“Colombia puede ser muy buen ‘hub’ de desarrollo tecnológico”
Lo dice Martín Schrimpff, uno de los creadores de PayU, inversionista de más de 20 empresas con foco tecnológico y con crecimientos de hasta un 400 % en una de ellas.
¿Quién es Martín Schrimpff?
Soy colombiano, un colombiano muy orgulloso de serlo. Viví la mayoría de mi vida en Colombia, a los 17 años terminé estudiando la carrera por fuera, en Edimburgo (Escocia), ingeniero mecánico, y después de eso, en 2001, me regresé a Colombia y con un amigo del colegio, José Vélez, y otro amigo, Santiago Espinel, empezamos lo que era en su momento pagos on line y que luego le hicimos cambio de nombre a PayU. Soy emprendedor de temas de tecnología de hace casi 20 años, me considero casi un dinosaurio, porque antes de que existiera el término fintech dediqué mucho tiempo a PayU, lo crecimos sustancialmente, llegamos a ser 2 mil empleados, a operar en 16 países, a facturar más de US$300 millones, y creo que eso ha sido gran parte de mi carrera. Estuve a cargo de la apertura de PayU en varios países de América Latina, después montamos oficinas de ventas en San Francisco y en Ámsterdam para cerrar clientes como Google, Microsoft, Uber, todas las grandes tech y Netflix, entonces todo eso fue una experiencia bien interesante.
¿Y fue cuando empezó a montar empresas?
He montado varias empresas de tecnología, entre ellas Acsendo y Zinobe, la primera es una empresa de software de recursos humanos que le ha ido bastante bien y estamos vendiendo en varios países, y Zinobe es de las fintech más grandes de Colombia en temas de crédito. Aparte de montar empresas he sido apasionado de ayudar a otros emprendedores: he sido inversionista ángel, invertido en unas 20 empresas en Colombia, México y Brasil, y también soy LP (Limited Partners) en varios fondos de inversión como Endeavor catalyst.
Usted tiene formación en el exterior, le apasiona emprender, ha sido exitoso. ¿Cómo arrancó con todo esto de emprender? ¿Es algo familiar?
El emprendimiento es un tema de apetito al riesgo en general. Uno se puede emplear y conseguir un trabajo y estabilidad, en el emprendimiento hay mucha incertidumbre. Siempre he tenido apetito por el riesgo, mi papá era aviador, era un fotógrafo famoso que se llamaba Rudolf y él hizo la mayoría de fotos aéreas de Colombia, entonces nos enseñó a volar, a tomar riesgos. Juego polo, hago kitesurfing, sky, entonces ese tema de querer tomar riesgos es de familia. Pero por otro lado siempre he sido apasionado de querer montar algo. Cuando nosotros arrancamos, la mayoría de gente que emprendía eran los que no conseguían empleo, los varados, ahora estamos viendo otra calidad de emprendedor, gente de universidades muy preparados que lo toman como forma de carrera, o gente que ha tenido una carrera larga como ejecutivos y se lanzan a ser emprendedores.
Hablemos de Zinobe. ¿Cómo nació y qué pasa con PayU?
Zinobe fue una empresa que montó Tarek El Sherif y la montamos en conjunto en su momento, pero todavía seguía en PayU. En 2012 nos sentamos y empezamos a mirar diferentes modelos de negocio y nos gustó la posibilidad de dar créditos a las personas más desatendidas en el mercado colombiano, entonces dijimos: demos créditos online, y nos dijeron “esta gente está loca, quién le va a pagar sin usted ver al que llena el formulario. Nadie le va a pagar”. La realidad es que el crédito de Zinobe es 100 % de Tarek El Sherif, que montó un equipo espectacular. Dejé PayU y me uní a Zinobe en 2017. Quienes debían pedir créditos a gente del mundo gota a gota ahora tienen algo formal, saben cuánto tienen que pagar, es todo claro al final del período, hemos puesto 1,5 millones de créditos y tenemos un Net Promoter Score que está en casi 79. Eso para una fintech es altísimo, a comparación de la banca que debe estar en 5. El mismo Apple tiene uno de 70 o 75, entonces lo que vemos es que los usuarios son muy agradecidos, hay mucha repetición porque un usuario toma un crédito con nosotros hasta 13 veces.
Zinobe en México. ¿Qué es lo que está pasando allá?
Llevo cinco años aquí, andaba en un avión de San Francisco a Ámsterdam, mi esposa es amante de México y empezamos a ver diferentes posibilidades con Zinobe como crédito al consumidor, pero el tema allí es más complejo: la tasa de mora es tres veces mayor que la de Colombia, la tasa de fraude era también tres veces más que la de Colombia, pero no nos gustó ese modelo porque nos tocaba cobrar tasas muy altas para que funcionara todo y por eso no nos metimos a darle crédito al consumidor. Miramos oportunidades y llegó un fondo de capital privado enorme que se llama Colony Capital, los que hace un año dijeron que iban a invertir US$5.000 millones en todo América Latina, les gustó mucho la tecnología que teníamos en Zinobe, los 1,5 millones de préstamos, las 120 mil solicitudes mensuales con un equipo relativamente pequeño y nos dijeron: “Queremos montar algo así en México”. Nos presentaron una empresa del portafolio que se llama Mexarrend, una de las financieras grandes de leasing, entonces hicimos un joint venture, ellos pusieron el capital y nosotros la tecnología, y montamos Centeo.
¿Cuál es el foco de Centeo, porque finalmente se quedaron en México?
Es la empresa enfocada a dar créditos a pymes a través de un modelo que se llama venture finance, donde nos aliamos con jugadores como Cemex o Holcim para que a través de ellos le podamos dar crédito al ferretero para comprar insumos. Con eso tenemos data de ellos, la usamos para hacer nuestros score crediticio y con eso le damos crédito a una ferretería que nunca lo ha tenido y a quien no se lo darían porque el banco no sabría cómo hacer el tema.
¿Todo ese desarrollo es hecho en Colombia y lo que pusieron en esa “joint venture” fue tecnología pura y dura?
Es correcto, todo el desarrollo se hizo en Colombia, adaptamos las plataformas al mercado mexicano, integraciones con bases de datos locales. El equipo de tecnología está en Colombia, el país tiene una ventaja enorme, con capacidad de desarrollo, lo mismo en Acsendo, que es la empresa de recursos humanos, tenemos toda la ingeniería acá, pero vendemos en Brasil, México y toda América Latina. Colombia puede ser muy buen hub de desarrollo tecnológico y de exportar esa tecnología.