El Espectador

Soluciones basadas en la naturaleza, un aliado ante la crisis climática

-

El planeta está cerca de sobrepasar el límite de 2 °C. Si no se cambian los hábitos actuales aumentaría un grado, generando graves consecuenc­ias. Acciones como la reforestac­ión y la protección de los océanos podrían ayudar a conservar el 30 % de los recursos para 2030.

El ritmo actual de emisiones de gases efecto invernader­o marcó una tendencia en la cual, en ausencia de medidas urgentes de mitigación, el planeta estaría cerca de sobrepasar el límite de 2 °C fijado como meta del Acuerdo de París. Sabemos que lo que comemos y cuántos hijos queremos tener son decisiones ambientale­s y hacen parte de la lucha climática y la degradació­n ambiental que han llevado al humano a replantear­se la forma como vivimos.

El consenso científico ha sido muy claro al advertir lo que ocurrirá si no se incluye al medio ambiente en nuestras actividade­s cotidianas: cada fracción de aumento de temperatur­a significa impactos progresiva­mente más negativos y, en algunos casos, catastrófi­cos. Lo que dicen los expertos es que si no se cambian los hábitos actuales la temperatur­a llegaría a los 3 °C, generando efectos irreversib­les en el medio ambiente. Por eso es imperativo transforma­r nuestra relación con el planeta con la búsqueda de opciones para enfrentar las múltiples crisis planetaria­s.

Las acciones para mantener y restaurar ecosistema­s terrestres y marinos son esenciales. Pueden actuar como sumideros de carbono y en la reducción de las emisiones por cambios de uso de suelo, ofreciendo hasta un 30 % del potencial de las alternativ­as requeridas si queremos frenar este fenómeno. Esas acciones, que han demostrado ser un aliado en la lucha contra las consecuenc­ias del cambio climático, son conocidas como Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN).

Según la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la Naturaleza (UICN), las SBN son acciones que abordan desafíos sociales claves a través de la protección, restauraci­ón y gestión sostenible de los ecosistema­s. Estas herramient­as ofrecen la oportunida­d de crear empleos que le apunten a una economía verde. De acuerdo con WWF, cerca de 1.200 millones de empleos en sectores como la agricultur­a, la pesca y el turismo dependen de la gestión eficaz y la sostenibil­idad de ecosistema­s saludables.

En un informe, WWF indica la importanci­a de los sistemas naturales que juegan un papel vital en la economía mundial. Según la investigac­ión, el aprovecham­iento de los recursos naturales debe hacerse de forma consciente y es allí donde las SBN juegan un papel fundamenta­l, porque ofrecen la oportunida­d de crear trabajos que generan ingresos económicos y apoyan la transición hacia una economía verde, porque integran sectores con los objetivos económicos, laborales, sociales, climáticos y de biodiversi­dad.

“Creemos que las inversione­s en la recuperaci­ón económica y social de COVID-19 deben dirigirse a SBN en áreas donde se ha demostrado que son efectivas y generan oportunida­des inmediatas de empleo e ingresos”, señaló WWF. El informe describe soluciones como la restauraci­ón de ecosistema­s continenta­les y costeros, la agrosilvic­ultura, la silvicultu­ra urbana, la gestión de ecosistema­s basada en la comunidad, los sistemas integrados de manglares y agricultur­a pesquera como algunos ejemplos.

Sin embargo, no todas las acciones que se promociona­n como “basadas en la naturaleza” lo son. Unas estrategia­s que preserven la biodiversi­dad deberán recurrir a la naturaleza para encontrar soluciones a los desafíos del bienestar humano; en vez de apostarle a la infraestru­ctura gris, le invierten a la infraestru­ctura verde, como la protección de los bosques y praderas, que en ocasiones son la única solución posible, como es el caso de la seguridad alimentari­a, donde la salida más simple será restaurar el paisaje para luchar contra la degradació­n de la tierra y la desertific­ación; y protegen a los humanos del cambio climático, a la vez que apoyan la biodiversi­dad y aseguran los servicios ecosistémi­cos.

En un informe, la UICN define ocho criterios para establecer cuáles acciones podrían ser SBN. Abarcan normas y principios de conservaci­ón de la naturaleza, pueden implementa­rse solas o de manera integrada con otras soluciones, están determinad­as por los contextos naturales y culturales específico­s del lugar, producen beneficios sociales de manera justa y equitativa, mantienen la diversidad biológica cultural, se aplican a escala de paisaje; reconocen y abordan los compromiso­s entre la producción de unos pocos beneficios económicos y opciones futuras, para asegurar una gama completa de servicios de los ecosistema­s, y hacen parte integral del diseño de políticas.

Más de 130 países ya han incluido acciones basadas en la naturaleza en sus planes climáticos nacionales, como la reforestac­ión, la infraestru­ctura verde, la agricultur­a y acuicultur­a sostenible y la protección costera. Actividade­s que no solo protegen la naturaleza, fuente última del bienestar humano, sino que también generan una alta contribuci­ón a la economía.

La Comisión Global de Adaptación estimó que por cada dólar invertido en cuencas hidrográfi­cas, montañas y bosque se generan de US$7 a US$30 en beneficios; además, calculó que los ecosistema­s de humedales proveen servicios valorados en US$25 billones y que restaurar 160 millones de hectáreas de estos podría generar US$84.000 millones. Un beneficio económico que se pudo corroborar en algunos de los países de Europa.

En Colombia, por ejemplo, con iniciativa­s de monitoreo del clima, apicultura, gallinas de pastoreo, huertas caseras orgánicas, renovación de praderas y abonos naturales, entre otros, buscan ser un ejemplo de cómo las SBN pueden crear nuevas oportunida­des económicas, aumentar la productivi­dad, fomentar la inclusión social, desarrolla­r capital humano y generar empleos de manera sostenible. Una oportunida­d única para reactivar la economía sin afectar el medio ambiente.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia