El sector universitario regional
Para respirar un poco mejor consideramos saludable abordar otros ámbitos diferentes al de la violencia de Colombia en toda su multiplicidad. Gracias a la revista Dinero (06-12-20) en cuya edición presenta el ranquin de las mejores universidades de nuestro país, es decir, la posición de las instituciones según indicadores que pretenden medir la calidad de la educación superior, el desarrollo de la investigación y demás aspectos académicos, a partir de los resultados de las pruebas Saber Pro de 2019, examen que rinden los egresados para graduarse, teniendo en cuenta además la agrupación de programas que hace el Icfes en 46 núcleos de conocimiento. Este sistema de medición, que surgió en el Reino Unido y Estados Unidos, se ha extendido por el mundo entero, de tal manera que el análisis de la revista Dinero está basado en la amplia experiencia de instituciones de prestigio nacional e internacional. Naturalmente, mi atención se centra en mi departamento de Nariño y con las limitaciones de espacio que implica una columna. Resulta particularmente halagador para el sector universitario nariñense identificar que sus cuatro instituciones de educación superior: Universidad de Nariño (116 años), Universidad Mariana (53 años), Universidad Cesmag -Centro de Estudios Superiores María Goretti(38 años) y Corporación Universitaria Autónoma de Nariño -Aunar(39 años) figuran en un rango que las ubica de la mitad hacia arriba en la gran mayoría de sus programas. Este aspecto es significativo si se tiene en cuenta el número total de universidades públicas y privadas (82) e instituciones universitarias (120) a nivel nacional. La Universidad de Nariño, alma máter, la de mayor trayectoria en el sur de Colombia, tiene muchos programas que se ubican entre los mejores del país y proporcionalmente las otras tres están por encima de instituciones de mayor antigüedad. La participación integral de la comunidad universitaria en cada una de ellas se hace evidente con estos resultados tan positivos para el medio regional. No significa que se ha llegado a la cima, ni tampoco que haya sido el resultado de una sola administración. Siempre es necesario saber quiénes fueron los pioneros, los continuadores y los consolidadores en los largos años de lucha y aprendizaje en sus procesos de acreditación, pero sobre todo, ha sido un camino de aprendizaje y mejoramiento para sus directivas y equipos de apoyo. El reto para nuestras universidades es superar todos los días estos ranquines.