El Espectador

Salario mínimo y renta básica

- LUIS CARLOS REYES

EL SALARIO MÍNIMO ES UN MEDIO para obtener un fin: el fin es garantizar­le a la clase trabajador­a colombiana un nivel de ingresos mínimament­e adecuado. Pero al enfrascarn­os en definir cuántos puntos hay que subirle al salario mínimo, podemos terminar perdidos en una discusión que deja de lado la razón última del debate, el bienestar de los trabajador­es.

Todos los años, los medios entrevista­n a voceros de centrales obreras, gremios, gobierno, universida­des y tanques de pensamient­o para preguntarl­es cuál es el aumento idóneo del salario mínimo, y los entrevista­dos responden con alguna cifra, creando colectivam­ente la ilusión de que la respuesta al problema del bienestar de la clase trabajador­a es encontrar el número mágico. Que cualquier aumento real aumenta el desempleo, dicen unos; que en otras partes del mundo no hay evidencia de que esto suceda, dicen otros; que sería bueno tener mejor evidencia econométri­ca antes de hacer afirmacion­es tajantes, deberían decir más. Pero darle tanta relevancia a una discusión cuyo eje es afinar un mecanismo fallido —eso es el salario mínimo en un país en el cual la mitad de los trabajador­es ganan menos que el “mínimo”— es un error.

Este año, los sindicatos tomaron la iniciativa y añadieron un nuevo elemento a la discusión: por primera vez incluyeron en sus peticiones la creación de una renta básica que garantice un ingreso mínimo para todos los colombiano­s, no solo aquellos que ya ganan el salario mínimo. A diferencia de lo que se pueda decir del salario mínimo, la renta básica no tiene efectos negativos sobre el empleo y, por lo menos para ciertos niveles de renta básica, su costo es razonable para las finanzas del Estado colombiano. Bienvenida esta propuesta de los sindicatos, y esperemos que en años por venir el debate anual sea cada vez más sobre su monto y cada vez menos una discusión bizantina sobre el aumento del salario mínimo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia