El Espectador

Océano Pacífico: arca de secretos

- A MANO ALZADA FERNANDO BARBOSA

HACE 500 AÑOS, EL MIÉRCOLES 28 DE noviembre de 1520, Antonio Pigafetta anotó en su relato sobre el primer viaje alrededor del mundo lo siguiente: “Dejamos el estrecho para entrar en el mar Pacífico. Durante tres meses y 20 días no pudimos conseguir alimentos frescos. Comíamos bizcocho a puñados, aunque no se puede decir que lo fuera porque era sólo polvo mezclado con gusanos que se habían comido lo mejor y lo que quedaba apestaba a orines de ratas”. Magallanes y su expedición habían encontrado el canal natural que une el Atlántico con el Pacífico y era el mismo mar del Sur descubiert­o por Vasco Núñez de Balboa el 29 de septiembre de 1513.

La expedición emprendida por Magallanes y culminada por Elcano, al ser la primera en alcanzar con éxito la vuelta completa al globo terráqueo, se convirtió en un hito. Había salido de Sevilla el lunes 10 de agosto de 1519, a donde regresaría otro lunes, el 8 de septiembre de 1522 después de grandes vicisitude­s, incluida la muerte violenta de Magallanes en Filipinas.

Con el Tratado de Tordesilla­s de 1494, el Pacífico había quedado expósito. En esto medió un imponderab­le: el mar del Sur no se conocía por entonces. Fue a partir de la expedición de Magallanes que se hizo imperioso decidir quién dominaría el nuevo océano. El asunto fue resuelto a favor de España por el Tratado de Zaragoza, lo que obligó a los españoles a buscar una ruta para el tornaviaje hacia América que solamente logró descubrirs­e en 1565. A partir de entonces se estableció el periplo entre Filipinas, Japón, México y Perú, servido por el Galeón de Manila. Esta travesía, además de alimentar intercambi­o legal de mercadería­s entre Asia, América y Europa, también abrió la vía del contraband­o que la nave llevaba subreptici­amente a Panamá.

Si el mar Mediterrán­eo fue el mare nostrum, un mar cercano, el Pacífico ha sido un océano de lejanías. El sueño de unir a Europa con Asia navegando hacia el occidente, no se cumplió. La suerte ha sido esquiva. Esta enorme masa de agua, una tercera parte de la extensión de la tierra, es un señorío de soledades. Salvo los 13 países ribereños de América, los 17 situados en el Asia Occidental, más Australia y Nueva Zelandia, los demás correspond­en a 14 de Oceanía y a 9 territorio­s dependient­es que pertenecen a Australia, Nueva Zelandia, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Una mirada al mapa nos deja la imagen de un gran vacío que no se ha podido descifrar, abrazado en el occidente por el continente asiático y en el oriente por el americano.

En estos cinco siglos, América y Asia no han logrado avanzar con decisión y de manera equilibrad­a por la ruta del Pacífico. Y ahora el nuevo ímpetu de desarrollo, en idéntica dirección a la de Magallanes, es decir, de oriente a occidente, lo impulsa China, pero dándole la espalda al Nuevo Océano. Es la iniciativa de la Franja y la Ruta planteada sobre el mismo corredor donde se formaron históricam­ente los grandes imperios de Europa, del Medio Oriente y de Asia. Pareciera que la esperanza estuviera anclada en las profundida­des desconocid­as del Pacífico que insisten en resguardar sus secretos. Habrá que soñar con que, en esta época de tanto cambio, encontremo­s allí un nuevo rumbo en el que converja la humanidad entera.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia