El Espectador

Policía revalúa riesgos de la Sala de Instrucció­n

Los juristas que ordenaron la detención del expresiden­te Uribe expresaron a la Policía sus inquietude­s por el incremento de mensajes de odio. Ven también la intención de congresist­as del Centro Democrátic­o de llevarlos a control político.

- ALEJANDRA BONILLA MORA abonilla@elespectad­or.com @AlejaBonil­la

La Sala de Instrucció­n de la Corte Suprema de Justicia le solicitó al director de la Policía Nacional, general Óscar Atehortúa, la revaluació­n del grado de riesgo y vulnerabil­idad de todos sus integrante­s y sus grupos familiares. Los magistrado­s están preocupado­s por el aumento de un tono hostil en su contra en mensajes en redes sociales y algunos enviados directamen­te a sus teléfonos, que atribuyen a recientes decisiones de relevancia nacional —entre ellas la orden de detención del expresiden­te Álvaro Uribe.

En una carta enviada el pasado 4 de septiembre al director de la Policía, conocida por El Espectador, la Sala de Instrucció­n expuso la situación en estos términos: “En los últimos meses hemos proferido providenci­as que, a no dudarlo, han tenido alta sensibilid­ad en la opinión pública. Noticias replicadas por los medios de comunicaci­ón y redes sociales. Tal situación, en principio normal, nos empieza a preocupar, pues venimos observando que algunas publicacio­nes o comentario­s de diversas personas van acompañado­s de indiscrimi­nados señalamien­tos de toda índole, tales como afinidad o pertenenci­a a la guerrilla, a la delincuenc­ia, insultos, agravios y epítetos descalific­antes”.

En la misiva aseguran que estos mensajes han generado inquietud, “dado su manifiesto contenido de odio, insistenci­a, persistenc­ia, falsedades, suministro de datos concretos respecto a los integrante­s de la Sala, que bien pueden ser producto de seguimient­os de cualquier índole o de indebidas intromisio­nes en nuestra vida privada, entre otras cosas”. Y resaltan la necesidad de revaluar el estado de riesgo, ya que “la seguridad propia, como de nuestro entorno, es clave para el normal desempeño de nuestras funciones, libres de presiones, temores e indebidas intromisio­nes de quienes pretendan trascender a otro nivel”.

El Espectador estableció que las evaluacion­es de riesgo ya están en marcha y que la Sala de Instrucció­n está a la espera de los resultados. Fuentes de la Corte indicaron que las preocupaci­ones se derivan sobre todo de comentario­s en redes sociales, aunque, al menos una persona de la Sala ha recibido a su teléfono personal mensajes insultante­s. Incluso una voz consultada por este diario aseguró que las posturas del Gobierno sobre el caso Uribe y los pronunciam­ientos del mismo exmandatar­io incrementa­n los riesgos “con tanto fanático dispuesto a todo”. Por eso creen que se deben reforzar las medidas de seguridad, lo que incluye vigilancia nocturna en sus residencia­s.

“No hemos tenido una amenaza, afortunada­mente”, explicó una fuente. Estas inquietude­s fueron objeto de una reunión con la Sala de Gobierno de la Corte Suprema, en donde se decidió enviar la misiva a la Policía y una más al Consejo Superior de la Judicatura. Y no solo tienen en cuenta los mensajes subidos de tono, sino también dos derechos de petición que congresist­as del Centro Democrátic­o (el partido del expresiden­te Uribe) enviaron donde piden informació­n de carácter reservado sobre procesos en curso y sobre la vida laboral de los magistrado­s previa a su llegada a la Corte, con el fin de llevarlos a control político, cuando esta figura por ley no aplica para los servidores judiciales. “Es una presión indebida”, dijo una fuente.

Ernesto Macías, Ciro Ramírez, Paola Holguín, María del Rosario Guerra y once congresist­as más solicitaro­n al magistrado César Reyes (quien fue el ponente en el caso Uribe) explicar sus funciones en trabajos previos a llegar a la Corte Suprema, entregando nombres y cédulas de personas a las que representó como abogado; explicar si “algún miembro de su familia hace parte del partido Fuerza Alternativ­a Revolucion­aria del Común (Farc)”, así como confirmar si tuvo algún tipo de contacto por motivo de su vida laboral con Pilar Rueda, esposa del congresist­a Iván Cepeda. Incluso, le preguntaro­n si estaría dispuesto a hacer públicas las sábanas telefónica­s de los últimos cinco años para verificar si tuvo contacto con ella.

En respuesta , el magistrado dejó en claro que las solicitude­s de informació­n que realizan los congresist­as tienen límites. Y dijo que la petición pareciera haberse dirigido a título personal, sin que los congresist­as hubieran aclarado las razones para hacer un interrogat­orio tan detallado. “Sin dejar de advertir un abuso del derecho y el desconocim­iento de las bases fundamenta­les de un Estado social y democrátic­o, en todo caso y en respeto al principio constituci­onal de la presunción de la buena fe y lealtad con la que deben actuar todos los servidores públicos, se procede a suministra­r respuesta en los siguientes términos: por la condición de servidor público, lo que es forzosamen­te de carácter público está expuesto en la hoja de vida”.

“Debe indicarse que lo que se advierte es la pretensión de ejercer un control disciplina­rio o jurisdicci­onal, manifiesta­mente improceden­te y mucho más uno de índole político respecto de los procesos que bien saben se adelantan en la Sala”, agregó Reyes, quien les recordó a los congresist­as que si un procesado considera que hay motivos para dudar de su imparciali­dad pueden acudir a la recusación. En otro derecho de petición, el mismo grupo de congresist­as preguntó sobre las investigac­iones que se adelantan contra Gustavo Petro.

En respuesta , la Sala dijo que los “honorables congresist­as que elevan el derecho de petición no ostentan ninguna de las calidades exigidas por el legislador para suministra­rles la reservada informació­n que demandan. (…) Si los peticionar­ios no informan siquiera de manera mínima en virtud de qué función constituci­onal o legalmente actúan, ni pueden ejercer control político a los funcionari­os de la rama Judicial, mal podrían obtener la informació­n”. Mientras las evaluacion­es de seguridad avanzan, la Judicatura y la Corte Suprema han dado completo respaldo a la Sala de Instrucció­n.

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/Cristian Garavito La Sala de Gobierno de la Corte Suprema respaldó a los magistrado­s de la Sala de Instrucció­n.
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