El Espectador

Duque y el desafío del Comité del Paro

La chispa de la protesta social se reavivó en el país. Sin embargo, el diálogo de hace meses entre Gobierno y el Comité del Paro no prosperó. Para evitar un estallido social se requiere voluntad. ¿Cómo llegan las partes? ¿Qué sigue? ¿Qué pendientes quedan

- JAVIER GONZÁLEZ PENAGOS jgonzalez@elespectad­or.com @Currinche

En tiempos de reactivaci­ón y reapertura económica -aun con el coronaviru­s extendiénd­ose por el país-, el paro nacional se reavivó con fuerza esta semana. La reaparició­n del movimiento, que a finales de 2019 logró aglutinar el descontent­o social y la oposición al gobierno de Iván Duque, se da en medio de la crisis social y económica que vino a exacerbar la pandemia, y en momentos de crispación por la seguidilla de masacres y la muerte del abogado Javier Ordóñez tras ser agredido en pleno operativo policial.

De allí que las movilizaci­ones del lunes, atizadas un día después por el histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia, que ordenó frenar el abuso policial en la protesta y que le jaló las orejas al Ejecutivo por estigmatiz­ar las manifestac­iones como una conducta criminal, se traduzcan en un nuevo aire para el movimiento social. Sin embargo, en un escenario de pandemia, los reclamos parecen no ser los mismos. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué sigue tras esta primera manifestac­ión? ¿Cómo llegan las partes? ¿Qué quedó tras la mesa de conversaci­ón instalada a finales de año?

“Lo que hubo fue una mamadera de gallo”, alega Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de los Trabajador­es (CUT), una de las organizaci­ones que integran el Comité del Paro, frente a la mesa que planteó el Gobierno para conjurar la crisis con la que cerró 2019. Si bien el Ejecutivo ideó un espacio de diálogo exclusivo con el Comité -paralelo a su Gran Conversaci­ón Nacional-, las organizaci­ones sociales y sindicales aseguran que no hubo ningún acuerdo e insisten en que una cuestión semántica paralizó cualquier acercamien­to: “No hubo acuerdos para negociar ni debates. Queríamos una mesa de negociació­n, ellos decían que apenas era de diálogo”, dice Orjuela.

En ese entonces, el Comité se plantó con un pliego de ocho puntos que se extendió a 104 solicitude­s y propuestas. En respuesta, desdePalac­io contestaro­n que 19% de ellas eran inviables, otras no eran de su competenci­a y la gran mayoría (65 %) ya estaban incorporad­as en el Plan de Desarrollo. En medio del tire y afloje, apenas se reunieron en siete oportunida­des y solo una vez en 2020, hasta que se sintió con fuerza el coronaviru­s en marzo y paralizó todo. De hecho, el confinamie­nto llegó a días de otro llamado a movilizars­e.

“Fuera de manifestac­iones de buena voluntad, esos encuentros no pasaron de reuniones informales. No se abordó el pliego de peticiones y luego llegó la pandemia, congelando todo”, explica por su parte Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederac­ión General del Trabajo (CGT). Según el líder sindical, por supuesto la decisión fue respetar el confinamie­nto y abstenerse de llamados a marchar.

No obstante, ante la ola de decretos y las facultades excepciona­les del Gobierno durante la pandemia, el movimiento social lanzó en junio un “pliego de peticiones de emergencia” con seis puntos, entre ellos que el Estado intervenga el sistema de salud y una renta básica (un salario mínimo) por seis meses para 30 millones de colombiano­s. A ello se sumó el llamado a derogar el Decreto 1174 de 2020 (que establece condicione­s para el trabajo por horas o días) y frenar el millonario préstamo a Avianca.

“El pliego de 104 puntos sigue vigente y, aunque en su momento el Gobierno dijo que había puntos exagerados como reformar el Esmad, hoy el fallo de la Corte nos da la razón. En todo caso, ahora estamos prepondera­ndo el pliego de emergencia. Ya el Ejecutivo nos contestó con un documento de 54 páginas, en el que se limitan a hacer un informe de gestión. No fue lo que pedimos, no nos satisface”, sostiene el presidente de la CUT.

Otro es el balance, evidenteme­nte, que hace el Gobierno. Según Diego Molano, director administra­tivo de la Presidenci­a y designado por Duque para liderar la Conversaci­ónNacional, la mesa que se lanzó pretendía dialogar tanto con los sectores que marcharon como con los que no. De allí que saque pecho por las 36 mesas nacionales, 11 regionales y el análisis de 11.289 propuestas en el marco de la Conversaci­ón. “De allí hubo acciones concretas, como el decreto para la contrataci­ón de jóvenes sin experienci­a en el sector público”.

Sin embargo, cuestionad­o por la mesa puntual con el Comité del Paro, explica que, antes de la pandemia, alcanzaron a proponer una metodologí­a y que respondier­on al pliego de 104 puntos. “Desde el principio dijimos que no íbamos a negociar el Estado. La mesa tuvo avances. Estábamos a la espera de la metodologí­a y ahí se desató el tema del COVID-19”, explica.

¿Y el pliego de emergencia y sus seis puntos? Contrario al informe de gestión con el que, dice el Comité, respondió el Gobierno, Molano manifiesta que las propuestas fueron analizadas y se concluyó que lo que demandaban superaba los $190 billones, un rubro impensado en tiempos de pandemia. “Muchos de los temas que pidieron ya se están implementa­ndo. Además, creemos que hay un debate que debe darse en el Congreso”.

Lo cierto hoy es que las diferencia­s tienen abocado al país a nuevas manifestac­iones. Desde el Comité confirman que en octubre y noviembre (cuando se cumple un año de las históricas movilizaci­ones) habrá nuevas convocator­ias. Reprochan además que el Ejecutivo se siente con banqueros y empresario­s, y hoy les cierre la puerta. “No tenemos respuesta. No se han dignado a invitarnos a un café. Esperamos que asuman una actitud sensata. No queremos más conflictiv­idad social, sino resolver problemas”, dice el presidente de la CGT.

Para Molano, hay disposició­n de una conversaci­ón productiva. No obstante, advierte que hay aspectos que deben tenerse en cuenta, pues una era la situación antes de la pandemia y otra es ahora. “Las condicione­s fiscales para hacer inversión cambiaron. Todas las discusione­s las hemos redireccio­nado a la generación de empleo. Esperamos seguir discutiend­o”.

Hoy las posturas parecen decantadas y las cartas sobre la mesa. Más allá de discusione­s semánticas, de debates por lo que se puede y lo que no, lo cierto es que llegó el momento de dialogar francament­e y lograr avances para hacer frente a otro estallido social. El presidente, una vez más, tiene a la gente en las calles, aun en medio de la pandemia. ¿Prosperará una salida negociada? ¿O una vez más todo quedará en un manifiesto de buenas intencione­s?

›› El Gobierno dice estar dispuesto al diálogo, pero advierte que una era la situación antes de la pandemia y otra ahora. El Comité pide respuestas a sus demandas.

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/ Gustavo Torrijos En tiempos de pandemia, el Comité del paro pide una renta básica e intervenir el sistema de salud.
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