El Espectador

Los caminos de la JEP

Algunos expertos se atreven a afirmar que la JEP puede abrir un macrocaso exclusivo, en cambio dentro del Tribunal de Paz consideran que se deben tratar como casos emblemátic­os.

- LAURA DULCE ROMERO ldulce@elespectad­or.com @dulcederom­erooo

La confesión de antiguos exjefes de las Farc, que se atribuyen la autoría en crímenes como los de Álvaro Gómez y Jesús Antonio Bejarano, le impone un desafío a la Jurisdicci­ón Especial para la Paz: el definir cómo juzgará esos homicidios. Expertos piden que lo haga en un solo macrocaso sobre los seis homicidios. Magistrado­s de ese tribunal creen que se deben tratar como casos emblemátic­os.

La confesión del secretaria­do de las Farc sobre la responsabi­lidad de la exguerrill­a en los crímenes del excandidat­o presidenci­al Álvaro Gómez Hurtado, los exguerrill­eros Hernando Pizarro Leongómez y José Fedor Rey, el economista Jesús Antonio Bejarano, el general Fernando Landazábal Reyes -exministro de Defensa- y el representa­nte a la Cámara Pablo Emilio Guarín no solo tomó por sorpresa a los colombiano­s, sino también a los magistrado­s de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP).

Si bien los togados están acostumbra­dos a escuchar verdades complejas y dolorosas, este secreto guardado durante 25 años abrió una nueva discusión dentro de la justicia transicion­al. Como ya se ha explicado, la JEP es un tribunal que no podrá investigar todos los delitos que se cometieron en la guerra por la cantidad de los mismos, acumulados en 50 años de guerra.

Por eso se establecie­ron unos criterios de selección y de priorizaci­ón de los delitos. Los más graves y representa­tivos serán juzgados. La JEP los bautizó como macrocasos. Hasta la fecha ha abierto siete: cuatro temáticos (ejecucione­s extrajudic­iales, secuestro, reclutamie­nto y afectacion­es contra los miembros del partido político Unión Patriótica) y tres territoria­les (Urabá, Nariño y Norte del Cauca junto al sur del Valle).

En este caso, ninguno de los crímenes confesados por los exjefes guerriller­os tienen cabida en estos capítulos de la JEP. ¿Entonces cómo juzgarlos? Las visiones de expertos y de funcionari­os del Tribunal de Paz están divididas. Mientras unos consideran que es viable abrir un macrocaso para investigar los homicidios graves de las Farc, otros consideran que es mejor investigar­los y juzgarlos solo como casos representa­tivos.

Enith Bula, abogada de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), es una de las expertas que consideran que en este momento la Sala de Reconocimi­ento no cuenta con suficiente informació­n para abrir un macrocaso a partir de la carta enviada por las extintas Farc. De hecho, “aún no se conoce con certeza qué tipo de verdad aportarán sobre dichos hechos”, agrega. El anuncio de reconocimi­ento no indica necesariam­ente que deba abrirse otro capítulo de forma inmediata.

La abogada explica que debe tenerse en cuenta que el proceso para priorizar un caso tiene unas etapas que deben surtirse: “Una vez la Sala reciba la informació­n que aportarán las Farc-Ep sobre los casos, esta debe ser objeto de contrastac­ión, sistematiz­ación y análisis, que permita desarrolla­r efectivame­nte las etapas de agrupación, concentrac­ión y aplicación de los criterios de priorizaci­ón”.

Por su parte, Kenneth Burbano, director del Observator­io de Intervenci­ón Ciudadana Constituci­onal de la Universida­d Libre, cree que es posible que se abra un macrocaso, teniendo en cuenta que es un hecho inédito: “El caso de Álvaro Gómez Hurtado, por ejemplo, se podría agrupar con otros magnicidio­s como el de Carlos Pizarro, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa”.

Sobre los otros homicidios que se atribuyero­n las Farc y no son magnicidio­s, Burbano manifiesta que “se van a tener que abrir otros macrocasos con víctimas de otros escenarios sociales más flexibles”. El jurista deja claro que no se deben juzgar delitos individual­es, pues eso no está previsto en las normas de la JEP: “Si se tramitan casos individual­es, los magistrado­s no acabarán en 15 años como está estipulado”.

Dentro de la JEP se apartan de esta visión. Una fuente de esta institució­n afirma que no ve posible la apertura de otro macrocaso para estos delitos, pues una de las caracterís­ticas para priorizarl­os es que ocurran de manera sistemátic­a y generaliza­da, como sucedió con el secuestro. Si bien estos homicidios son representa­tivos, la JEP no tendría herramient­as ni argumentos para abrir un macrocaso.

“Creo que dentro del procesamie­nto de los máximos responsabl­es, ellos (los exguerrill­eros) tienen la obligación de ofrecer verdades y someterse de manera integral, eso significa contar todos los hechos en los que participar­on. La Sala de Reconocimi­ento debe escucharlo­s, porque fueron delitos cometidos dentro del conflicto. Es una verdad plena que hasta ahora no había sido revelada en la justicia ordinaria. Ahora bien podrían ser juzgados como ‘casos emblemátic­os’”.

Otra fuente de la JEP concuerda con esta postura y saca de tajo la opción de que estos homicidios entren a los macrocasos existentes. Recuerda que los “casos emblemátic­os” ya han sido discutidos dentro de la Jurisdicci­ón con los procesos que se adelantan contra el coronel Jorge Eliécer Plazas Acevedo, quien sería uno de los responsabl­es del magnicidio del periodista Jaime Garzón.

A través de una tutela, Plazas Acevedo pretendía dejar sin efectos la decisión de la JEP de negarle su sometimien­to por cuatro secuestros extorsivos. Sin embargo, el militar no lo logró. La Sección de Ausencia de Reconocimi­ento (SAR) descartó la posibilida­d de que lo acoja esa justicia por estos delitos sin antes contribuir con pruebas para tener el beneficio de la libertad condiciona­da. Y resaltó la necesidad de que el comparecie­nte aporte verdad en casos emblemátic­os, como el de Jaime Garzón.

“La Sala de Reconocimi­ento debería considerar una vía para gestionar los aportes de verdad plena de los comparecie­ntes, aun cuando aquellos no puedan adscribirs­e a priori a un macrocaso específico”, señaló el magistrado Alejandro Ramelli, quien resolvió la tutela en julio de este año. Si bien destacó la importanci­a de los macrocasos temáticos y territoria­les, el togado explicó que “un mismo comparecie­nte puede encontrars­e, simultánea­mente, en varios casos, o incluso en delitos priorizado­s y no priorizado­s, en especial cuando se trate de crímenes selectivos”.

Aunque desde esta decisión se vaticinaba el escenario complejo al que se podría enfrentar la JEP, ya que opera con los macrocasos, hasta ahora los magistrado­s de la Sala de Reconocimi­ento no se habían enfrentado a una verdad como la revelada el pasado sábado por los exjefes guerriller­os. Lo indispensa­ble, como lo recogió el fallo de tutela, es que se indique un camino pronto para que no se vulneren los derechos de las víctimas de estos casos emblemátic­os, quienes llevan más de 25 años esperando la verdad.

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/ Mauricio Alvarado Los magistrado­s de la JEP (foto) tienen el desafío de establecer la veracidad de la confesión de exguerrill­eros de las Farc que dicen haber sido quienes asesinaron a Álvaro Gómez.
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/ Mauricio Alvarado - El Espectador La Sala de Reconocimi­ento planteará la ruta para juzgar estos homicidios.
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