Paul Nakasone, ¿el arquitecto de la guerra en el siglo XXI?
Paul Nakasone, director del Servicio Nacional de Seguridad de EE. UU., se convirtió en uno de los personajes más peligrosos del gobierno de Trump. En la era digital su poder es casi ilimitado.
Paul Nakasone no suena mucho en los medios de comunicación estadounidenses, a pesar de ser uno de los funcionarios que más responsabilidad tiene en la administración de Donald Trump. Silencioso, discreto, siempre con un lápiz para hacer anotaciones, se ha dedicado durante años a estructurar la nueva estrategia cibernética del país para defenderse de posibles ataques extranjeros, pero también para llevar a cabo operativos internacionales y espiar internamente de ser necesario. Algunos expertos afirman que, sin saberlo, el general de cuatro estrellas sentó las bases para lo que será la guerra en el siglo XXI.
Las elecciones en Estados Unidos de 2016 marcaron un antes y un después para el país desde diferentes puntos de vista. La llegada de Donald Trump y el posterior escándalo bautizado como la “trama rusa”, en el que se denunció la presunta injerencia rusa que nunca pudo ser demostrada, cambiaron para siempre la concepción que se tiene del espacio digital en los procesos electorales. Uno de los funcionarios que más cerca ha estado de los movimientos fue Nakasone, quien funge hasta la actualidad como director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y comandante del Cibercomando estadounidense.
Ahora su labor está siendo más importante que nunca. Justo esta semana el director de Inteligencia estadounidense, John Ratcliffe, afirmó que Rusia e Irán obtuvieron información del registro de votantes en Estados Unidos y han actuado para influir en la opinión pública antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Aparentemente ambos gobiernos buscan utilizar la información obtenida “para comunicar información falsa a los votantes registrados con la esperanza de causar confusión, sembrar el caos y socavar la confianza en la democracia estadounidense”.
Su papel en el gobierno no es de poca monta. Es la tercera persona en ocupar uno de los cargos más importantes del gobierno. Según el medio Wired, “como director de la NSA dirige una de las mejores máquinas de vigilancia del mundo y como líder del Cibercomando está a cargo no solo de defender a Estados Unidos contra los ciberataques, sino también de ejecutarlos contra los enemigos de la nación”. Eso sí, cuando recibió el cargo heredó un organismo débil y quedado tecnológicamente con respecto a los enemigos. Por eso su estrategia marca un giro radical en la política digital estadounidense, acostumbrada a defenderse y no a atacar.
El archivo de operativos realizados desde la NSA o el Cibercomando no es claro, pues es clasificado, pero se han conocido al menos tres importantes ataques estadounidenses. Esto significa que en sus dos años de mandato Nakasone es uno de los funcionarios que ha llevado a cabo más ciberataques dentro de la organización. En 2018 llevó a cabo un ataque contra la Agencia de Investigación de Internet rusa. El año siguiente se registró un operativo contra Irán y también en 2019 se trató de atacar a Trickbot, una de las redes de bots más importantes del mundo.
Los informes de Wired son reveladores. De hecho, afirma que el Cibercomando “ha llevado a cabo al menos otros dos conjuntos de operaciones desde el otoño de 2019 sin conocimiento público. Sin confirmar cifras u operaciones específicas, la Casa Blanca dejó en claro que eso es exactamente lo que espera de Nakasone”.
Luego citan a un alto funcionario de la administración, quien les aseguró: “Los funcionarios de Trump dicen que lo acusaron de acelerar drásticamente el ritmo de la guerra digital estadounidense. “No estábamos preguntando, ‘¿podemos hacer dos o tres operaciones más ahora mismo?’. Estábamos preguntando, ‘¿podemos hacer 10 veces más actividad en este momento?’. ‘La respuesta del presidente Trump fue sí’”.
Cerca de la muerte
Nakasone nació el 19 de noviembre de 1963, justo tres días antes de que John F. Kennedy fuera asesinado. Él y su familia han estado cerca de la muerte en más de una ocasión. Su padre, Edwin, recuerda cómo en 1941 vio pasar al ejército japonés cuando iba a atacar a Pearl Harbor. Años después se convertiría en un oficial de inteligencia, como su hijo. Paul también vivió un episodio traumático cuando en 2001 presenció el ataque al Pentágono del vuelo 77 de American Airlines.
Con el paso de los años decidió seguir dos de las grandes tradiciones de su familia: la religión y el ejército. Durante sus primeros años en el servicio militar pasó casi inadvertido y solo fue hasta que entró a los servicios de inteligencia que empezó a cobrar importancia dentro de la organización. “Alexander fue un técnico visionario. Su estilo de gestión consistía en establecer tareas imposibles como una forma de obligar a una organización a repensar los problemas y proponer enfoques nuevos y radicales”, afirma Wired sobre el comandante.
Lo que pase después del 3 de noviembre poco le importa a Nakasone, pues si bien fue elegido durante la administración de Trump, su mandato se extenderá hasta 2022. Su estrategia a futuro es clara, y seguramente sus decisiones tendrán repercusión en la política digital de Estados Unidos algunas décadas más. Recientemente, en un panel moderado por Sue Gordon, el exsubdirector principal del director nacional de Inteligencia, Nakasone señaló que cada vez se verán más las operaciones de influencia en distintos países y que se parecen al coronavirus, pues tienen una barrera de entrada baja y “afectan a las personas dentro de las naciones de manera bastante uniforme”.
Luego agregó que están “por debajo del nivel de conflicto armado, pero permiten la difusión de mensajes que están lejos de la verdad. Lo hemos visto ahora en nuestros procesos democráticos. Creo que lo veremos en nuestros procesos diplomáticos, lo veremos en la guerra, lo veremos sembrando la desconfianza civil en diferentes países. La gran tecnología que permite gran parte de lo que estamos haciendo es también esa espada de doble filo”.
‘‘Nuestra nación está en contacto constante con sus adversarios, que siempre están trabajando para mejorar esa cercanía.
Paul Nakasone, director de la Agencia Nacional de Seguridad y comandante del Cibercomando de Estados Unidos.