Austera Navidad, próspero Año Nuevo
Recuerde que la temporada de altos gastos no solo es en diciembre, sino que puede llegar hasta febrero. Utilizar bien la prima y hasta ser infiel a las marcas que usa son algunas de las estrategias ideales para sobrevivir esta época.
Llega diciembre con toda su alegría, y también con todos sus costos. En efecto, para nadie es un misterio que esta es una temporada de altos gastos, pero pocos asimilan que la presión financiera no solo dura un mes, sino que puede extenderse hasta febrero o más: primero, vienen los regalos, las vacaciones y los demás gastos de las fiestas; luego hay que pensar en cómo pagar los útiles de colegio, las matrículas y todas las tarifas de servicios que se ajustan con el salario mínimo o la inflación. Entonces, las decisiones que se tomen en esta fecha determinarán qué tan próspero será el nuevo año.
Lo principal es intentar ahorrar en diciembre; es decir, tener una austera Navidad, o al menos intentar que las finanzas no queden en rojo. Para ello, es necesario gastar menos de los ingresos de esta época. El primer paso es recurrir a un instrumento obvio, pero que genera mucho malestar: el presupuesto de las fiestas decembrinas (regalos, vacaciones y buñuelos, entre otros).
Para los que tienen ahorros que suman más de un salario mensual, el presupuesto recomendable se puede conformar al gastar un equivalente del 20 % de los ingresos mensuales y usar el 20 % de los ingresos recibidos en diciembre.
Para los que no tienen tantos ahorros o simplemente no tienen, se debe intentar reducir a la mitad los gastos no vitales habituales (cine, domicilios, etc.), para así usar el 35 % de los ingresos mensuales en el presupuesto de esta fecha.
Y para los que tienen deudas cuyas cuotas ya representan más del 10 % de los ingresos mensuales, se tendría que hacer un fuerte proceso de austeridad en todos los gastos y designar menos del 20 % de los ingresos mensuales para el presupuesto de las fiestas decembrinas.
La prima en este caso tiene un rol fundamental; pero es clave no gastarla completamente, pues estos recursos tendrán especial importancia en los primeros meses del próximo año. Entonces, para hacer los cálculos del presupuesto lo recomendable es solo contemplar usar la mitad de la prima.
¡Año Nuevo!
Las presiones de gastos del Año Nuevo se pueden dividir en dos: los totazos, que son esos que requieren pagar de contado cantidades importantes de dinero (de más del 30 % del ingreso mensual); y los gastos periódicos, que son esos pagos mensuales de bienes y servicios que usa en su vida diaria (el celular, los servicios públicos, Netflix y otros).
Un buen ejemplo de totazos son las matrículas universitarias o los útiles de colegio. Precisamente para estas necesidades resulta fundamental ahorrar la mitad de la prima de diciembre, o emprender un plan de ahorro durante el último trimestre del año.
Estos recursos permitirán comenzar el año sin grandes descuadres financieros y, sobre todo, sin tensión emocional.
Si ya no queda nada de la prima y tampoco hay ahorros, entonces debe intentar convertir los totazos en gastos periódicos durante el primer trimestre del año. Es decir, es factible pedir un préstamo, pero el plazo debe procurar ser de menos de tres meses (para pagar pocos intereses) y que las cuotas representen máximo el 15 % de los ingresos mensuales (10 % es lo recomendado). Además, es vital buscar los préstamos más baratos, como los del fondo de empleados o las libranzas. Sin embargo, para soportar las cuotas es necesario recortar fuertemente los gastos no vitales; lo que implica reducir las comodidades para que el descuadre financiero no se adentre tanto al 2021.
Respecto a los gastos periódicos, se debe investigar qué tanto subieron en el nuevo año. Lo mejor es hacer una tabla de todos los incrementos y sacar un promedio. Si, por ejemplo, los gastos periódicos subieron en promedio 5 %, entonces debe buscar formas de recortar sus otros gastos mensuales también en 5 %.
Por fortuna, muchos gastos periódicos son contratos de servicios en mercados de mucha competencia: internet, celular y las cuotas de manejo de las tarjetas de crédito. Al haber tanta oferta es muy factible que ya exista un mejor precio en otro establecimiento y se pueda ahorrar con solo cambiar de proveedor; en otras palabras, ser infiel a su marca. Es cuestión de tomarse el tiempo de hacer una investigación rigurosa.
De hecho, tal vez ni siquiera haya que cambiar de marca, pues estas empresas suelen tener departamentos de retención: entonces basta llamar y avisar que se va a cambiar y es probable que mejoren o igualen el plan respecto al otro proveedor que encontró.
Es ahora o nunca: este es el preciso momento que tiene para planear y tomar las decisiones cruciales para tener una moderada, pero no necesariamente triste Navidad, y así tener realmente un próspero Año Nuevo.