El Espectador

¡Hagamos futuro!

- ROGELIO GUTIÉRREZ P. * *MBA DBA, consultor internacio­nal. Máster en Gestión de Empresas de la Universida­d Ramón Llull, de Barcelona, y estudios doctorales en administra­ción.

Varias cosas van quedando en claro con los temas educativos, tras el prolongado aislamient­o decretado en nuestro país a partir de la pandemia. La más visible, aunque nada sorpresiva, se evidenció con las inequitati­vas posibilida­des tecnológic­as para recibir educación virtual o remota, reflejando la triste y profunda brecha social que privilegia la posibilida­d de aprender solo para una parte de la población nacional, y a la vez atenta contra uno de los derechos fundamenta­les en Colombia.

Al desnudo quedó también la escasa planeación y preparació­n de muchas institucio­nes educativas, desde las de formación básica hasta las universita­rias, pues ni a sus profesores ni a sus alumnos les habían invertido un solo peso en capacitaci­ón y preparació­n en plataforma­s tecnológic­as de soporte, ni en pedagogía e instrucció­n en educación no presencial, a pesar de que varias de ellas se ufanaban de ofrecer alternanci­a para sus estudiante­s.

Pero también se destacan positivos resultados, pues la generaliza­ción del recurso remoto y el apropiamie­nto por parte de sus usuarios nos genera múltiples posibilida­des de migrar hacia modelos híbridos y mixtos de educación virtual y presencial, que no solo acelerarán el proceso de transforma­ción digital para los aspectos formativos, sino que ampliarán la cobertura educativa tanto a escala internacio­nal como en las zonas nacionales menos urbanizada­s; eso si los gobiernos dedican los recursos, esfuerzos y políticas a desarrolla­r la conectivid­ad doméstica como foco del avance tecnológic­o al servicio de la población, medida efectiva para ayudar a cerrar la brecha educativa.

Esta ampliación de la cobertura pone a la educación superior, especialme­nte posgrados y formación ejecutiva, en un nuevo plano competitiv­o, pues si bien las universida­des colombiana­s posicionad­as pueden orientarse a captar alumnos extranjero­s (del Caribe y Centroamér­ica principalm­ente), serán muchas las institucio­nes europeas y norteameri­canas que atraerán a profesiona­les locales, pues estos ya están comproband­o que es posible procurar un título especializ­ado mediante el desarrollo de un curso no presencial.

Esa misma condición se puede replicar en el ámbito interno con las institucio­nes educativas de carácter nacional, cuya oferta académica no presencial debe resultar atractiva para quienes habiten en poblacione­s alejadas de los principale­s polos urbanos, que albergarán a una gran cantidad de profesiona­les y sus familias, resultado de la imperativa necesidad de desarrolla­r las cadenas productiva­s regionales, ante las nuevas condicione­s de movilidad y competitiv­idad internacio­nal que impone la biosegurid­ad.

Lo cierto es que el reto, para todos los estamentos vinculados a la educación, está servido y no hay tiempo para persistir en fórmulas del pasado: ¡hagamos futuro!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia