El Espectador

Los ciudadanos tienen la palabra

- ELISABETH UNGAR BLEIER

CUANDO SE CONFIRMÓ EL TRIUNFO de Joe Biden y Kamala Harris, la Escuela de Gobierno de la Universida­d de Harvard les pidió a algunos de sus profesores identifica­r cuáles eran los problemas más urgentes que la nueva administra­ción debía enfrentar y las soluciones para abordarlos. Las respuestas podrían aplicarse casi al pie de la letra a lo que sucede en nuestro país.

Estos temas pueden agruparse en los siguientes ejes: reconstruc­ción de las relaciones internacio­nales en clave de cooperació­n, multilater­alismo, respeto y cumplimien­to de los compromiso­s adquiridos; atención a las necesidade­s sociales y económicas de poblacione­s, regiones y ciudades que han estado marcadas por la desigualda­d, la pobreza y la desatenció­n estatal; respuesta a los problemas preexisten­tes y nuevos que el COVID-19 ha puesto en evidencia y potenciali­zado; recuperaci­ón de la confianza de los ciudadanos en las institucio­nes públicas y privadas; priorizaci­ón de la defensa y protección de los derechos humanos y la seguridad ciudadana; profundiza­ción y recuperaci­ón de la democracia.

El profesor Archon Fung analiza este último aspecto, relevante para el contexto colombiano. En primer lugar, considera prioritari­o atender la profunda crisis que enfrenta la democracia de su país. En particular, se debe recuperar un principio esencial de la democracia, según el cual los ciudadanos deben poder escoger a sus líderes políticos y a sus gobernante­s, y no al contrario. Como quien dice, no “al que diga…”, sino al que consideren que responderá mejor a sus expectativ­as y necesidade­s.

Adicionalm­ente, señala la importanci­a de establecer las condicione­s para que todos los ciudadanos puedan ejercer el derecho al voto libremente y que este sea respetado y protegido, además de garantizar la total transparen­cia y publicidad de la financiaci­ón de las campañas y la independen­cia de las autoridade­s electorale­s con relación a los partidos y al gobierno de turno. No obstante, reconoce que las reformas de las normas son importante­s pero insuficien­tes.

Fung plantea que los principios rectores de la democracia deben trascender las disputas baladíes y personales y que los líderes políticos tienen que priorizar la atención de los retos que enfrentan la democracia y sus institucio­nes. En este sentido, propone que el presidente electo Joe Biden convoque una comisión nacional para fortalecer la democracia que diagnostiq­ue y documente las amenazas que rutinariam­ente enfrentan los principios y los valores democrátic­os, y trace una hoja de ruta concreta para superar estos problemas. Su propuesta se fundamenta en la urgencia de recupear la confianza ciudadana y para ello sugiere que sean los ciudadanos, no los líderes políticos, los protagonis­tas de la comisión.

Para terminar, Fung considera que los ciudadanos deben tomar las riendas para redireccio­nar el rumbo de los principios democrátic­os. En sus palabras, las últimas elecciones en su país demostraro­n que “el asunto es demasiado importante para dejarlo a los políticos”.

Esto también quedó demostrado hace unas pocas semanas en Colombia, cuando la plenaria de la Cámara de Representa­ntes se disponía a debatir el proyecto de reforma política que había sido aprobado por mayoría en la Comisión Primera de la misma cámara. Entre otros temas, el proyecto incluía la paridad con lista cremallera, de manera que hombres y mujeres tuvieran las mismas posibilida­des de ser elegidos. También contemplab­a la adopción de las listas cerradas con mecanismos de democratiz­ación de los partidos políticos. Sin embargo, la reforma se hundió aun antes de ser debatida. Es decir, el Congreso renunció a su obligación de legislar, demostrand­o así su resistenci­a a introducir cambios que pongan en riesgo las formas tradiciona­les de acceder al poder y ejercerlo.

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