El hombre que liberó al expresidente Lula
Tras haber votado tres veces contra la libertad del expresidente, el juez José Antonio Dias Toffoli cambió de parecer y puso de cabeza a Brasil.
Perfil de José Antonio Dias Toffoli, presidente del Supremo Tribunal Federal y quien dio el voto clave para que Luis Inácio Lula da Silva recuperara la libertad tras 18 meses de prisión.
Luiz Inácio Lula da Silva está libre. Después de 18 meses de prisión, en una fría cárcel de Curitiba, el expresidente brasileño recuperó la libertad tras meses de lucha y de reclamar por su inocencia. Su libertad no dependió de él ni de sus abogados ni tampoco de sus seguidores. Un viejo amigo, que le había dado la espalda durante los últimos meses, fue quien inclinó la balanza a su favor.
José Antonio Dias Toffoli, presidente del Supremo Tribunal Federal brasileño (STF), fue ese aliado inesperado. Durante el año y medio que Lula da Silva estuvo en la cárcel, el juez rechazó una y otra vez los recursos que la defensa del expresidente interponía para devolverle la libertad.
Fueron dos las veces que Toffoli votó en contra del recurso que podía darle la libertad de Lula. El expresidente, condenado a 8 años de prisión, argumentaba que al no haber agotado todos los recursos en su defensa era ilegal su encarcelamiento. Este argumento de la defensa llegó en un par de ocasiones al STF, y las tres veces fue rechazado por el tribunal, en su granmayoría con votaciones de 6 a 5. Toffoli, al ser presidente del STF, era quien desempataba las votaciones. Para justificar sus votos siempre dijo que lo hacía para evitar “una grave lesión al orden y la seguridad”.
Pero este viernes el juez cambió sorpresivamente su voto. Toffoli inclinó la balanza y el STF declaró inconstitucional la prisión de una persona condenada en segunda instancia y antes de que se agotaran todos sus recursos en la justicia. Esto, indirectamente, abrió la puerta de la cárcel a Lula, que estaba preso desde hacía un año y 7 meses.
Viejos amigos
La historia de Toffoli y Lula da Silva es de vieja data y comenzó exactamente a finales de los años ochenta. Por ese entonces, el juez era un joven abogado de la Universidad de São Paulo, que comenzaba su carrera en el sector sindical. Fue consultor jurídico de la Central Unitaria de Trabajadores de Brasil y luego asesor del Partido de los Trabajadores, donde conocería a Lula de Silva. Allí se haría su amigo y uno de sus colaboradores más cercanos.
Al lado del líder izquierdista brasileño Dias Toffoli se desempeñó como abogado de sus campañas presidenciales de 1998 y 2002, en la que el líder del PT resultó electo. Durante ese gobierno trabajó como asesor presidencial durante dos años para luego regresar a la campaña de 2006, esta vez buscando la reelección de Lula da Silva.
La fidelidad de Dias Toffoli a Lula rindió frutos un año después. El presidente brasileño lo nombró procurador general del país, cargo en el que duró un par de años. Luego, en 2009, el mandatario lo nominó para ser parte de un cargo que le cambiaría la vida para siempre.
En abril de 2009, el juez de la Corte Suprema Carlos Alberto Menezes murió de cáncer de páncreas. Para suplir ese cargo, el presidente Lula da Silva nominó a su viejo amigo Toffoli. Y así, Con 41 años, Dias Toffoli se convirtió en el magistrado más joven en ser parte del STF.
En 2018 las cosas eran muy diferentes a cuando Toffoli trabajó de la mano de Lula. En enero de ese año el PT ya no era el partido de gobierno y muchos de sus dirigentes estaban acusados de diversos actos de corrupción, entre ellos Lula da Silva. En abril de ese año, Toffoli vio cómo su anterior jefe caía preso en una cárcel de Curitiba. La justicia determinó, tras años de investigaciones, que el exmandatario era culpable de recibir sobornos a cambio de favorecer a la constructora OAS en contratos con Petrobrás, los cuales se habrían materializado en la reforma de un apartamento. Sergio Moro, el tenaz juez que lideró la investigación Lava Jato, fue quien dictó la sentencia.
Con la inminente elección presidencial y las dudas sobre su pasado, había mucha incertidumbre sobre cómo se comportaría políticamente, particularmente después de la elección del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro en diciembre.
Pero Toffoli sorprendió. Tras la elección el juez no viró a la izquierda, sino que hizo guiños a la derecha. Un día después de la elección que le dio la presidencia a Bolsonaro, el juez publicó una carta pública en el diario El País reconociendo la victoria de la democracia en Brasil. Acorde a su política de negociación, Toffoli tendió puentes con el Ejecutivo, al que invitó a tomar de nuevo las riendas del país.
Un hombre pragmático
Los gestos positivos con el gobierno continuaron este año. Durante una sesión para conmemorar el 30° aniversario de la Constitución de Brasil, el juez Toffoli habló del golpe militar de 1964, refiriéndose a él como un “movimiento”, en un guiño al presidente. Un comentario que le significó varias críticas, sobre todo de miembros del PT.
Si hay algo que caracteriza a Toffoli es que es un hombre pragmático. Su relación con el gobierno cambió poco después de que un portal independiente revelara unas filtraciones que pusieron en duda la parcialidad de Moro, ahora ministro de Justicia, en el proceso contra Lula da Silva. Y previo a la votación del jueves, la atención de todo Brasil estaba en cómo podría votar José Antonio Dias Toffoli. Con Lula libre, así como una gran cantidad de presos, el juez Toffoli tendrá ahora la difícil tarea de determinar si Sergio Moro fue imparcial en su investigación contra el expresidente izquierdista brasileño. A finales de noviembre se conocerá la decisión del STF que, de determinar que sí hubo algún vicio en el proceso, podría anular la investigación contra el expresidente brasileño.
El juez trabajó con Lula da Silva durante varios años, pero luego le dio la espalda y votó varias veces en contra de que lo liberaran.