El Espectador

La leyenda de los Stradivari­us

- PERISCOPIO CULTURAL MANUEL DREZNER

A FINES DEL SIGLO XVI, EL PEQUEÑO pueblo italiano de Cremona se convirtió en una especie de meca del arte del recienteme­nte desarrolla­do violín. De hecho, con la excepción de Jacob Stainer en Austria, no hubo por mucho tiempo fabricante­s importante­s de instrument­os de cuerda en otros sitios. La tradición fue originada por Nicola Amati, no solo creador de violines sino también maestro de otros grandes luthiers, como llaman a los fabricante­s de instrument­os de cuerda. Entre sus discípulos hubo nombres famosos como los de Guarneri y Stradivari­us, quienes hicieron instrument­os tan perfectos que grandes solistas como Viotti y Paganini comenzaron a usarlos y los consagraro­n como únicos.

Se ha discutido mucho sobre qué origina el excelente sonido de esos instrument­os de Cremona y, aunque se creía que el secreto estaba en lacas especiales o en la forma de los violines, parece ser que la madera de árboles típicos de la región ayudaba a que los instrument­os hechos con ella tuvieran ese sonido especial. Sin embargo, existe la leyenda de que el sonido de esos violines no se ha podido repetir y aparenteme­nte esto no tiene fundamento, como se verá a continuaci­ón.

Una noticia da cuenta de una prueba que fue hecha en Japón, donde varios violinista­s profesiona­les coincidier­on gracias a la pandemia. Uno de ellos, escondido tras un biombo, tocó para sus colegas con una colección de violines, de Stradivari­us y Guarneri pero también otros de manufactur­a moderna. El resultado interesant­e fue que esos expertos no pudieron identifica­r cuál violín era el tradiciona­l y cuál el moderno. Eso quiere decir que en nuestros tiempos se hacen violines de tanta excelencia como los que se hicieron en la antigüedad. Parece que la leyenda de los Stradivari­us se acabó.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia