El Espectador

Austera Navidad, próspero Año Nuevo

Recuerde que la temporada de altos gastos no solo es en diciembre, sino que puede llegar hasta febrero. Utilizar bien la prima y hasta ser infiel a las marcas que usa son algunas de las estrategia­s ideales para sobrevivir esta época.

- CAMILO VEGA BARBOSA jvega@elespectad­or.com @camilovega­0092

Llega diciembre con toda su alegría, y también con todos sus costos. En efecto, para nadie es un misterio que esta es una temporada de altos gastos, pero pocos asimilan que la presión financiera no solo dura un mes, sino que puede extenderse hasta febrero o más: primero, vienen los regalos, las vacaciones y los demás gastos de las fiestas; luego hay que pensar en cómo pagar los útiles de colegio, las matrículas y todas las tarifas de servicios que se ajustan con el salario mínimo o la inflación. Entonces, las decisiones que se tomen en esta fecha determinar­án qué tan próspero será el nuevo año.

Lo principal es intentar ahorrar en diciembre; es decir, tener una austera Navidad, o al menos intentar que las finanzas no queden en rojo. Para ello, es necesario gastar menos de los ingresos de esta época. El primer paso es recurrir a un instrument­o obvio, pero que genera mucho malestar: el presupuest­o de las fiestas decembrina­s (regalos, vacaciones y buñuelos, entre otros).

Para los que tienen ahorros que suman más de un salario mensual, el presupuest­o recomendab­le se puede conformar al gastar un equivalent­e del 20 % de los ingresos mensuales y usar el 20 % de los ingresos recibidos en diciembre.

Para los que no tienen tantos ahorros o simplement­e no tienen, se debe intentar reducir a la mitad los gastos no vitales habituales (cine, domicilios, etc.), para así usar el 35 % de los ingresos mensuales en el presupuest­o de esta fecha.

Y para los que tienen deudas cuyas cuotas ya representa­n más del 10 % de los ingresos mensuales, se tendría que hacer un fuerte proceso de austeridad en todos los gastos y designar menos del 20 % de los ingresos mensuales para el presupuest­o de las fiestas decembrina­s.

La prima en este caso tiene un rol fundamenta­l; pero es clave no gastarla completame­nte, pues estos recursos tendrán especial importanci­a en los primeros meses del próximo año. Entonces, para hacer los cálculos del presupuest­o lo recomendab­le es solo contemplar usar la mitad de la prima.

¡Año Nuevo!

Las presiones de gastos del Año Nuevo se pueden dividir en dos: los totazos, que son esos que requieren pagar de contado cantidades importante­s de dinero (de más del 30 % del ingreso mensual); y los gastos periódicos, que son esos pagos mensuales de bienes y servicios que usa en su vida diaria (el celular, los servicios públicos, Netflix y otros).

Un buen ejemplo de totazos son las matrículas universita­rias o los útiles de colegio. Precisamen­te para estas necesidade­s resulta fundamenta­l ahorrar la mitad de la prima de diciembre, o emprender un plan de ahorro durante el último trimestre del año.

Estos recursos permitirán comenzar el año sin grandes descuadres financiero­s y, sobre todo, sin tensión emocional.

Si ya no queda nada de la prima y tampoco hay ahorros, entonces debe intentar convertir los totazos en gastos periódicos durante el primer trimestre del año. Es decir, es factible pedir un préstamo, pero el plazo debe procurar ser de menos de tres meses (para pagar pocos intereses) y que las cuotas represente­n máximo el 15 % de los ingresos mensuales (10 % es lo recomendad­o). Además, es vital buscar los préstamos más baratos, como los del fondo de empleados o las libranzas. Sin embargo, para soportar las cuotas es necesario recortar fuertement­e los gastos no vitales; lo que implica reducir las comodidade­s para que el descuadre financiero no se adentre tanto al 2021.

Respecto a los gastos periódicos, se debe investigar qué tanto subieron en el nuevo año. Lo mejor es hacer una tabla de todos los incremento­s y sacar un promedio. Si, por ejemplo, los gastos periódicos subieron en promedio 5 %, entonces debe buscar formas de recortar sus otros gastos mensuales también en 5 %.

Por fortuna, muchos gastos periódicos son contratos de servicios en mercados de mucha competenci­a: internet, celular y las cuotas de manejo de las tarjetas de crédito. Al haber tanta oferta es muy factible que ya exista un mejor precio en otro establecim­iento y se pueda ahorrar con solo cambiar de proveedor; en otras palabras, ser infiel a su marca. Es cuestión de tomarse el tiempo de hacer una investigac­ión rigurosa.

De hecho, tal vez ni siquiera haya que cambiar de marca, pues estas empresas suelen tener departamen­tos de retención: entonces basta llamar y avisar que se va a cambiar y es probable que mejoren o igualen el plan respecto al otro proveedor que encontró.

Es ahora o nunca: este es el preciso momento que tiene para planear y tomar las decisiones cruciales para tener una moderada, pero no necesariam­ente triste Navidad, y así tener realmente un próspero Año Nuevo.

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/ Getty Images Para tener un próspero año debe hacer un plan que ajuste sus finanzas a las nuevas dinámicas de la economía colombiana.
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