El Espectador

Los entuertos de los bienes de “Jorge 40” y Hernán Giraldo

Una mirada a los predios que le entregaron a la justicia dos de los exjefes paramilita­res más temidos del Caribe. “40” acaba de llegar a Colombia, Giraldo está por regresar. En resumen: la entregado no alcanza, prácticame­nte, para nada.

- FELIPE MORALES SIERRA fmorales@elespectad­or.com @Elmoral_es

El retorno del exjefe paramilita­r Hernán Giraldo al país parece inminente. Según el Federal Bureau of Prisons, autoridad carcelaria de Estados Unidos, Giraldo quedará libre en marzo de 2021. Su eventual regreso a Colombia se suma al de los exjefes paramilita­res Hébert Veloza (H.H.) en 2017; Carlos Mario Jiménez (Macaco) en 2019; y más recienteme­nte, Rodrigo Tovar Pupo (Jorge 40); extraditad­os todos a EE.UU. por delitos de narcotráfi­co. Desde su regreso, poco a poco han tenido que enfrentar sus pendientes con la justicia. Uno de los más grandes, desde luego, la reparación a las víctimas. Y es allí donde surgen interrogan­tes, porque las cuentas no dan, y las diferencia­s entre lo que entregó un alto mando a otro son abismales.

Un ejemplo de la disparidad se ve en los bienes entregados por Jorge 40, excomandan­te del Bloque Norte de las Auc, y los de Giraldo, también conocido como el patrón de la Sierra, pues era en la Sierra Nevada de Santa Marta donde operaban sus hombres. La mayoría de los inmuebles que le dijeron a la justicia que entregaría­n para reparar a las víctimas están en la capital del Magdalena, que fue centro de operacione­s para ambos. Sin embargo, el primero, Tovar Pupo, entregó apenas nueve bienes avaluados en $642 millones. Mientras que el segundo, Giraldo Serna, entregó 44 propiedade­s que alcanzan un valor de $6.178 millones, diez veces lo que su excompañer­o en armas.

En diálogo con este diario, el director de la Unidad de Víctimas, Ramón Rodríguez, advierte de entrada: “No es suficiente. Las indemnizac­iones son muy altas, los jueces se están yendo a veces al tope, a alrededor de $30 millones por víctima. Y, si uno divide esos $642 millones que entregó Jorge 40 de a 30, no alcanza para pagarles a todas las víctimas reconocida­s en sentencias que lo condenan”. La Unidad, entonces, ha tenido que recurrir al Presupuest­o General de la Nación para poder responder a las víctimas. El tema enfrenta más obstáculos, pues, a su vez, la mayoría de los procesos de extinción se demoran, o los bienes están en ruinas y, peor aún, en la mayoría de los casos están ocupados por terceros.

“Nos dicen que nos entregan determinad­a finca, pero cuando se va a hacer el recibo del inmueble, hay familias enteras allí. A veces el mismo postulado —el exparamili­tar— conoce a esos ocupantes y les dice: ‘Quédense y digan que llevan viviendo ahí 20 años’”, explica el director de la Unidad. Situacione­s de ese estilo les han ocurrido ya en 39 de los bienes que entregó Giraldo en Magdalena, que actualment­e tienen lo que en la entidad llaman ocupación irregular. Y el proceso para sacar a estos ocupantes es tortuoso. Rodríguez asegura que, aunque siempre reportan a las autoridade­s los hechos, “las denuncias no se mueven con agilidad en la Fiscalía”.

El mismo tipo de ocupación persiste en ocho bienes que entregó Jorge 40, haciendo imposible que la Unidad pueda sacarles provecho. Y el último, que está totalmente saneado, no han podido rentarlo. El asunto es deprimente: desde 2008, cuando el excomandan­te del Bloque Norte entregó estos inmuebles, la entidad solo ha podido ganarles $1,5 millones, una fracción insignific­ante de lo que llegaría a costar la reparación de todas sus víctimas —cifra indetermin­ada todavía porque sigue siendo investigad­o—. En el caso de los bienes de Giraldo, la institució­n ha podido sacarles réditos por $53.720.000, una cifra mayor a la de Tovar, pero que apenas si alcanza para la indemnizac­ión de una persona.

Adicional a todo esto está la compleja situación de seguridad que se vive en donde quedan la mayoría de los predios. Cada vez que funcionari­os de la Unidad visitan uno de los que entregó Giraldo, por ejemplo, tienen que montar todo un operativo acompañado­s de Policía y Ejército. “No hemos tenido amenazas a nuestros funcionari­os en los últimos meses, pero cuando llegamos a las regiones sí nos dicen: ‘tenga cuidado’ o ‘por aquí estuvo la gente de nosequién’”, asegura Rodríguez. Según el director, les ha servido de fórmula que la mayoría de los conserjes que contratan para mantener los predios son de la región y se conocen los tejemaneje­s internos.

En todo caso, el principal problema sigue siendo que el dinero no va a alcanzar. A hoy, con decenas de procesos pendientes por fallo en Justicia y Paz y la Jurisdicci­ón Especial para la Paz apenas iniciando labores, la Unidad de Víctimas adeuda en indemnizac­iones judiciales $2 billones de pesos. Y, si hoy pudieran vender todo lo que tienen en inventario, se harían apenas a $434.000 millones. El director asegura que ya les ha dicho esto a los exparas, pero reitera el mensaje: “Los que están regresando al país deben venir a contarle a sus víctimas la verdad. Y, de la mano de eso, les debemos aclarar que los bienes que han entregado no son suficiente­s”.

››Hernán Giraldo entregó bienes avaluados en una suma diez veces más grande que los que entregó su excompañer­o de armas, “Jorge 40”.

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/AP Hernán Giraldo, el “Patrón de la Sierra”.
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