¿Se embolató el dinero para el proyecto de la carrera séptima?
Con Transmilenio descartado y el Corredor Verde en marcha, la nueva duda es por qué el Distrito pidió $2,1 billones en el cupo de endeudamiento, si en teoría ya había financiación. La explicación es que el dinero aprobado era para TM, así que nunca se com
El trámite del cupo de endeudamiento en el Concejo de Bogotá tuvo varios contratiempos y una gran discusión alrededor de la cifra a aprobar. La administración solicitó $10,79 billones, pero para algunos concejales la cifra debía bajar a $8,5 billones. ¿La razón? Además de que sería la deuda más alta en la historia de Bogotá, solicitaron recortar los $2,1 billones para el Corredor Verde por la carrera séptima, proyecto que sustituirá a la troncal de Transmilenio (TM), que planteó el exalcalde Enrique Peñalosa, la cual tenía financiación. Al final, el pulso lo ganó el Distrito.
El Corredor Verde comenzó justo hace un mes, cuando la alcaldesa, Claudia López, dio inicio al “proceso de cocreación”, para que la ciudadanía hiciera observaciones y propuestas sobre el proyecto. Por ahora, la única claridad es que se construirá cualquier cosa menos una troncal, como la dejó diseñada la pasada administración entre las calles 32 y 200, la cual tenía lista una financiación por $2,4 billones.
Pero ¿qué pasó con esos recursos? Esa fue la principal duda en los últimos debates del cupo de endeudamiento en los que preguntaron por qué aprobar $2,1 billones adicionales para obras en ese Corredor, en las que se han invertido más de $31.000 millones en estudios y diseños. Ese, por lo menos, fue el reclamo de la concejal Sara Castellanos (Partido Liberal), quien pidió recortar del cupo los recursos para la séptima.
“No me opongo al cupo. Mi propuesta es endeudarnos responsablemente. El Corredor Verde es un proyecto que no tiene estudios ni diseños y el Distrito está pidiendo $2,1 billones sin tener una mínima idea de qué va a construir. Es un buen proyecto, pero todavía no es claro y es irresponsable endeudarnos cuando no hay certeza de si Bogotá tendrá la capacidad de pagar la deuda”, manifestó la cabildante.
La duda no fue solo de Castellanos. El concejal Carlos Carrillo (Polo) presentó el viernes ante la plenaria una propuesta para disminuir los recursos del proyecto y coincidió con la concejal liberal en algunos aspectos. “Cada vez me temo más, con el aplazamiento permanente del diseño conceptual de la obra, que lo ‘verde’ será un TM eléctrico. Es decir, una troncal disfrazada para solucionar el conflicto con la ciudadanía”.
Desde comienzos del año el denominado Corredor viene generando amplia discusión en el cabildo, a tal punto de que se creó una comisión accidental para hacerle seguimiento. Lucía Bastidas (Alianza Verde), coordinadora de la comisión, ha hecho varios reparos sobre la idea, en especial porque su llamado ha sido a “construir sobre lo construido”, dado que es defensora de las obras que dejó en marcha el exalcalde Peñalosa.
“El Corredor Verde sigue siendo una idea sin fundamentos”, dijo Bastidas, quien aseguró que sin claridad es imposible darle credibilidad. No obstante, respecto al tema de la plata, es clara en afirmar que se trata de una cofinanciación con el Gobierno nacional, que se comprometió a respaldar los proyectos adjuntos a la primera línea del metro, entre los que está lo que se haga en la séptima.
Solo por eso, cree que el dinero para el nuevo proyecto debería estar aprobado o luego habría un vacío en los dineros. “Eso lo sabíamos todos, menos el Distrito, que no fue claro desde el principio. Aunque creo que hay que reducirlo, el cupo se necesita para las obras a partir de 2021”.
También lo tiene claro su copartidaria María Fernanda Rojas. Para ella, el monto que presentó el Distrito no es en sí para el Corredor Verde, sino para el convenio de cofinanciación con la nación, que obliga al Distrito a tener recursos disponibles. “No son dineros que el Distrito vaya a tener en caja. Son recursos que se podrán gestionar cuando se requieran”, aclaró. Y agregó que si no se usa toda la plata, pues luego el Distrito y la nación podrían negociar qué puede ir a otras obras de movilidad.
Sobre qué pasó con los $2,4 billones que se tenían para la troncal, la cabildante María Victoria Vargas (Partido Liberal), lo explica con claridad: si se aprobó y no quedó en el presupuesto, no vale. “El cupo, que lo requiere la ciudad, no es una autorización de gasto. El gasto se determina en el presupuesto, que el Distrito presentará el martes”.
Y agrega: “Ese día sabremos cuánto va a invertir del cupo. Pero el dinero del cupo solo vale cuando se incluye en el presupuesto”. Más allá de esto, la concejal pide que la corporación sigua la discusión sobre el Corredor. “Hoy es claro que no se hará TM, pero queremos que en un debate la administración nos diga bien qué hará”.
“La financiación es indicativa”
Aunque en el cupo los $2,1 billones están asignados a TM, el llamado a responder por las obras será el IDU. Según la entidad, la financiación es apenas un valor referente. Sobre el dinero que estaba aprobado antes, afirmó que son de un cupo de endeudamiento anterior, que no se gestionó. “Por esto se deben comprometer ahora y esa es la nueva solicitud. Tener la aprobación es apenas el respaldo del Concejo, para buscar el cierre financiero para la obra”, concluye el IDU. Vale recordar que cuando se revocó la troncal de TM, se dijo que el dinero se usaría para la extensión del metro a Suba y Engativá. Pero según el IDU, eso tendría que gestionarse como nueva cofinanciación con la nación.
El tema de la séptima, del que se viene hablando en las últimas dos décadas, de a poco toma los tintes que tuvo en su momento el proyecto metro: cada administración quiere ponerle su sello. Para que no vuelva a ser asunto de la próxima campaña electoral, de esta administración depende estructurar un plan que quede encaminado y tenga el respaldo ciudadano, para no seguir esperando más por una solución de movilidad de una de las vías más importantes de la capital.