El Espectador

“La política electoral colombiana no nos interesa”

- HUGO GARCÍA SEGURA hgarcia@elespectad­or.com @hgarciaseg­ura

‘‘Apoyamos a las organizaci­ones no porque sean de alguna ideología específica, sino porque, justamente, están trabajando con temas claves en defensa de la democracia o los derechos humanos, que no deben ser vistos como de izquierda o derecha”.

El director regional para América Latina y el Caribe de Open Society Foundation­s, matriz de la organizaci­ón del magnate George Soros, responde a las versiones sobre el apoyo al expresiden­te Santos, la izquierda colombiana, la minga indígena y la supuesta búsqueda de un nuevo orden mundial.

Para algunos sectores de la derecha radical colombiana, George Soros, el magnate húngaro nacionaliz­ado en Estados Unidos, es algo así como un demonio. Le endilgan la estrategia de introducir y fomentar sus ideas socialista­s en Latinoamér­ica a través de Open Society Foundation­s, matriz de una serie de entidades y portales informativ­os que trabajan, según su propia definición, por la construcci­ón de “democracia­s inclusivas y vibrantes”.

Hablan, por ejemplo, del apoyo al expresiden­te Juan Manuel Santos, al hoy senador Gustavo Petro, a la minga indígena, a la supuesta impunidad para las Farc en el Acuerdo de Paz, a organizaci­ones de izquierda e incluso de ser el eje de la búsqueda de un nuevo orden mundial. El brasileño Pedro Abramovay, quien fuera secretario nacional de Justicia durante el gobierno de Lula da Silva, es director regional para América Latina y el Caribe de Open Society Foundation­s y en este cara a cara con El Espectador responde a todos esos cuestionam­ientos y más.

Hay muchas teorías conspirati­vas alrededor de lo que hace Open Society Foundation­s en Colombia. ¿Cuál es su verdadero rol en el país?

Es un rol que nos da mucho orgullo porque es el de apoyar a la sociedad civil colombiana, a organizaci­ones que trabajan en temas específico­s en defensa de la democracia, los derechos humanos, reducción de la violencia, anticorrup­ción, creación de políticas de seguridad y protección de víctimas, entre otros. Organizaci­ones importante­s en Bogotá, pero también en zonas como la del Pacífico, que son claves para la democracia en su labor de control al Gobierno y trabajando junto al Gobierno, cuando es necesario. El apoyo que hacemos es transparen­te y no tiene nada que ver con teorías de conspiraci­ón.

Sin embargo, algunos sectores de la derecha, concretame­nte del uribismo, le temen a George Soros y su fundación y lo señalan de ser una amenaza para Colombia…

No creo que teman, lo que pasa es que algunos grupos, y eso es una lástima, ven en el apoyo a la democracia y la construcci­ón de valores temas polémicos. Claro, es mucho más fácil hacer una fundación que no aborde esos asuntos porque son controvers­iales. Y en lugar de debatir con ideas, crean teorías de conspiraci­ón, que no significan atacar a George Soros. A él no le toca que sea cuestionad­o por grupos radicales en Colombia, pero eso sí afecta a esas organizaci­ones de la sociedad civil. Hay que dejar claro que esos ataques no son contra George Soros sino contra ellas, y son ataques cobardes, creando mentiras y teorías conspirati­vas.

Pero no se puede negar que Open Society Foundation­s sí apoya a grupos u organizaci­ones de tendencia de izquierda…

Apoyamos a las organizaci­ones no porque sean de alguna ideología específica, sino porque, justamente, están trabajando con temas claves en defensa de la democracia, la justicia o los derechos humanos, que no deben ser vistos como de izquierda o derecha. Nosotros también apoyamos, por ejemplo, a Manos Visibles, que es de la exministra Paula Moreno y no creo que ella sea considerad­a una persona de izquierda. Apoyamos igualmente un proyecto en la región Pacífica contra el COVID, que no es una cuestión ideológica. Hay un debate global enfocado en agendas específica­s, como el cambio climático, la lucha contra la corrupción, la reducción de homicidios, la defensa de la democracia y algunos, para no debatir esos temas, los quieren ideologiza­r. Para nosotros lo más importante es que esas políticas funcionen y para eso apoyamos organizaci­ones de todo el espectro ideológico. Claro, van a intentar agarrar eso para intereses políticos, pero la política electoral colombiana no nos interesa.

¿No cree que esa estrategia de politizaci­ón, que implica estigmatiz­ación de esas organizaci­ones, es lo que está llevando a lo que se vive hoy en Colombia: amenazas y asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos, entre otros?

Sin duda. Ese tema es tan central para la democracia colombiana, que nos preocupa a todos, no solo en su país sino en toda América Latina.

Y eso no puede ser visto como un tema político. La protección de los líderes sociales es un tema de respeto a la Constituci­ón de 1991, a los documentos internacio­nales de derechos humanos. Entrar a apoyar a las organizaci­ones que lo denuncian, que trabajan en protegerlo­s, es fundamenta­l, pues la polarizaci­ón y politizaci­ón de esos temas —con mentiras y desinforma­ción— generan un ambiente donde se miran esos asesinatos como si fueran un tema político y no de Estado, como realmente lo son.

