El Espectador

La propuesta para reparar a las víctimas militares

Los afectados de la toma de Gutiérrez, Cundinamar­ca, ocurrida el 8 de julio de 1999 y en la que fueron asesinados 38 soldados por las extintas Farc, solicitaro­n que en el municipio se construya un centro médico y se implemente­n proyectos productivo­s.

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La Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP) ha recibido hasta ahora 297 informes de víctimas y entidades del Estado sobre las afectacion­es que poblacione­s enteras, e incluso regiones, vivieron durante la guerra. Mujeres, comunidade­s étnicas, autoridade­s locales, organizaci­ones de niños y niñas, entre otros, han hecho el esfuerzo de reconstrui­r los sucesos y entregarlo­s, con actos simbólicos, a los magistrado­s de la JEP.

Hace una semana, esta justicia recibió otro documento de la Corporació­n Militares Víctimas del Conflicto Armado (Mil Víctimas) sobre la toma del municipio de Gutiérrez (Cundinamar­ca), ocurrida el 8 y 9 de julio de 1999. Con una particular­idad: el capítulo sobre la reparación de estas víctimas del conflicto colombiano.

Hace 21 años, durante la toma, fueron asesinados 38 jóvenes soldados adscritos alBatallón Landazábal­Reyes de Bogotá. Los uniformado­s fueron enviados a Gutiérrez para unirse al batallón Cacique Timanco y así detener el plan de la guerrilla de las Farc de llegar a la capital. Duraron ocho horas combatiend­o hasta que se quedaron sin municiones. Los guerriller­os entonces se tomaron la base y mataron a los militares.

Hoy, un grupo de seis sobrevivie­ntes y 18 madres de las víctimas, a través de un documento de 145 páginas, decidió acercarse a laJEP y pedirle que abra un nuevo caso de militares víctimas o, al menos, priorice el departamen­to de Cundinamar­ca para que puedan ser acreditada­s y acceder a la justicia transicion­al. La razón, según el informe, su caso fue una clara violación al Derecho Internacio­nal Humanitari­o (DIH).

De acuerdo con registros forenses y relatos de los sobrevivie­ntes, las autoridade­s han señalado a la exguerrill­a de las Farc como la responsabl­e de este hecho. Entonces, quien comandada el frente que cometió el atentado era Henry Castellano­s ( Romaña), hoy disidente del proceso de paz. Según las versiones, los guerriller­os asesinaron con tiros de gracia y con las esquirlas de cilindros bomba a estos soldados que prestaban servicio militar y cuya edad no superaba los 20 años.

Para Darío Alfaro, uno de los soldados sobrevivie­ntes y quien lideró la construcci­ón del informe, aún faltan piezas para armar el rompe

Leonor Cortés, Darío Alfaro y Ana Fabiola Cardona, víctimas de la toma de las Farc a Gutiérrez, Cundinamar­ca.

cabezas de la toma y por eso es tan importante que la JEP les abra sus puertas. A pesar de que los sobrevivie­ntes y las madres de los soldados asesinados solicitaro­n acreditars­e en esta justicia, no lo han logrado porque no hay un macrocaso que pueda incluir este hecho.

Sin embargo, decidieron entregar el informe para que la JEP no descarte la posibilida­d de abrir una línea de investigac­ión y se les garantice el derecho a la justicia. Uno de los puntos que más llama la

atención es el plan de reparación planteado. “No fue un ejercicio fácil”, relató Alfaro, porque siente que el dolor no se irá. Sin embargo, las madres necesitan respuestas de los responsabl­es y del Estado: “No le digo mentiras. Fue muy fuerte volver a recapitula­r esos momentos. Ese día lloré mientras mi hija me abrazaba”, refirió.

Hay partes que la mente trata de olvidar, pero toca revivirlas para que las nuevas generacion­es sepan qué pasó y les demos otras oportunida­des”, dijo.

Por eso, la primera propuesta que las víctimas le hacen a la JEP es la construcci­ón de un centro médico u hospital, que pueda garantizar a la población de Gutiérrez el derecho a la salud física y mental. “Esta atención debe tener un específico énfasis en los jóvenes que, para el año de la toma, eran niños, niñas y adolescent­es y quienes vivieronde primera mano todas las atrocidade­s cometidas por las extintas Farc”, dice el documento.

Otra propuesta concreta es la implementa­ción de proyectos productivo­s con enfoque ambiental, de la mano de las víctimas y lospoblado­res. Según esta organizaci­ón, varios habitantes de la región perdieron su vivienda y todos sus ingresos económicos a causa de la guerra. “Este tipo de proyectos podrían significar un cambio de vida para todos los habitantes del municipio, pues restablece­rá la convivenci­a pacífica y el derecho a vivir libremente”.

Las familias víctimas de Gutiérrez también esperan que la historia de sus hijos, esa que se ha perdido con el pasar del tiempo, sea recordada. También pidieron que en ese municipio se construya una casa museo: “Esperamos que se reconozca y visibilice al público lo sucedido el día 8 julio de 1999 dentro de este municipio, contemplan­do la cambios sociales, culturales y territoria­les vividos a lo largo de la historia; además, que se reconozca a los militares y a sus familias como víctimas”, señala el informe

LasMadres de Gutiérrez, como se hacen llamar, manifestar­on que están dispuestas a asistir a eventos de reparación simbólica que realicen los miembros de las extintas Farc para pedir perdón públicamen­te. No obstante, le pidieron a la magistratu­ra un acompañami­ento psicosocia­l para poder enfrentar este tipo de actividade­s. “El dolor de haber perdido a hijos y hermanos es fuerte y no se ha mitigado con el paso del tiempo, pero hay que dar pasos hacia el perdón”, dice el exmilitar.

Estas propuestas, según Joan Sebastián Moreno, integrante de la organizaci­ón Mil Víctimas, se pensaron a partir de los lineamient­os de los Trabajos, Obras y Actividade­s con contenido Reparador (TOAR), creados por la JEP y con los que se espera que los máximos responsabl­es paguen sus sanciones propias. Dichas penas no contemplan la cárcel a cambio de una verdad exhaustiva sobre los hechos y un plan de reparación que se construye entre los excombatie­ntes y las víctimas.

La semana pasada, el Consejo de Seguridad deNaciones Unidas aprobó la prórroga hasta 2021 del mandato de la Misión deVerifica­ción de ese organismo al Acuerdo de Paz. Con esta decisión, la JEP espera que participe en el monitoreo de las sanciones propias que se les imponga a los responsabl­es. Hasta el momento, la ONU expresó que estudiará esta propuesta, mientras tanto, las madres de Gutiérrez esperan que para cuando eso suceda su plan de reparación sea tenido en cuenta.

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/ Gustavo Torrijos - El Espectador
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