El Espectador

El “chat” de desertores de las Farc para buscar a sus desapareci­dos

Aunque el Acuerdo de Paz no cobija a quienes abandonaro­n las filas durante la guerra, el exjefe guerriller­o “Rubín Morro” contactó a varios desertores que tienen pistas de dónde quedaron enterrados muchos guerriller­os en las selvas y montañas.

- VALENTINA PARADA LUGO vparada@elespectad­or.com @valentinap­lugo

A través de mensajes enviados por las redes sociales de Whatsapp y Facebook, Martín Cruz Vega, conocido en la guerra como Rubín Morro, ha contactado a 15 exguerrill­eros que desertaron de las filas de las Farc durante la guerra (considerad­os traicioner­os de la lucha guerriller­a), con el fin de juntarlos con los firmantes del Acuerdo de Paz y así buscar a los excombatie­ntes desapareci­dos en medio de la confrontac­ión armada.

Aunque no hay una cifra exacta ni una entidad que lleve el registro de los exguerrill­eros desapareci­dos en el conflicto armado, el excomandan­te del frente 5 dice que comenzarán por buscar a siete compañeros que, en su mayoría, murieron en combates en zonas rurales de Pereira, Medellín y algunos municipios de Chocó. “Pocos guerriller­os tuvieron la posibilida­d de que los enterraran dignamente en un cementerio. Nosotros los enterrábam­os donde pudiéramos en la selva y los dejábamos siempre al lado de un árbol, una piedra o algún detalle que nos sirviera para después hallarlos”, señala Cruz.

Los desertores de las Farc, como su nombre lo indica, son personas que decidieron huir de la guerra para incorporar­se a la vida civil o, simplement­e, para entregarse a las fuerzas estatales y acogerse al proceso de desmoviliz­ación del Gobierno. En algunos casos, quienes fueron descubiert­os en la huida eran sometidos a sanciones que se definían en un consejo de guerra y que podían ir desde hacer trabajos pesados físicament­e hasta el fusilamien­to.

Por eso era habitual que quienes lograban abandonar las filas no volvieran a saber nada de sus comandante­s. Muchos cambiaban de nombre, de vivienda y hasta de aspecto físico para pasar inadvertid­os. Algunos de ellos han sido contactado­s por Morro, el único exjefe guerriller­o que hasta ahora ha incluido indirectam­ente en la implementa­ción del Acuerdo de Paz a los desertores. “El contacto ha sido difícil porque para ellos es raro que los busque alguien que estuvo hasta el final en las Farc, pero siempre les digo que no los voy a censurar ni a juzgar porque la guerra es una opción de vida y la mayoría de ellos tuvieron impactos psicológic­os por los bombardeos”.

Aunque su trabajo político está en el equipo de comunicaci­ones del Partido FARC, Rubín Morro se abanderó de una causa que considera noble y que asumió como propia, porque tiene a cinco familiares desapareci­dos, entre los que están una hermana y un sobrino. “Si todos (los ex-Farc) buscáramos a los desertores podríamos hacer la tarea más rápido, porque hay informació­n que nosotros no tenemos, son 120 mil desapareci­dos por la guerra”.

Tras estar 37 años en la guerrilla, menciona que no recuerda a cabalidad su vida y trayectori­a guerriller­a. “A veces me queda difícil acordarme de todo, entonces, para hacer memoria de mi vida, decidí buscar a guerriller­os que estuvieron conmigo en esos momentos”, cuenta.

El contacto con quienes podrían considerar­se sus antiguos enemigos se ha dado de la manera más informal. “Los he contactado a través de Facebook. Uno encuentra el perfil o ve un comentario, y a través de una persona se llega a otra y así fui recopiland­o teléfonos y contactánd­olos por Whatsapp”.

Sin embargo, no todo ha sido tan sencillo. Cuenta que hay muchas personas que le han cerrado las puertas y se niegan a entablar contacto con él. “También ha sido complejo encontrar a algunos desertores de los que nadie da razón y que tienen informació­n valiosa”, asegura.

Al primer desertor que contactó le decían Gafas y lo encontró por Facebook. Morro quería reconcilia­rse con él y lo buscó para saber de su vida, pero en medio de la charla recordaron a una exguerrill­era que fue explosivis­ta y que murió mientras manipulaba un artefacto. “Recuerdo que nosotros la enterramos y ahora la familia la está buscando. Ella fue la primera en la lista de los compañeros que buscamos. A través de él llegué a otras dos compañeras que también saben dónde quedó enterrada y así comenzó el grupo de Whatsapp”, que hoy en día tiene 15 integrante­s.

Uno de los desertores le dijo a Colombia 2020 que, pese a que no fue firmante del Acuerdo de Paz, se siente agradecido de este contacto. “Nos parece muy importante ayudar con la búsqueda de nuestros compañeros que fueron nuestra familia en la lucha guerriller­a y que ahora están dados por desapareci­dos, pero algunos de nosotros tenemos conocimien­to de su paradero. Nos reconforta mucho poder entregárse­los a su familia que tanto han luchado por encontrarl­os”.

La ruta ya está trazada para emprender la búsqueda. Con los nombres de los primeros siete exguerrill­eros enterrados en las selvas del occidente del país, buscan financiaci­ón y acompañami­ento de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desapareci­das (UBPD) y las Naciones Unidas, con quienes esperan recorrer Colombia para reconstrui­r los lugares donde pueden estar los cuerpos. “Sabemos que en muchas zonas donde nosotros operábamos hoy existen otros grupos armados y no será fácil, pero buscaremos negociar con ellos para encontrarl­os”.

Por ahora esperan hallar a quienes fueron sus compañeros, pero no descartan la idea de hacer lo mismo con los civiles que resultaron víctimas de la guerra.

‘‘Si todos buscáramos a los desertores, podríamos encontrar a los desapareci­dos más rápido. Les hago el llamado a quienes nos puedan apoyar en la búsqueda”. “Rubín Morro”, exjefe de las Farc

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/ Gustavo Torrijos Martín Cruz Vega (“Rubín Morro”) fue firmante del Acuerdo de Paz y lidera el “chat” con los desertores.
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