David González, el más ganador en la historia del Medellín
Desde niño lleva tatuado en el corazón el escudo del poderoso, con el que ha conquistado tres Ligas y una Copa Colombia.
El recuerdo que tiene David González de la primera vez que fue al estadio Atanasio Girardot, por allá a finales de los años 80, es el de su tío Luis Humberto con un radio pegado a la oreja y la mano que lo sostenía temblando de sufrimiento. Asistía sagradamente a fútbol en compañía de sus padres, Darío González y María Eugenia Giraldo, así como de otros familiares, todos con el escudo del poderoso tatuado en el corazón.
Lo que nunca imaginó ninguno es que David se iba a convertir en el futbolista más ganador con la camiseta de su equipo amado. El miércoles, luego de vencer 2-1 al Deportivo Cali, en la final de la Copa Colombia, el arquero conquistó su cuarto título con el DIM, tras las Ligas de 2002-II, 2004-I y 2016-I. Esa victoria salvó un año bastante discreto para el rojo paisa, que obtuvo tiquete para la Copa Libertadores de 2020.
David comenzó a jugar al fútbol inspirado en ese Medellín subcampeón de 1993 que dirigía Luis Augusto García, el mismo que acarició el título y hasta la celebró durante cinco minutos, hasta queOswaldoMackenzie, con un gol ante América en Barranquilla, lo despertó del sueño y le dio la corona al Júnior.
Era arquero, porque sus 1,93 metros de estatura no le ayudaban para jugar en otra posición. Estuvo durante un corto período en las divisiones menores de Atlético Nacional y en 2000 entrenó con el Medellín, pero no pudo quedarse porque su representante no llegó a un acuerdo económico con los directivos y prefirió llevárselo para el
Cali, en donde fue uno de los pupilos adelantados de Carlos Portela antes de irse al Once Caldas, con el que jugó en la Primera C.
Hasta que por fin en 2002 firmó con el DIM. Arrancó en el equipo de reservas, pero en el segundo semestre, con apenas veinte años, se ganó la titular del plantel profesional y nunca más la soltó. Ydespués de 45 años el poderoso de la montaña volvió a salir campeón con Juan José Peláez en el banquillo y un jovencito peludo, con pinta de rockero, en al arco. Aunque no tenía mucha experiencia, volaba de palo a palo y terminó siendo una de las grandes figuras de esa histórica campaña.
Repitió celebración en 2004, antes de irse al Cali y comenzar un largo periplo que lo llevó a jugar en las ligas de Turquía, Argentina, Escocia e Inglaterra.
Regresó a Colombia en 2013 y pasó por Deportivo Pasto y RionegroÁguilas antes de volver a su casa, el Medellín, en 2015. Su desempeño le valió incluso para ser convocado a la selección de Colombia. Ganó una Liga más, en 2016, y ahora la Copa.
“Yo termino mi contrato, pero no me quiero ir de aquí, quisiera quedarme por muchos años, pero eso depende de los directivos”, dijo emocionado después del triunfo ante el Cali.
Se quede o no, nadie le podrá quitar es el privilegio de ser el jugador más ganador en la historia del club de sus amores, ese al que alentaba cuando no le ganaba a nadie y que lidera ahora, que es campeón.