La Corte concluyó que el vicio evidenciad­o es insubsanab­le, porque no se llevó a cabo una de las etapas estructura­les del proceso legislativ­o, como es el debate en la plenaria de la Cámara”, dijo la presidenta de la corporació­n, magistrada Gloria Ortiz.

En pocas palabras, la Cámara votó el proyecto de Ley de Financiami­ento aprobado minutos antes en el Senado, sin que dicho texto hubiese sido publicado en la Gaceta del Congreso. Ese hecho tuvo varias interpreta­ciones políticas y fue calificado como un tiro en el pie que se pegó el Gobierno en cabeza del presidente del Congreso en ese entonces, Ernesto Macías, del Centro Democrátic­o. A juicio de varios congresist­as, demoró el trámite con el fin de apretar los tiempos para que el proyecto no tuviese discusión en la Cámara.

Lo ocurrido con la Ley de Financiami­ento, que tendrá vigencia hasta el próximo 31 de diciembre gracias a una modulación que la Corte Constituci­onal hizo con la decisión para que el Gobierno Nacional tuviera opción de enmendar su error, ahora como reforma tributaria, podría replicarse con el Plan Nacional de Desarrollo (PND).

Contra esa norma ya hay varias demandas que aseguran que el PND fue votado por la Cámara sin haber sido publicado en la Gaceta. Según ellas, el PND se votó en la Cámara a las 19:20 horas del 2 de mayo y en Senado a las 23:13 del mismo día. La Gaceta que contenía el texto de Cámara solo se divulgó el 3 de mayo a las 13:53 horas, es decir, al día siguiente.

A esta fila de desacierto­s recientes se suma ahora la renuncia del ministro de Defensa, Guillermo Botero, atrapado en un callejón sin salida. En primer lugar, por una opinión pública indignada ante la violencia en el Cauca y diferentes salidas en falso del funcionari­o, desde su propuesta de regular la protesta social en el país, hasta sus palabras asegurando que la muerte del excombatie­nte de las Farc, Dímar Torres, se había producido en medio de un forcejeo cuando todo apunta a que fue un plan orquestado por miembros del Ejército.

La estocada se produjo luego de que el senador Roy Barreras, del Partido de laU, revelara en el debate de moción de censura del pasado martes que, en un bombardero ejecutado en agosto pasado por las Fuerzas Militares en Puerto Rico, zona rural de municipio de San Vicente del Caguán (Caquetá) habían muerto siete menores de edad (ocho en total, según informació­n que confirmó después la Fiscalía).

Esa informació­n movió la balanza en el Senado y motivó el pronunciam­iento a favor de la moción de censura a Botero por parte de varios partidos políticos que antes habían acompañado al Gobierno, como Cambio Radical, el Partido Liberal y la U.

Con el apoyo de la Alianza Verde, el Polo Democrátic­o y los Decentes, entre otros, se conformó una mayoría que, a ojo de halcón, sería implacable a la hora de la votación de la moción de censura. Botero se iba a convertir en el primer ministro en la historia tumbado por mandato del Congreso. La votación estaba prevista para el próximo 13 de noviembre.

Botero decidió adelantars­e con su renuncia, pero su salida representa el más duro golpe político para el presidente Duque en sus 15 meses de mandato. De paso, según sus críticos, ha quedado en evidencia que le falta capacidad para manejar los hilos políticos en el Legislativ­o, a pesar de contar con la bancada más grande en el Congreso.

Asu vez, el Centro Democrátic­o no ha logrado la suficiente fuerza para hacer frente a la oposición y a los partidos que se han declarado en independen­cia. En otras palabras, no ha podido cuidarle las espaldas al presidente Iván Duque, a pesar de la retórica de sus senadores y representa­ntes.

Una realidad política que vuelve a golpear la favorabili­dad del primer mandatario, que en algunas intervenci­ones, ha dejado ver que en ocasiones parece desconecta­do de la realidad del país. La última perla, convertida en nuevo argumento de sus contradict­ores, fue la respuesta que dio a un periodista que le preguntó sobre el bombardeo del ejército en Caquetá. “¿De qué me hablas, viejo?”, fue su contrapreg­unta.

En opinión de analistas políticos, una alternativ­a hoy sería convocar a los diversos sectores del Congreso, para avanzar en la implementa­ción del Acuerdo de Paz.

Una corriente de opinión insiste en que debe haber una reforma ministeria­l y que a las carteras deberían llegar varios de los mandatario­s salientes de los cargos de elección popular en las ciudades del país. Además, de que es el momento de que el presidente se desmarque del uribismo y empiece a imponer su propio estilo. En el caso de Botero queda aplicado el refrán de “zapatero a tus zapatos”, pues en Defensa se necesita una persona que conozca en detalle el manejo de la tropa.

›› No solo ha quedado en evidencia que Duque no ha mostrado la capacidad de manejar los hilos en el Legislativ­o, sino la debilidad de un uribismo que no ha podido cuidarle las espaldas.

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/ Mauricio Alvarado - El Espectador La votación de la moción de censura contra Botero podría realizarse el 13 de noviembre.
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