Del centro a la derecha
La marca reciente del ministro de Defensa ha sido la defensa incondicional de la Fuerza Pública, a pesar de los hechos. Así ha sido su trasegar político.
La defensa irrestricta de Carlos Holmes Trujillo a la Fuerza Pública, a pesar de los hechos, lo ha puesto en el centro del debate y de las críticas. El ministro de Defensa ha sido parte de cada uno de los gobiernos, desde Alfonso López Michelsen hasta el actual y, en ese recorrido político, pasó de ser reconocido por sus posturas liberales a consolidarse como escudero de Iván Duque Márquez. Así ha sido su transformación.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ha casado una pelea con la oposición política y un amplio sector de opinión en el país por su posición de protección irrestricta a la Fuerza Pública y el reciente y nebuloso episodio del perdón por la actuación del EscuadrónMóvil Antidisturbios (Esmad) de la PolicíaNacional en las manifestaciones de noviembre de 2019. Sus inamovibles posiciones y actitudes desafiantes hacen que muchos lo consideren como el “escudero del presidente Iván Duque”; para otros, no hay duda de que estaría labrando el camino para una eventual aspiración presidencial.
Sin duda, Trujillo enfrenta uno de los momentos más difíciles de su vida política, una carrera que comenzó hace más de 30 años en Cali, bajo la batuta de su padre, Carlos Holmes Trujillo Miranda, quien fue el líder de una de las facciones liberales más importantes del Valle del Cauca y del sur del país, conocida como Revitalización Liberal u holmismo. Por eso, el actual ministro de Defensa creció en una casa donde la política era el pan de cada día. Hace un año, en diálogo con este periódico, el funcionario recordó que el primer contacto con este mundo fue en la biblioteca de su progenitor, “a donde iba a escuchar las conversaciones de él con sus amigos, especialmente sobre política y derecho penal internacional”.
El patriarca de la familia Trujillo fue la inspiración para que sus dos hijos, Carlos Holmes y José Renán, dedicaran su vida a lo público. “Tenían un culto casi sagrado por su papá”, comenta un dirigente liberal que conoció a los hermanos Trujillo García en sus inicios políticos. “Realmente el más político ha sido José Renán. Carlos Holmes ha sido un servidor público, más que un político”. Bajo ese enfoque, el hoy funcionario del gobierno Duque estudió derecho en la Universidad del Cauca y, luego, alistó maletas para irse a Japón. Allí se especializó en negocios internacionales de la Universidad de Sofía y fue cónsul y encargado de negocios internacionales durante los gobiernos de Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay.
A su regreso a Colombia, en 1983, participó de la alcaldía de Julio Riascos en Cali y fue vicepresidente de Fedemetal, por petición de Carlos del Castillo. De allí pasaría a ser el primer alcalde por elección popular de la capital del Valle del Cauca. Como lo comenta Andrés Felipe Murillo, en sus tesis “La diáspora del castillo de cristal: las disputas faccionales y la hiperfragmentación del Partido Liberal”, la candidatura de Carlos Holmes Trujillo enarboló las banderas de su padre y sirvió para unir al holmismo, el balcarcismo y las otras facciones liberales del Valle para sacar a un solo candidato que les ganara a los conservadores en Cali.
Tras la muerte de su padre renunció a la Alcaldía de Cali. Al poco tiempo entró al gobierno de César Gaviria, primero como embajador de misiones especiales ante la Asamblea de lasNaciones Unidas y, luego, como parte de los liberales que llegaron a la Asamblea Constituyente. Una peculiaridad, según un constituyente consultado, es que Trujillo fue el artífice de que el alcalde sea la primera autoridad de la Policía en su municipio.
En el gobierno de Ernesto Samper fue alto comisionado para la Paz. Por esa razón, cercanos a esta administración manifiestan su sorpresa por sus actuales posiciones, cuando fue quien hizo los primeros contactos con las Farc para negociar, sobre todo con el ala joven de ese momento, liderada por Raúl Reyes y Alfonso Cano.
Sobre este punto el expresidente Ernesto Samper dijo: “Me gustaba más Carlos Holmes con la camiseta de la paz que el uniforme de la guerra”.
En ese gobierno también fue embajador ante la OEA y ministro del Interior, en reemplazo de Horacio Serpa. A este último cargo renunció en enero de 1998 para no inhabilitar a su hermano en sus aspiraciones al Senado. Desde entonces su carrera se centró en el sector diplomático: fue embajador desde el gobierno de Andrés Pastrana hasta en el primer año de Juan Manuel Santos, con un pequeño paréntesis en 2003, cuando se lanzó a la Gobernación del Valle del Cauca. Desde 2006 hasta 2011 estuvo en Bruselas, como embajador ante Bélgica y la Unión Europea. Sin embargo, el entonces presidente Santos lo reemplazó por Rodrigo Rivera.
El regreso de Carlos Holmes Trujillo al país coincidió con los orígenes del Centro Democrático, colectividad a la que entró tras su desilusión del Partido Liberal. Trujillo fue precandidato presidencial en 2014, con Óscar Iván Zuluaga. Luego pasó a ser su fórmula vicepresidencial. Tras la victoria de Santos, Trujillo se dedicó a la docencia en la Universidad del Rosario y a cimentarse en el interior del Centro Democrático. Incluso, este mismo reconoció en distintas entrevistas que hizo parte, en ese partido, de las discusiones sobre el plebiscito para refrendar losAcuerdos de Paz de La Habana. Primero, su bandera fue la abstención y, luego, apoyó el No.
En 2018 se presentó nuevamente como precandidato, pero esta vez fue derrotado por Iván Duque. Precisamente en este gobierno ha ocupado dos importantes plazas: la Cancillería y el Ministerio de Defensa. El nombramiento como canciller, en 2018, fue recibido con esperanza por la oposición, tal como lo comenta el senador Luis Fernando Velasco: “Pensamos que era el hombre ideal para tratar de aclimatar un entendimiento con diferentes sectores, por sus inicios como socialdemócrata. Pero hemos visto que no es así”. Otra postura tiene el exdirector de Migración Colombia Christian Krüger, al señaló que el ministro Trujillo siempre estuvo dispuesto al diálogo e, incluso, a escuchar a los que venían del pasado gobierno.
El paso de CarlosHolmes Trujillo al Ministerio de Defensa, en reemplazo de Guillermo Botero, tampoco ha estado libre de con
troversia, sobre todo en las semanas más recientes. Desde el partido de gobierno, el representante Gabriel Jaime Vallejo resaltó que es “el que más confianza le brinda al Gobierno y al sector político. Es leal al presidente”. Mientras que en la oposición hay opiniones como la del senador Velasco, que reconoció la disposición para dialogar del actual ministro, pero también recalcó su giro hacia la derecha y su deseo de aspirar a las presidenciales de 2022, que “han hecho que tenga posiciones que generan distanciamiento”. Actualmente las visiones sobre el ministro de Defensa son bastante dispares y estas dos miradas tan opuestas se enfrentarán en el Congreso ante el intento de moción de censura de la oposición. ¿Logrará el objetivo?