El Espectador

Defender los derechos humanos, un trabajo de alto riesgo

En el día de los Derechos Humanos, organizaci­ones que trabajan por la paridad política, los derechos de la comunidad LGBT y de las mujeres denuncian que la violencia en su contra aumentó durante la pandemia.

- KAREN VANESSA QUINTERO kquintero@elespectad­or.com @karenvaqui­ntero

Setenta y dos años después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamara la Declaració­n Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948, persisten los retos en el camino para garantizar su cumplimien­to en muchos países del mundo. En Colombia, las personas que ejercen liderazgos sociales y encabezan iniciativa­s y organizaci­ones se han echado buena parte de esa tarea al hombro, en búsqueda de la protección de sus comunidade­s, la defensa de los derechos de las mujeres, la paridad política y los derechos LGBT. Estas son algunas de esas iniciativa­s.

Las mujeres resisten

La Asociación de Mujeres Afrodescen­dientes del Norte del Cauca (ASOM) lleva 23 años trabajando por la defensa y reivindica­ción de los derechos humanos y étnico-territoria­les en Buenos Aires, Cauca, aunque su trabajo se ha extendido a otros doce municipios del departamen­to. Clemencia Carabalí, una de las lideresas, cuenta que por largos períodos la Asociación no pudo reunirse, sobrevivie­ron a tres desplazami­entos forzados, múltiples amenazas e incluso ella, junto con otros líderes, fue víctima de un atentado el 4 de mayo de 2019. Aun así, la mayoría de miembros ha regresado al territorio, “aquí seguimos, tercas”, dice Carabalí.

ASOM creó la escuela de Mujeres Constructo­ras de Paz, donde se capacitan en temas como resolución de conflictos, legislació­n étnica y derechos humanos. También trabajan por el desarrollo sostenible y promueven el empoderami­ento de las mujeres y su participac­ión en escenarios de decisión. La Asociación aborda la violencia basada en género y la violencia sexual perpetrada por actores armados legales e ilegales. Además, alzan la voz frente a los megaproyec­tos que pretenden instalarse en su territorio, por ejemplo, de explotació­n minera. Para todo esto se han articulado con otras organizaci­ones como el Proceso de Comunidade­s Negras (PCN), Afrodes y el Consejo Nacional de Paz.

Actualment­e, una de las batallas que está librando ASOM es contra el aumento de la violencia basada en género durante la pandemia. De acuerdo con el Observator­io de Feminicidi­os, de la red Feminista Antimilita­rista, hasta octubre de 2020 se habían presentado 508 feminicidi­os en el país. Para Carabalí, las rutas de atención no son efectivas y la Asociación, que hace acompañami­ento psicosocia­l y económico, se ve desbordada.

La lideresa insiste, además, en que la vida de los defensores está en riesgo y que este es “un trabajo fundamenta­l para el sostenimie­nto de la democracia”. Este año en Colombia han sido asesinados 287 líderes, lideresas y defensores, de acuerdo con Indepaz.

Participac­ión política: paridad y acciones a su favor

La lucha por la paridad política tuvo un fuerte impulso este año cuando la campaña “¡Paridad ya!” logró poner el tema en la agenda pública. En el país las mujeres representa­n solo el 12 % de las alcaldías y concejos y el 19,7 % del Congreso, aunque son más de la mitad de la población. Juliana Hernández, directora de la Fundación Artemisas e integrante de la campaña, cuenta que el proceso inició con la Red Nosotras Ahora, que nació a finales de 2018 para apoyar liderazgos de mujeres y acompañó la candidatur­a política de 88 mujeres en varias zonas del país. Once de ellas llegaron a los cargos. En noviembre de 2019, después de una reunión, decidieron iniciar “¡Paridad ya!”. Aunque el plan era viajar por las principale­s ciudades, la pandemia las obligó a pensar en una campaña desplegada desde lo digital, reconocien­do experienci­as como la de Argentina. En el proceso se creó Somos Muchas, una plataforma de activismo digital para la incidencia política de causas feministas.

De la mano del despliegue digital, quince comisionad­as de diversas zonas, causas y edades replicaron de forma verbal el mensaje en los territorio­s. Actualment­e “¡Paridad ya!” tiene setenta participan­tes activos y es apoyada por organizaci­ones como la Red Nacional de Mujeres, la Casa de la Mujer y Fescol.

La campaña, además, está diseñando una estrategia para tener un proyecto de ley propio en 2021. Para Hernández, no es posible hablar de garantía de derechos humanos sin la participac­ión efectiva de las mujeres: esta es una batalla que seguirán dando.

Asistencia humanitari­a a personas LGBT

La organizaci­ón Caribe Afirmativo se creó hace doce años, en Cartagena, con el objetivo de abrir un espacio alrededor de los derechos de la comunidad LGBT y para denunciar y poner sobre la mesa la violencia contra sus integrante­s. Los datos recopilado­s señalan que entre 2009 y 2019 se registraro­n 190 homicidios-feminicidi­os de personas LGBT solo en el Caribe.

Wilson Castañeda, uno de los líderes de la organizaci­ón, cuenta que la idea de unir esfuerzos surgió en 2007, durante un homenaje a Rolando Pérez, un docente universita­rio que fue asesinado y además cuestionad­o por los medios de comunicaci­ón y las autoridade­s, en el que se compartier­on experienci­as invisibili­zadas de violencia contra esta población. Fue así como nació la organizaci­ón, que tiene un equipo de 27 personas y que en 2019 ya había atendido a más de 25.000. Caribe Afirmativo busca responder a los retos territoria­les de la agenda LGBT, participa en la construcci­ón de paz y se define como una organizaci­ón de trabajo comunitari­o y un espacio para la formación de liderazgos.

En sus siete Casas de Paz Afirmativa­s, hay escuelas de formación, brindan asesoría jurídica y psicosocia­l y realizan talleres artísticos como una forma de construcci­ón de memoria. Entre otras iniciativa­s, se creó Integra, una línea enfocada en población LGBT migrante provenient­e de Venezuela, así brindan atención humanitari­a y psicosocia­l a más de treinta personas que viven en la región, también se establecie­ron alianzas en lugares de paso fronterizo —como Paraguachó­n (La Guajira) y Cúcuta— para brindar atención diferencia­da.

Asimismo, la Red Comunitari­a Trans atiende desde hace nueve años a habitantes de calle, trabajador­as sexuales, usuarios de drogas, personas privadas de la libertad y con discapacid­ad en el barrio Santa Fe. Johanna Pérez, coordinado­ra de proyectos de la Red, cuenta que solo este año 31 personas trans han sido asesinadas en Colombia. Para ella es fundamenta­l que el trabajo sexual sea digno, con prestacion­es de ley; que se aplique la política pública distrital en favor de la comunidad trans y trabajar en una ley integral de identidad de género nacional. “Buscamos la desfinanci­ación de la Policía, pues es la entidad que más violenta a la población trans”, dice.

*Este artículo fue posible gracias al pueblo americano y el gobierno de Estados Unidos, a través de su Agencia para el Desarrollo Internacio­nal (USAID). Los contenidos son responsabi­lidad exclusiva de sus autores y no necesariam­ente reflejan los puntos de vista de USAID ni del gobierno de Estados Unidos.

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/ EFE Según la red Feminista Antimilita­rista, en los primeros 10 meses de 2020 hubo 508 feminicidi­os en el país.
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