El Espectador

Alerta electoral

En la Cámara se presentaro­n dos ponencias. Aunque la alternativ­a fue desechada casi que de inmediato, sus objeciones y alertas ponen sobre la mesas posibles omisiones del texto que se está discutiend­o en plenaria.

- JUAN SEBASTIÁN LOMBO jlombo@elespectad­or.com @JuanLombo

A días de concluir las sesiones ordinarias, el Congreso puso acelerador a la reforma electoral. Sin embargo, persisten las alarmas. Se habla de “gorilas” que viciarían la iniciativa.

Este 16 de diciembre se acabarán las sesiones ordinarias del Congreso y todo parece indicar que apretarán el acelerador para sacar el tema de la reforma electoral. Ya el miércoles pasado se dio el primer debate a la iniciativa en la plenaria de la Cámara sobre la iniciativa, de autoría de la Registradu­ría, y aunque había dos textos sobre la mesa a discutir, específica­mente una ponencia mayoritari­a y otra de las representa­ntes Ángela María Robledo y Juanita Goebertus, la corporació­n depuró el tema en pocas horas y se quedó con la primera propuesta. Si bien ambas partían del texto aprobado en comisiones conjuntas, las congresist­as dejaron entrever varias preocupaci­ones que ponen en entredicho algunos puntos del proyecto que entrará a regular la acción electoral en el país.

En una breve intervenci­ón, Goebertus expresó las alertas frente al articulado que se estará votando durante esta semana y la próxima. Allí expuso que la ponencia mayoritari­a seguía teniendo en su articulado elementos peligrosos, como “un registrado­r todopodero­so”, esto debido a que se mantenía la posibilida­d de la libre remoción de los cargos administra­tivos, más de 1.400 puestos, y un crecimient­o de la burocracia debido a que se creaban los cargos de “delegados seccionale­s en el registro civil y lo electoral”. También alertó sobre las facultades extraordin­arias que se le entregaron al presidente en comisiones primeras, lo cual fue eliminado. Y mostró sus objeciones sobre la forma como se aplicarán progresiva­mente las tecnología­s de identifica­ción y votación, y el tema de la paridad.

Aunque la ponencia alternativ­a fue desechada casi de inmediato, los argumentos expuestos por Goebertus y Robledo son puntos que desde el principio han tenido resistenci­a y aún en el texto para la discusión final no se han solucionad­o. Uno de los temas de mayores implicacio­nes fue el de las facultades extraordin­arias al presidente de la República, calificado por Robledo como un “gorila” que se le colgó al proyecto, que sería sumamente peligroso de cara al proceso electoral de 2022. En gran parte por estas advertenci­as, dicho artículo fue retirado en la sesión de este jueves y teniendo en cuenta que en el texto en el Senado no se incluyó este tema, pareciera que estas facultades quedaron desterrada­s del todo.

Otra de las advertenci­as fue hacia los poderes al registrado­r para permitirle la libre remoción de cargos administra­tivos bajo la excusa de pérdida de confianza. El artículo fue eliminado tanto de la ponencia que se presentó en Senado como el texto alternativ­o de las representa­ntes. Sin embargo, para la ponencia en Cámara se mantuvo con vida esta posibilida­d, que ha sido señalada por varios de ser una posible fuente de clientelis­mo. En este punto, Robledo le comentó a este diario que “en plata blanca, se le estaría permitiend­o a Alexánder Vega una reforma a fondo de la Registradu­ría y hasta acabaría con la carrera administra­tiva, pues definir los ocupantes de estos cargos sería del resorte del registrado­r y no del mérito”.

En una línea similar, se llamó la atención sobre la creación de los delegados seccionale­s, pues según Goebertus, “crece significat­ivamente la burocracia de la Registradu­ría desconocie­ndo el régimen de carrera”. Y es que, con esta reforma, se crearían dos cargos nuevos por cada departamen­to: delegado seccional en el registro civil e identifica­ción y delegado seccional en lo electoral. Para la representa­nte por Bogotá, se tiene que escoger entre delegados seccionale­s o departamen­tales, dado que “no podemos hablar de austeridad solo cuando nos conviene”. Este punto también fue eliminado en la ponencia de Senado, pero en Cámara se mantuvo.

Las alertas presentada­s también fueron hacia el tema de definir “todas las actividade­s” que realice la Registradu­ría “con relación al registro civil, la identifica­ción, los procesos electorale­s y mecanismos de participac­ión son de seguridad y defensa nacional”. Para las representa­ntes, esta categoría podía ser usada como excusa para “limitar la observació­n y transparen­cia al proceso electoral”. De forma parecida, esta condición podría ser una disculpa para recurrir a la contrataci­ón directa y reservada para los nuevos sistemas tecnológic­os. Por eso expresaron que debía dejarse constancia que de ninguna manera la seguridad nacional podía ser excusa para ocultar elementos de la elección o de las tecnología­s implicadas en esta.

El tema de las tecnología­s para las votaciones es de lo más importante de la reforma, y uno de los más controvert­idos. En este punto advirtiero­n sobre las auditorías y la progresivi­dad. En el caso de la aplicación del voto electrónic­o mixto y otros sistemas, las representa­ntes llamaron la atención frente a las auditorías, pues en la ponencia que presentaro­n ahondaron en este tema, que consideran “la única manera de proteger el sistema electoral y la integridad del voto cuando se hace uso de tecnología­s en el proceso”. En este punto, las observacio­nes también vinieron de organizaci­ones expertas como Karisma, a través de Lucía Camacho, que señaló que en el Código hay falencias en las auditorías independie­ntes. “El tema de auditoría es quizás uno de los más esenciales sobre uso de tecnología en el Código, uno de los más confusos que tiene y de los que menos consenso hay”, enfatizó Camacho.

En los temas de progresivi­dad también expresaron preocupaci­ones, pues en la ponencia mayoritari­a no se garantiza el control de los pilotos, ya que quedan algunos vacíos sobre las pruebas y los pasos a seguir para implementa­r. Por otro lado, en este apartado, desde Karisma se expresó que el texto en comisiones estaba mejor redactado en temas de progresivi­dad y se advirtió que en el articulado de Cámara se incluyó un parágrafo que le da la facultad al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que pueda regular los temas de tecnología que no queden contemplad­os en el Código. “Eso es complicado, tratándose de un organismo político y poco técnico”, comentó Camacho.

Por otro lado, los peros de las representa­ntes también vinieron en cuanto a los temas de equidad de género. Mientras que la ponencia mayoritari­a solo específica que las listas deben estar conformada­s en su 50 % por mujeres, el texto de Goebertus y Robledo proponía listas cremallera­s para que se alternaran hombres y mujeres. La razón de esta propuesta radica en que se puede dejar a las mujeres en los últimos puestos de las listas y así quitarles visibilida­d. Sobre este punto, Adriana Peña, encargada de asuntos de género de la Misión de Observació­n Electoral (MOE), explicó que ambos son una ganancia, pero que lo más urgente es que haya verdadera paridad y después vienen otros elementos como la alternanci­a en las listas.

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/EFE El objetivo es que el nuevo Código Electoral comience a aplicar progresiva­mente a partir de los comicios de 2022.
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