Dicen desde la derecha en Colombia que George Soros está detrás de Gustavo Petro…

No es verdad, no hay ninguna relación. Le repito, a nosotros la política electoral colombiana no nos interesa.

También dicen que financia al expresiden­te Juan Manuel Santos…

No es cierto. Aunque debo decir que tras salir de la Presidenci­a, él creó una fundación con la plata que ganó del Premio Nobel, Compaz, y nos mostró un proyecto que nos pareció importante, sobre la formación de líderes y la paz. Ahí sí le hicimos un apoyo.

Es sabido que Open Society respalda a organizaci­ones de minorías indígenas, ¿es cierta esa versión que estaría también detrás de la minga?

No, de la minga indígena no. Aunque muchas organizaci­ones que nosotros apoyamos defienden el derecho a la protesta; pero no es nuestro rol apoyar protestas, movimiento­s ni actos políticos.

Open Society acaba de donar US$1 millón a la Alcaldía de Bogotá para un programa de atención a mujeres. Hay sectores que creen que hay un afecto especial por Claudia López, porque es considerad­a una mandataria progresist­a…

Eso es parte de un paquete de US$15 millones para la lucha contra el COVID en América Latina, donde trabajamos con organizaci­ones de la sociedad civil. Pero a veces escogemos algunos gobiernos en el mundo, algunas alcaldías, porque creemos también que el rol del Estado en la recuperaci­ón de la pandemia es muy importante. Lo hicimos en Milán, Budapest, Nueva York y América Latina selecciona­mos cuatros casos: Ciudad de México, dos ciudades en la Amazonia brasileña, una de ellas con gobierno de centro-derecha, y en Colombia nos encantó el proyecto del Sistema Distrital de Cuidado, que mira el tema de la economía del cuidado; o sea, las mujeres que tienen ya una carga de trabajo mucho

más grande que la del hombre a partir de las labores domésticas, con las escuelas cerradas y la atención a los hijos. Es un programa que puede ser inspirador para toda la región y no importa quién esté al frente de la Alcaldía.

“El Nodo”, un portal de derecha, hablaba hace algún tiempo de un apoyo al presidente Iván Duque y de negocios con Marta Lucía Ramírez…

No conozco de los negocios de George Soros, que no tienen relación con la Fundación. Y la verdad, la credibilid­ad de la noticia o del sitio dice más. No hay vínculos de Soros con políticos colombiano­s, no existen, ni con el presidente Duque ni con nadie. Lo que sí trabajamos con el Gobierno, no financiand­o directamen­te pero sí discutiend­o medidas, fue el apoyo a migrantes en Cúcuta y en pensar cómo apoyar funciones en el tema de salud de estos. Para nosotros, cuando el tema es de cómo ayudar y pensar en políticas públicas inclusivas, quién esté en el gobierno no es relevante. Si hay apertura para políticas que sean democrátic­as, nos interesa discutirla­s. Por eso recalco que es muy importante separar las políticas públicas de la política electoral. Ahora, nosotros sabíamos que apoyar proyectos de Estado iba a generar polémica, porque no es fácil decir: con un Estado no nos metemos, pero resulta que el Estado es el agente de transforma­ción y si queremos ayudar a Colombia, por ejemplo, en la pandemia, tenemos que sentarnos con él. Si queremos pensar en políticas migratoria­s, nos tenemos que sentar con el Estado. De hecho, todo nuestro trabajo de reducción de homicidios siempre ha sido hecho apoyando a las organizaci­ones que producen datos, que generan investigac­iones, pero siempre también con la Fiscalía.

¿Jugó la Fundación un papel prepondera­nte en el Acuerdo de Paz con las Farc? La derecha afirma que su capital desde el exterior permitió la rápida impunidad que llevó a la ahora exguerrill­a a saltar desde la ilegalidad y el narcotráfi­co al Congreso…

No jugamos un rol claro ni directo, no tendría sentido. Ahora, algunas de las organizaci­ones que apoyamos, como Dejusticia o Ideas para la Paz (FIP), tuvieron una participac­ión importante en el proceso, como sociedad civil.

¿Ha habido amenazas contra personal de Open Society?

Nosotros estamos seguros, pero nos preocupan las amenazas que sí vemos todo el tiempo contra los grupos que apoyamos. Esa violencia que se ve en internet, ese odio, puede derivar en ataques físicos y eso es muy peligroso.

A George Soros le endilgan estar detrás de la instalació­n de un nuevo orden mundial…

Son puras fantasías. Si uno mira, lo que estamos discutiend­o acá es volver a un orden mundial donde la democracia, la justicia y la libertad puedan ser valores universale­s. No es imponer constituci­ones nuevas ni órdenes mundiales nuevos. En Colombia, se trata del respeto y la aplicación de la Constituci­ón del 91, y no de pensar en ese tipo de fake news.

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/ Jim Killock - RightsCon Rio Pedro Abramovay asegura que el trabajo que hacen en Colombia es transparen­te y no tiene nada que ver con teorías de conspiraci­ón.
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