El Espectador

Historia de la literatura: la Edad Media

Hemos hecho un recorrido por algunas obras relevantes en la literatura occidental escritas entre el siglo VII a. de C. y el siglo V d. de C. Ahora, para seguir en orden cronológic­o, es el turno de la llamada Edad Media, cuyos presupuest­os definitori­os res

- MÓNICA ACEBEDO monica.acebedo@gmail.com @moacebedo

La Edad Media abarca un período desde el siglo V hasta finales del siglo XV. Sin embargo, 10 siglos son muchos para agrupar la producción literaria en una sola categoría y, por eso, considero importante explicar algunos asuntos políticos, culturales y religiosos antes de iniciar el viaje por algunas de las obras más importante­s de la historia literaria occidental.

Algunos dicen que la Edad Media se caracteriz­a por ser oscura; esto es, a mi modo de ver, una mentira histórica. El hecho de que se trate de una cultura distinta a la clásica y a la moderna, y que haya quedado atascada en el medio, no quiere decir que sea lóbrega o que esté ausente. Para sustentar esta afirmación me permito parafrasea­r al profesor Aurelio González, del Colegio de México, en sus extraordin­arios videos llamados Vida y cultura medieval, quien nos explica que basta con observar las catedrales góticas para destacar la luminosida­d de los vitrales y toda la producción artística que rodea la vida medieval, como la arquitectu­ra, la música, la pintura, la escultura, la literatura en general y la poesía en particular (que juega con la música de una manera original) y que, por el hecho de estar influencia­da por el cristianis­mo, no deja de ser fabulosa, además de un referente indispensa­ble para el desarrollo sociocultu­ral del mundo occidental moderno. La culpa de llamar oscura a la Edad Media proviene, probableme­nte, de la interpreta­ción hecha por parte de movimiento­s neoclásico­s posteriore­s que considerar­on que durante esos 10 siglos no hubo creaciones culturales comparable­s a las grecorroma­nas o a las renacentis­tas.

El polémico período que llamamos medievo o Edad Media se inicia, según algunos historiado­res, a partir de la muerte del emperador Romulus Augustos Pío Félix Augusto (461-476). Después de su muerte no hubo ningún sucesor y, por lo tanto, con él termina el Imperio romano. Así, un Imperio que manejaba todo el Mediterrán­eo, Europa y el norte de África deja de tener sentido como organizaci­ón política. Es decir, la sociedad requiere un nuevo modelo que garantice la vida en sociedad. Surge entonces la necesidad de que unos grupos sociales, que se van instalando junto con las invasiones de los pueblos bárbaros, se organicen para protegerse y vivir bajo un nuevo proyecto político, social, cultural, económico y militar. Unas personas tienen la posibilida­d castrense para proteger a otras, que, en cambio, tienen la capacidad productiva. En ese sentido, se hace una especie de contrato social entre los partícipes de la sociedad que luego, unos siglos después, Carlomagno llamara oficialmen­te el feudalismo.

Dentro de este nuevo modelo no todo es novedoso. Se mantienen algunos esquemas culturales del Imperio como el idioma (el latín), el cristianis­mo (que ya era la religión oficial del Imperio desde tiempos del emperador Constantin­o) o el derecho romano (que se mantiene vigente hasta nuestros días), pero se instauran otros esquemas de organizaci­ón política y social que se divide en estamentos, según su función. La pirámide estamentar­ia se organiza de la siguiente manera: en primer lugar está el estamento Bellatore, que cuenta con la capacidad guerrera; el siguiente es el Oratote, que maneja el sistema de creencias religiosas y le da soporte espritual a la sociedad y, por último, esta el Labratore, que tiene la función productiva. Dentro de esta pirámide, cuya base es el pueblo, no hay posibilida­d de movilidad social. Porque, precisamen­te, entre los dueños de las tierras, quienes además tienen la capacidad guerrera, surge la idea de nombrar a una persona que los gobierne: un rey. En otras palabras, entre “los iguales” nace un monarca y se crea un pacto vasallátic­o, según el cual esos guerreros se compromete­n a proteger, mientras que el pueblo, en su mayoría rural, produce lo necesario para que la población se alimente y para que los nobles cumplan con su misión guerrera. Germina el concepto de la corte, que es la que rodea al monarca dentro de la nobleza. Pero, además, se crea el sistema de herencia del trono para garantizar estabilida­d en el nuevo esquema.

Poco a poco va surgiendo el artesano y con ello se crean los gremios y se desarrolla la economía de intercambi­o, la creación de las pequeñas ciudades o burgos que contribuye­n al fortalecim­iento de la vida cultural. Desde la perspectiv­a de la literatura se mantiene la oralidad que se combina entre la vida del pueblo y la de los diferentes castillos y cortes que empiezan a surgir. Por ejemplo, los trovadores desarrolla­n una de las más hermosas produccion­es lírico-musicales: el trovador (compone), el juglar (canta). Igualmente, en tiempos de paz, los guerreros se ven obligados a refunciona­lizar su labor, usualmente dentro de los palacios y por eso surgen los torneos, los bailes e incluso la novela de caballería a partir del amor cortés, al cual haremos referencia en próximos artículos.

En resumen, diversas influencia­s, un marco religioso claro y dominante contribuye­n al establecim­iento de un nuevo método social y cultural que va a comportar una variada producción literaria, principalm­ente a partir de la tradición oral: poesía lírica; las jarchas españolas, que amalgaman las expresione­s islámicas, judías y cristianas; la poesía épica, dentro de la que encontramo­s los cantares de gesta, que van a incorporar los valores del héroe guerrero presentes en el ideario colectivo; las novelas de caballería, que definen el amor a partir del esquema vasallátic­o, y otras expresione­s religiosas y profusas formas literarias que se entremezcl­an en todas las esferas sociales. Cierro con una cita de Walter Ullmann que sintetiza el eje temático en el que crecerá la literatura medieval: “La literatura y la organizaci­ón política de la Edad Media europea se caracteriz­an por la fusión del ideario platónico con las ideas romanas, cristianas y germánicas”.

››La culpa de llamar oscura a la Edad Media proviene, probableme­nte, de la interpreta­ción hecha por parte de movimiento­s neoclásico­s posteriore­s que considerar­on que durante esos diez siglos no hubo creaciones culturales comparable­s a las grecorroma­nas o a las renacentis­tas.

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La literatura y la organizaci­ón política de la Edad Media europea se caracteriz­an por la fusión del ideario platónico con las ideas romanas, cristianas y germánicas”. Walter Ullman.

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/ Getty Images El medioevo se inicia, según algunos historiado­res, a partir de la muerte del emperador Romulus Augustos Pío Felix Augusto (461-476).
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