EL PARTIDO QUE QUERÍA SUPRIMIR VOTOS
En las últimas tres semanas, casi 127.000 personas se acercaron a votar de manera anticipada en las estaciones de autoservicio en Harris, Texas, un emergente bastión demócrata y el condado más poblado del estado. Lo hicieron porque temían exponerse al coronavirus en una línea de votación en los centros tradicionales. Los votantes iban en sus autos y, luego de que los trabajadores electorales revisaran sus identificaciones, recibían una tableta electrónica para que emitieran sus votos. El proceso era transparente. Pero el Partido Republicano no está contento con ello, porque sencillamente les facilitó el sufragio a más personas.
Cuatro republicanos lideraron una batalla para eliminar esos 127.000 votos en Harris, que representan el 10 % de los sufragios anticipados en el condado, argumentando que la ley estatal prohíbe este tipo de votación, ya que es una expansión ilegal de la votación en la acera. Como este caso hay decenas en el país. Se han registrado más de 400 batallas judiciales sobre los procesos de votación. En todos se identifican las intenciones de los republicanos por suprimir votos demócratas. La Corte Suprema de Texas rechazó el domingo el esfuerzo de los republicanos en Harris, pero las batallas judiciales sobre los resultados no han terminado; se verán muchas más esta semana.