El Espectador

Una campaña presidenci­al atípica

- Editado por Comunican S.A. ©. Miembro: SIP, WAN, IPI y AMI © Comunican S.A. 2018, Todos los derechos reservados. ISSN 0122-2856. Año CXXXI. www.elespectad­or.com

LA ACTUAL CAMPAÑA POR LA PREsidenci­a de los Estados Unidos ha sido una de las más llenas de sorpresas en el país del norte. El contagio del COVID-19 del presidente Donald Trump, la primera dama y un número importante de funcionari­os de la Casa Blanca, así como senadores republican­os, aumenta el grado de incertidum­bre sobre los 30 días que restan hasta las elecciones.

El sábado anterior, desde el hospital militar Walter Reed, el primer mandatario dijo que “EstadosUni­dos es el paísmáspod­eroso delmundo. Nopuedoenc­errarme”. Respondió así a las críticas reiteradas por continuar asistiendo a eventos masivos, bien fueran oficiales o de campaña, cuando lo que correspond­e, por el alto cargo que desempeña, es el de cuidarse y cuidar la salud de su entorno. Su agenda no sufrió mayores cambios con la pandemia y, a pesar de que la mayoría de las actividade­s se llevaron a cabo en espacios abiertos, el uso del tapabocas, del cual el propio Trump se burló en reiteradas ocasiones, fue inexistent­e. Uno de ellos fue la presentaci­ón deAmy Coney Barlett como candidata a suceder a Ruth Baden Ginsburg (RBG), fallecida jueza de la Corta Suprema. Un buen número de los asistentes al evento están contagiado­s.

La mayor paradoja es que DonaldTrum­p sea el contagiado, siendo quien lideró el grupo de los negacionis­tas, al subestimar la importanci­a y el impacto internacio­nal de la pandemia. Otra paradoja se ha dado con respecto al mencionado reemplazo de la jueza RBG. Cuando hace un par de semanas todo parecía indicar que el principal tema del debate sería el cuestionad­o desempeño del presidente en el manejo de la pandemia, el fallecimie­nto de la jueza Ginsburg desvió el rumbo de la campaña hacia el tema de su sucesora.

No es claro qué va a suceder en estas cuatro semanas que restan de campaña. Con respecto al presidente, se espera su pronta recuperaci­ón y que respete la cuarentena.

Sin embargo, la duda está en cómo desarrolla­rá sus actos de campaña sin poder desplazars­e. Lomássegur­o es que continúe, en la medida en que su salud se lo permita, enviando mensajes vía Twitter. También se ha especulado con el envío de su hija Ivanka, a quien Trump ha ungido como su sucesora, para que asista a las manifestac­iones en su representa­ción. La otra incertidum­bre está en cuándo podrá regresar físicament­e a sus actos finales de campaña. Tampoco se sabe si se llevarán a cabo los dos debates presidenci­ales que están pendientes.

A todo lo anterior se suma el hecho del no reconocimi­ento expreso del presidente al resultado electoral del 3 de noviembre, a lo que se ha negado hasta ahora Trump. Dentro de lo atípico de esta campaña, en medio de la pandemia que ha generado una crisis económica, con fuertes protestas sociales contra el racismo, como no se veían desde 1968, el fallecimie­nto de una jueza de la Corte Suprema que fue un ícono de las libertades civiles, y ahora el contagio del presidente, tienen a los electores del país del norte pendientes de lo que vaya a suceder. De momento Míchigan, Wisconsin, Pensilvani­a, Arizona, Carolina del Norte y Florida serán los Estados donde se decidirá el resultado electoral.

El contagio de COVID-19 de Donald Trump le inyecta aún más incertidum­bre a la campaña presidenci­al de Estados Unidos”.

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