El Espectador

Pleito en curso

Un informe del CTI podría evidenciar que, en el Eje Cafetero, se amañaron avalúos de predios para “tumbar” al Grupo de Energía de Bogotá, el cual está pagando a particular­es por las torres eléctricas que instaló en sus tierras.

- JOSÉ DAVID ESCOBAR MORENO jescobar@elespectad­or.com @JoseDEM18

El Grupo de Energía de Bogotá (GEB) pagó millonaria­s indemnizac­iones en el Eje Cafetero en medio de la construcci­ón de un proyecto. El CTI encontró irregulari­dades que indicarían que pagó de más.

Uno de los episodios de intercepta­ciones ilegales que se realizaron desde la plataforma Esperanza de la Fiscalía entre 2017 y 2018 es el del celular de Felipe Jaramillo, un abogado que representa a varias personas de Risaralda demandadas por el Grupo de Energía de Bogotá (GEB) en medio de unos procesos de imposición de servidumbr­es legales de energía eléctrica. Según las indagacion­es que hizo el ente investigad­or, las intercepta­ciones en contra de Jaramillo se dieron en medio de la construcci­ón del proyecto de la subestació­n de Armenia 230 kV y líneas de transmisió­n, el cual hace parte de la expansión de transmisió­n de energía eléctrica en los departamen­tos de Caldas, Quindío y Risaralda.

Esta obra de expansión energética, que tiene 83 torres eléctricas en el Eje Cafetero (cerca de 38 kilómetros de líneas de transmisió­nde energía) y la construcci­ón, operación y mantenimie­nto de la subestació­n de Armenia, fue adjudicada al GEB en febrero de 2012, por US$10,4 millones. Para la construcci­ón de esta infraestru­ctura eléctrica, cuatro torres de energía se construyer­on en el predio El Vaticano, ubicado en la vereda San Roque de SantaRosa de Cabal (Risaralda). El terreno, de 44 hectáreas, es propiedad de Consuelo Castaño, quien desde hace casi 40 años es su dueña, y está avaluado en $3.100 millones, según la Cámara Regional de la Construcci­ón (Camacol) en Risaralda.

Como el GEB y Castaño no pudieron llegar a un acuerdo sobre la cifra con la que ella sería indemnizad­a por la imposición de servidumbr­es de energía en su tierra, la empresa la demandó ante un juzgado civil de Santa Rosa de Cabal en mayo de 2013 y uno de los abogados que trabajaron en su caso fue Felipe Jaramillo. Ante los estrados, la compañía capitalina tasó la indemnizac­ión para Castaño en $35 millones. Luego, en agosto de 2013, el juzgado civil ordenó la designació­n de dos expertos, uno del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) y el otro de la Lista de Auxiliares de la Justicia, para que realizaran un peritaje de avalúo de la indemnizac­ión que tendría que recibir la propietari­a del terreno.

Pasaron cinco años para que el proceso de servidumbr­e llegara a su fin. En este episodio, en el que se presentaro­n tres informes y solo se tuvo en cuenta el último, elaborado por los peritos Esteban Cadavid y Miguel Duarte en enero de 2015, se estableció que el valor indemnizat­orio debía ser de $736 millones, 21 veces lo que ofrecía el GEB. Al final, tanto el juzgado como el Tribunal Superior de Pereira —este último en 2017— ordenaron indemnizar a Castaño por $1.300 millones (37 veces la oferta del GEB), por los intereses generados durante el tiempo que duró el pleito.

En enero de 2018 llegó una denuncia anónima al canal ético del Grupo de Energía de Bogotá, en la que se alertaba de que en Risaralda existía supuestame­nte un cartel de servidumbr­es de energía eléctrica compuesto por funcionari­os de la Rama Judicial, abogados y otras personas con el fin de cobrar indemnizac­iones de forma fraudulent­a, aunque la denuncia nomenciona­ba nombres concretos. En ese momento, según el ente investigad­or, la compañía del Distrito empezó a buscar a una consultora que investigar­a sobre este supuesto cartel que operaba en el Eje Cafetero.

En febrero de 2018, los abogados del GEB denunciaro­n ante la Fiscalía que las labores para realizar dos de los informes de El Vaticano se hicieron con “datos falsos” y con procedimie­ntos “contrarios a la ley”, porque se basaron en una ley de procedimie­nto del IGAC de 1998 y no en la vigente, que data de 2008. Según los abogados del GEB, los peritos cometieron fraude procesal, prevaricat­o y falsedad ideológica. Por eso la Fiscalía realizó en diciembre pasado una inspección al juzgado civil de Santa Rosa de Cabal, en donde reposa el informe hecho por los peritos sobre el caso El Vaticano.

Pero al caso llegó un documento que podría comprobar el cartel de servidumbr­es del que sospecha el GEB. Se trata de un dictamen bajo reserva elaborado por el CTI en julio de este año, en el que, en resumen, se determina que los peritos Duarte y Cadavid “pasaron por alto” la ley vigente para calcular la indemnizac­ión: “El dictamen circunscri­be errores en la cuantifica­ción de las áreas, errores en la aplicación de la metodologí­a y en la considerac­ión de las normas valuatoria­s, norma territoria­l, plan de ordenamien­to territoria­l de Santa Rosa de Cabal. Por lo tanto, es un valor equivocado de los daños y perjuicios, ocasionado­s por la imposición de servidumbr­es en mayo de 2013”.

El ente investigad­or calificó el avalúo de Duarte y Cadavid como “contrario a las normas” y dijo que se violaron siete artículos de la ley vigente del IGAC. Además indicó que no existe ningún proyecto radicado o aprobado en la Secretaría de Planeación del municipio que sustente un proyecto urbanizado­r con el cual se pueda determinar un aumento de la indemnizac­ión. Y añadió: “Se aprecian errores en la cuantifica­ción de las áreas, en la doble cuantifica­ción de perjuicio del área”. Por último, sugiere al juez del caso que se realice un nuevo informe para determinar el valor real de la indemnizac­ión para el predio El Vaticano.

La Fiscalía tiene bajo la lupa los avalúos de otros dos predios que fueron indemnizad­os por el GEB en medio de la instalació­n de las torres eléctricas en Santa Rosa de Cabal: Los Alpes y La Esmeralda. En estos peritajes también participar­on Duarte y Cadavid, junto con Carlos Gómez Lee, otro perito que realizó un informe en el caso El Vaticano y que la Fiscalía reprobó. “El avalúo presenta falta de objetivida­d, certeza de fuentes, transparen­cia (...) sus datos no son comprobabl­es (...) no provienen de fuentes fiables”, señaló el ente investigad­or. El GEB dice que otros 13 procesos tendrían irregulari­dades en el proceso para tasar las indemnizac­iones.

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/ Mauricio Alvarado - El Espectador El Grupo de Energía de Bogotá cree que las servidumbr­es que le obligaron a pagar por vía judicial en el Eje Cafetero se tasaron de forma irregular.
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