En tiempos de COVID y protestas: ¿cómo vivir entre dos miedos?
El aumento de la expectactiva por reactivar la economía para mitigar los efectos de la pandemia, coincidió con jornadas de violencia que dejaron muertes, disturbios y saqueos en las marchas contra el abuso policial.
La noche del 9 de septiembre incineraron CAI y buses de Transmilenio. Además, en las últimas protestas, saquearon establecimientos comerciales.
Nohasido un año fácil para losbogotanos. Primero, la llegada del COVID-19se tradujo en muertes y, por meses, las calles permanecieron vacías, el comercio cerrado y los escenarios de la ciudad se volcaron a la virtualidad por el temor al contagio. Este panorama ocasionó que centenares de empresas quedaran en quiebra y la tasa de desempleo llegara al 25 %.
Luego, cuando se superó el primer pico de la pandemia, nació la esperanza de volver a la normalidad de manera gradual, con la denominada “nueva realidad” en la capital. Pero no pasaron 15 días de haberse levantado la cuarentena y nació una nueva angustia: la violencia en las movilizaciones contra el abuso policial y las políticas del
Gobierno Nacional.
El 9, el 10 y el 21 de septiembre fueron jornadas en las que las personas vieronde cerca los enfrentamientos. En los barrios se escucharon bombas aturdidoras, los CAI quedaronenvueltos en llamas y algunos establecimientos de comercio, que apenas trataban de acomodarse, fueron saqueados.
La situación reforzó el panorama de desconfianza e incertidumbre que venía de la pandemia. Ahora, la ciudadanía no solo siente miedo de contagiarse de coronavirus, sino que vive en medio de una sensación de inseguridad, producto de la ruptura en la relación con las instituciones y los efectos colaterales de la protesta social. De ahí surgen las preguntas: en tiempos de COVID-19 y protesta social, ¿cómovivir entre dos miedos? ¿Cómo recuperar la tranquilidad?
Aunque no hay estrategias claras, el camino que se elija, según los expertos, debe apuntar a algo concreto: que las personas puedan salir sin miedo y no se diluya la espe
ranza. Así lo aseguró Wilson López, doctor en psicología social y profesor de la Universidad Javeriana. “No estamos en medio de dos miedos, sino de tres. El de las consecuencias de la protesta y el del COVID-19, que se divide en el temor a contagiarse y a quedarse sin empleo. Pero el peor es no poder confiar en las instituciones, en particular en las que deben darles tranquilidad. Y a eso le sumamos que la gente no va a parar demovilizarse, ya que las protestas pacíficas son parte de las democracias y son necesarias”, señaló López.
Para Ómar Oróstegui, analista en asuntos urbanos, la falta de confianza no solo es hacia las instituciones públicas, también al bajo capital social que tienen los bogotanos entre sí. “La corrupción pasados, la pandemia presente y la in
certidumbre frente al futuro alimentan esa percepción negativa”.
Las soluciones
Oróstegui sugiere cambiar la narrativa pesimista e involucrar a los actores estratégicos de ciudad para construir una visión compartida del futuro urbano. En otras palabras, su opinión se orienta a que se debe trabajar en dos ejes: el cambio de perspectiva de cada individuo, para seguir adelante con optimismo, y el apoyo institucional para lograr este objetivo.
Por su parte, Óscar Donnato, investigador del observatorio de paz de la Universidad Libre, cree que la clave está en construir confianza a través de la eficiencia de las instituciones. “Se necesita que la gente sepa que si un policía llega no es una amenaza, sino una salvación. ¿Qué tenemos en común los ciudadanos con la Policía? Que somos seres humanos”, expresó.
Según el concejal Manuel Sarmiento (Polo Democrático), este proceso va acompañado de los esfuerzos del Gobierno Nacional y el Distrito, no solo por medio del perdón y la reconciliación frente a los efectos de la protesta social, sino de garantías para el pueblo en los tiempos difíciles.
Conciencia ciudadana
El profesor López, por su parte, sugiere que haya compromiso para superar la crisis desde la voluntad ciudadana. “La gente debe entender que nos toca salir a todos. Hay que ser conscientes de que debemos volver a confiar en la Policía, y para ello deberían hacer trabajo comunitario, para que sea vista como una institución más humana y así la gente vuelva a movilizarse sin tener miedo”.
Para seguir enfrentando la crisis sanitaria, la secretaria de Desarrollo Económico, Carolina Durán, hace un llamado a cuidar la salud física, pero también la mental. Sin embargo, agrega que no se debe bajar la guardia, yaquela “nueva realidad” es una estrategia que compromete a los ciudadanos al autocuidado y poner en manos de los protocolos y la regulación una reactivación efectiva y sin efectos negativos para la capital.
“No es un tema de normativas, es que la gente sea juiciosa, cuidadora y productiva. No nos dejemos amedrentar por los vandalismos, porque lo más fuerte ya pasó. Seamos optimistas y conscientes de que colectivamente somos más, así que es la hora de dejar atrás esos momentos de miedo y angustia para generar belleza, productividad, arte, cultura y color para salir adelante”, concluyó.
Se debe trabajar en dos ejes: el cambio de perspectiva de cada individuo, para seguir adelante con optimismo, y el apoyo institucional para lograr este objetivo”.