El Espectador

“Desastre anunciado”

En junio de este año un grupo de científico­s, liderado por el colombiano Germán Poveda, advirtiero­n en un apartado de un informe sobre cambio climático la necesidad de tomar medidas urgentes de adaptación ante huracanes y tormentas, pues serán más intenso

- SERGIO SILVA NUM ssilva@elespectad­or.com @SergioSilv­a

El profesor colombiano Germán Poveda no necesita presentaci­ón. Su nombre suele aparecer en los extensos informes que desde 1990 publica el Grupo Interguber­namental de Expertos sobre el Cambio Climático, conocido por su popular sigla IPCC. Es ingeniero civil y PhD en recursos hidráulico­s, y con frecuencia aparece en diferentes escenarios tratando de divulgar la larga lista de consecuenc­ias del calentamie­nto global. Hoy tiene una buena manera de resumir su actividad, luego de la tragedia de Providenci­a, la de Dabeiba (Antioquia) y la de varios puntos de Magdalena y Chocó: “Esto es trágico. Me siento como un disco rayado. Estamos narrando crónicas de un desastre anunciado”.

A lo que se refiere Poveda es a que durante tanto tiempo la ciencia ha enviado señales para evitar que estos eventos tengan desenlaces tan trágicos que, dice, pareciera que “no estamos aprendiend­o nada de las experienci­as pasadas”. Lo que ocurrió con el fenómeno de La Niña de 2010-2011 es un buen ejemplo.

“Después de esos años”, cuenta, “se tomaron medidas, pero los planes de adaptación se enfocaron en acciones reactivas, no preventiva­s. Y aunque en el papel parecían muy buenos, la implementa­ción ha sido muy precaria. Han sido soluciones que no son costo-efectivas, muy pequeñas para un problema estructura­l muy profundo”. Para Poveda esas dificultad­es han quedado en evidencia en un fin de semana, en el que se mezclaron los ingredient­es de una “tormenta perfecta”: temporada de lluvias; La Niña, que exacerba las precipitac­iones, y el paso del huracán Iota por Colombia.

Justamente, uno de los últimos documentos que publicó Poveda, es parte del informe “Adaptación frente a los riesgos del cambio climático en los países iberoameri­canos”, un libro de más de 750 páginas en el que un numeroso grupo de científico­s resumen y evalúan los planes de adaptación al cambio climático de los países de América Latina, además de España, Portugal y Andorra. Poveda estuvo a cargo del apartado de “Tormentas y huracanes”, junto con tros colegas.

Es difícil resumir ese capítulo, pero hay unas conclusion­es que podrían condensar su contenido. La primera es esta: “Los planes, politicas y acciones de adaptacion en los paises de la Red Iberoameri­cana de Oficinas de Cambio Climático exhiben una gran disparidad en cuanto a su contenido e implementa­cion efectiva. Pareciera necesario establecer cronograma­s precisos de accion con compromiso­s vinculante­s para todos los paises de la region”.

El documento también señala el rezago que hay en América Latina: “Poco se ha avanzado en cuanto a programas de adaptacion basados explicitam­ente en los tres enfoques: 1. Adaptacion basada en comunidade­s; 2. Adaptacion basada en ecosistema­s, que integra el uso de la biodiversi­dad y los servicios ecosistemi­cos, y 3. Adaptacion basada en infraestru­ctura”.

La idea de analizar cómo han avanzado los países en sus planes de adaptación es simple: la región, dicen, ha sido identifica­da como muy vulnerable a los impactos del calentamie­nto global y, como ya lo han advertido, el cambio climático está causando una intensific­ación de los huracanes. A medida que crecen las temperatur­as del mar y del aire, los huracanes de mayor categoría son más intensos y las tormentas más frecuentes y extremas.

Un compendio de cifras sustentan sus argumentos: entre 1970 y 2010 ocurrieron 70 desastres naturales de origen climatolog­ico en la region. Unos 31 se presentaro­n en Centroamer­ica y Mexico, 16 en Suramerica y 23 en el Caribe. De ellos, 40 fueron causados por tormentas y huracanes).

¿Las consecuenc­ias? Los desastres generados por huracanes y tormentas causaron el 50,2 % de las muertes, del 41,29 % de los daños y del 38,4 % de las pérdidas totales. También del 37,3 % de la población afectada por los desastres climatológ­icos. El precio, si se quiere analizar en términos monetarios, fue el siguiente: “Los costos de los danos y las perdidas ocasionado­s por dichos desastres de origen climatico fueron estimados en US$106.427 millones, de los cuales US$21.012 millones correspond­en a huracanes y tormentas en el Caribe”.

De no tomar medidas contundent­es, los países latinoamer­icanos se exponen a un problema muy serio. Las amenazas de los huracanes son múltiples: tormentas muy intensas y prolongada­s, marejadas ciclonicas y vientos extremos, pérdidas de vidas humanas, más refugiados climáticos, destruccio­n de infraestru­ctura, paralisis en la prestacion de servicios publicos esenciales, contaminac­ión de cuerpos de agua, destruccio­n de cultivos y de vidas animales, e intensific­acion de diversos tipos de enfermedad­es transmitid­as por vectores y roedores, y destrucció­n del patrimonio cultural.

La solución no es sencilla, pero es el único camino: invertir en programas de adaptación ante tormentas y huracanes. La lista es extensa, pero la infografía que está en la parte superior resume los principale­s puntos. Poveda y su grupo resumen la costo-efectivida­d con una cifra: “Los impactos del cambio climatico ante un aumento de 2,5° C en America Latina y el Caribe podrian costar entre 1,5 y 4,3 % del PIB, mientras que los costos de adaptacion no superarian el 0,5 % del PIB regional”.

¿Colombia y los territorio­s costeros han implementa­do algunas de esas medidas para que no vuelva a suceder la tragedia de Providenci­a? “Muy pocas”, responde Poveda por teléfono. “Deberíamos aprender de Cuba, que es, de lejos, el país que tiene un mejor sistema de alertas tempranas y de adaptación. Tenemos que dejar de ser un país bicéfalo: hacer planes muy bonitos en el papel, pero en el discurso hacer todo lo contrario. Hay mucho por hacer en términos de prevención”.

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/ AFP Mientras el archipiéla­go de San Andrés vivió de manera directa la severidad del huracán Iota, en Cúcuta (foto) las intensas lluvias dejaron cuatro zonas gravemente afectadas.
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/ EFE El Caribe, advierten los científico­s en el informe, habrá huracanes más frecuentes y tormentas más extremas.
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Germán Poveda.
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