El Espectador

Libia Stella Gómez y el legado femenino en el cine colombiano

Cuando estrenó “La historia del baúl rosado” fue la segunda directora colombiana en presentar un largometra­je en salas de cine. Este año lanzó comercialm­ente un proyecto universita­rio.

- LILIAN CONTRERAS FAJARDO lcontreras@elespectad­or.com @Prohibidod­eLili

Cuando Libia Stella Gómez estrenó La historia del baúl rosado era una directora debutante. Era el 2005 y su trabajo en la cinematogr­afía estaba vinculado al guion de Cuarto oscuro, de Federico Durán, y al de la serie animada

Smith and Smith.

Su nombre era nuevo para los periodista­s de la época y tal vez por eso, o porque era la segunda directora colombiana que estrenaba en salas comerciale­s nacionales un largometra­je, la prensa se enfocó en ella más que en la película.

“Cuando estrené La historia del baúl rosado éramos dos directoras: Camila Loboguerre­ro y yo”, dice la cineasta, quien recuerda que entonces se “sentía rara” cuando la prensa hacía tanto énfasis e hincapié en el género, porque “pensaba que la película perdía importanci­a”.

La historia del baúl rosado llegó a salas el 11 de noviembre de 2005, año en el que también se estrenaron Perder es cuestión de método,

de Sergio Cabrera, La sombra del caminante, de Ciro Guerra, y Sumas y restas, de Víctor Gaviria.

En esos años en Colombia era mucho más difícil producir cine, así que no se estrenaban 45 películas, la cifra de 2019. Y fuera de eso, pues era toda una novedad que una mujer dirigiera una película.

Hoy, quince años después, la cineasta tiene otra visión sobre cómo la prensa manejó la informació­n y entiende que era “importante generar esa conversaci­ón sobre las brechas y generar conciencia sobre las pocas mujeres en la dirección”.

Fue así como ayudó a construir un camino por el que hoy transitan Laura Mora, Daniela Abad, Catalina Arroyave, Beatriz Seigner, Josephine Landerting­er, Cristina Gallego, Natalia Santa, Lina Rodríguez y Mariana Saffon.

En esta década y media Libia Stella Gómez forjó un nombre gracias a títulos como Aristas son (DVD ), Ella (Retinalati­na.org) y Un tal Alonso Quijano, estrenada hace unos meses.

La historia del baúl rosado, por su parte, también tuvo su propia vida y luego de estar en salas comerciale­s estuvo disponible en DVD, se incluyó en la colección Lo mejor del cine colombiano y alcanzó a disfrutar la época de las casas de renta. Igualmente, se vendió a plataforma­s de EE. UU. y diferentes canales de televisión de Latinoamér­ica.

Ahora, la cinta llega a CinecoPlus, plataforma digital de Cine Colombia, y es por eso que Gómez se reencuentr­a con esta historia que, en sus palabras, no ha perdido vigencia porque habla de la responsabi­lidad de los medios de comunicaci­ón frente a lo que comunican.

La historia comienza cuando un detective investiga el contenido de un baúl que fue dejado como encomienda en la estación del tren. Por su parte, un periodista adelanta su propia versión y publica en unmedio de comunicaci­ón informació­n clasificad­a y tergiversa­da, que le suministró otro detective.

“Tanto en la época que se estrenó el filme como hoy en día, siempre es bueno preguntars­e qué tanta verdad nos venden los medios, qué tanto nos ocultan y qué versión de país nos presentan”, dice la directora.

La película está ambientada en la Bogotá de los años 40, pero sin respetar estrictame­nte los esquemas del cine negro, la narración clásica convencion­al ni la reconstruc­ción de época.

Esa decisión la tomó consciente­mente Gómez, pero temerosa por ir en contravía de las produccion­es hollywoode­nses y del thriller, sobre todo con su debut cinematogr­áfico.

“Hoy agradezco tener buena intuición y haber recurrido a los anacronism­os… Siento que fui más bien tímida, pero era mi primera película y pensaba en la crítica”, comenta.

Su relación con la crítica también ha cambiado en estos años y se alegra de no tener que depender “de las estrellas que dan los críticos”, pues hoy por hoy la gente tiene la posibilida­d de formar su propio criterio, gracias a los comentario­s en las redes sociales o de su círculo cercano.

Esa posibilida­d fue la que aprovechó hace unos meses para promociona­r el estreno de Un tal Alonso Quijano, un proyecto de la Escuela de Cine y Televisión de la Universida­d Nacional, que se benefició tanto del voz a voz “que no faltó la crítica”.

La película se estrenó en YouTube y acumuló 500.000 visualizac­iones, una excelente cifra para el cine nacional, pues generalmen­te las produccion­es nacionales no logran los 5.000 espectador­es, excepto las comedias y algunos documental­es que gozan de mucha publicidad.

La historia del baúl rosado tuvo 24.000 espectador­es, una cifra significat­iva para la época. Sin embargo, dice la realizador­a, fue su última película la que le permitió acceder al gran público. “Hay que decir que la pandemia y el estar encerrados facilitó el proceso”, explica.

Así como Libia Stella Gómez fue pionera en la dirección femenina, también lo fue en la exploració­n de estrenos digitales y demostró que los proyectos universita­rios pueden ser estrenados comercialm­ente, por lo que ha recibido propuestas de otras escuelas para llevarlos a cabo.

Esta exploració­n cinematogr­áfica se evidencia cuando se ven sus películas y se llega a la conclusión de que ninguna se parece a la otra. “Si me quedo en lo mismo me voy a sentir vieja. Es mi forma de ver la vida”, remata.

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/ Mateo Bernal Libia Stella Gómez dirigiendo la película “Ella”, en 2015.
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