Los candidatos Joe Biden y Donald Trump asistirán este martes al primero de los tres debates por las presidenciales de EE. UU. ¿Qué veremos esta noche?
Donald Trump y Joe Biden asistirán este martes al primero de los tres debates presidenciales. Las encuestas señalan que la gran mayoría ya sabe por quién votar. ¿Qué veremos en el debate entonces?
Los medios estadounidenses ¬y del mundo¬ están obsesionados con los debates presidenciales en Estados Unidos. Pero, ¿qué tanto importan en las elecciones hoy?
Las encuestas indican que el 90 % de los votantes ya han tomado una decisión sobre quién debería ser su próximo presidente. Y según una publicada por la Universidad de Monmouth este lunes, ninguno de los republicanos consultados (el 0 %) considera que el debate vaya a cambiar su voto. Ya están jugados. Solo el 7 % dijo que es “algo probable”, mientras que el 91 % dijo que no cambiará en nada su posición. El 2 % no lo sabe. Del lado demócrata e independiente, solo el 4 % ve muy probable que el debate influya en su voto y el 10 % dijo que quizá lo haga.
Los estadounidenses, en casi su totalidad, ya están seguros sobre el futuro que quieren para el país. Y eso se ve reflejado en el entusiasmo que hay en las urnas hasta el momento. Se estima que más de 860 mil ciudadanos ya han votado para las presidenciales de 2020 al día de hoy, en comparación con los 10 mil que lo hicieron en este mismo punto hace cuatro años. Esa alta participación es a la que habría que prestarle atención, pues sobre el mapa beneficia a los demócratas.
“La sensación es que esto (los debates) es más como los eventos deportivos en donde animas a tu candidato y abucheas al otro. Y si tu candidato tiene un mal desempeño, es como si tu equipo perdiera un juego. No dejas a tu equipo”, escribe Jeff Greenfield, corresponsal especial de la PBS para las elecciones.
El impacto de los debates puede ser exagerado. Es muy poco probable que el resultado de los tres encuentros que tendremos determine al ganador de la carrera presidencial. Sin embargo, esto será vital para determinar a qué estados específicos y sectores de la población estarán apuntando ambos candidatos en las próximas semanas y con qué discursos. Pero lo que pase en el debate no será el factor determinante en esas decisiones, sino el mapa que nos permita ver en dónde se dará la pelea.
Este primer encuentro entre Donald Trump y Joe Biden será tam
bién la primera vez que la ciudadanía, de manera amplificada, pueda encontrarse con las propuestas que tienen los candidatos para atender los problemas que tiene el país hoy.
La pandemia, la economía y la vacante que hay en la Corte Suprema son tres de los seis temas de los que se hablará el martes. También estará la “raza y la violencia en las ciudades de Estados Unidos”, una temática cuya sola formulación deja en manifiesto una ventaja para el presidente Trump, pues se concentra en el caos que hay en las calles y no en el problema del racismo estructural del país.
Los dos temas restantes, si bien no tienen la relevancia del manejo de la pandemia, también serán muy llamativos. El primero es la “integridad de las elecciones”. Recordemos que Trump ha rechazado una transferencia pacífica del poder en caso de que pierda.
El otro es el de los registros de cada candidato en materia política. Trump atacará a Biden por no lograr “grandes cambios” en sus 47 años de vida política, mientras que el demócrata responderá mostrando las estadísticas que ha dejado la
actual administración: 200 mil muertos y millones de desempleados. Además, la revelación de la declaración de impuestos de Trump del domingo, realizada por The New York Times, podría introducirse en este segmento.
Biden y Trump se han preparado de maneras muy diferentes para saltar al ring esta noche. El primero, más tradicional, se ha reunido con un equipo de asesores para repasar informes de investigación mientras sus asistentes le hacen preguntas. Trump, en cambio, ha dicho que no se ha preparado en lo absoluto. Aunque ciertamente lo ha hecho, muy a su manera.
En las últimas semanas, Trump ha atacado a Biden durante sus eventos de campaña poniendo en
duda sus capacidades mentales. Ha dicho que su rival está en la primera etapa de demencia y que es incapaz de gobernar.
El gran problema con esa estrategia es que Trump ha dejado la vara de su oponente muy abajo, y eso tampoco es conveniente. Sus asesores le han advertido de no criticar tanto a Biden, pues en caso de que este llegue a descrestar esta noche podría derrumbar uno de los pocos argumentos que usa en su contra: que no es apto para dirigir el país.
“Biden se beneficia de las bajas expectativas al entrar en estos debates”, recuerda David Wilhelm, gerente de campaña de Biden en su candidatura presidencial de 1988, al diario The Guardian.
Es por eso que Trump sacó un escudo para justificar que le pasen por encima en el debate: sugirió que Biden está tomando drogas para mejorar su rendimiento y pidió que se le hiciera una prueba para determinar que no usa nada. Esos trucos le han funcionado en el pasado, pero ahora la presión se ha trasladado sobre él, y para recuperar el terreno perdido deberácambiar esa dinámica.
›› La pandemia, la economía, la raza y la violencia en las ciudades y la integridad de las elecciones serán los temas del debate.