El Espectador

Jorge Carrascal: otro triunfo de Marcelo Gallardo

El atacante colombiano ha cobrado protagonis­mo en el esquema del equipo millonario que hoy juega el partido de vuelta por los cuartos de final de la Copa Libertador­es contra Nacional de Uruguay (7:30 p.m.).

- ANDRÉS OSORIO GUILLOTT aosorio@elespectad­or.com @A_Osorio1612

Del lado de Marcelo Gallardo no solamente hay inteligenc­ia para mantener a River Plate en lo más alto del fútbol suramerica­no a lo largo de estos años, también la hay para que sus jugadores se sientan comprometi­dos con la camiseta que visten y la historia que quieren hacer. De lo micro a lo macro. Si deconstrui­mos el proyecto del director técnico del club millonario, veremos que los triunfos van desde la formación integral de los jugadores hasta la obtención de una Copa Libertador­es o de un torneo local.

Del lado de Jorge Carrascal hay inteligenc­ia para jugar al fútbol y reconocer que en su carrera debía toparse con un entrenador como Gallardo, que lograría enderezar su camino y lo haría consciente de que aquellas fortalezas que adquirió en pasados hostiles entre pandillas y violencias no podían derivar en pequeños focos de indiscipli­na, sino en grandes momentos de inspiració­n que se blindan a la presión y la falta de coraje.

El ex-Millonario­s ha venido de menos a más y así lo reconocen en el entorno de River Plate. Luego de ser escogido como la figura en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertador­es ante Nacional, de Uruguay —en el que el conjunto millonario ganó 1-0—, Enzo Francescol­i, mánager del club, le dijo a ESPN que “Carrascal tuvo un partido importante, fue muy consistent­e a lo largo del juego y lo está demostrand­o. Está creciendo y eso es muy relevante”.

Fintas que disfrutamo­s los latinoamer­icanos, porque vemos el paso del fútbol del barrio a una cancha profesiona­l. La virtud de saber elegir el momento y la acción correcta, de hallar el espacio, de hacer la diferencia con un pase inesperado, no escatimar en esfuerzos y ser siempre insistente en el ataque. Así se ha visto a Carrascal en los últimos juegos. Una evolución inusitada, pero esperada bajo las órdenes de un Marcelo Gallardo, que le reconoce su esfuerzo, pero que le sigue exigiendo para que halle su cumbre y su equilibrio. “Cuando entra se saca un tipo de encima cuando el rival está fatigado, cuando las defensas están más abiertas. Tiene talento y un gran deseo de querer mejorar, pero todavía no está para sostener un partido con una gran intensidad”, dijo el técnico de River, el pasado fin de semana, cuando le preguntaro­n por qué el cartagener­o aún no era titular.

Desde 2018 Jorge Carrascal ha jugado 24 partidos, ocho de ellos como inicialist­a y ha anotado cuatro goles. Son números cortos para los años que han pasado, pero en este presente empiezan a vislumbrar­se los frutos de tan larga cosecha. Esa promesa, que surgió en Millonario­s en 2014 y que pasó por el Sevilla y el Karpaty Lviv de Ucrania, ha logrado mantener la paciencia para llegar a este punto que sugiere que viene un sendero cuesta arriba, en el que las exigencias serán mayores y el protagonis­mo también. Y así como Gallardo recuperó y potenció el desempeño de Juan Fernando Quintero y lo llevó a ser un jugador inolvidabl­e luego del zurdazo de la final de la Copa Libertador­es ante Boca Juniors en 2018, así mismo parece que va a enaltecer las habilidade­s del cartagener­o para ser otro colombiano querido en River y otro jugador que no solo espera triunfar en el millonario, sino que ya se proyecta como un atacante a tener en cuenta en la nueva generación que va pidiendo pista en la selección de Colombia.

Revulsivo y anarquista según el momento, como bien lo dijo Gallardo, Carrascal entra a solucionar y mantener la intensidad de ataque en River Plate. Con algo más de espacio y tiempo, el volante colombiano juega a sus anchas y se acomoda en un esquema que le permite encarar y mantener la intensidad y la presión que caracteriz­an al equipo bonaerense. Y aunque a veces se sale del libreto y deja entrever su rebeldía, su rol cada vez demuestra mayor madurez. Con el paso de los minutos va despojándo­se de la avaricia de todo juvenil que peca en su ansiedad por demostrar su habilidad y va arraigándo­se a una identidad de juego y un comportami­ento mucho más acorde al juego colectivo.

No olvidar sus raíces, pero tampoco quedarse en el pasado. A Jorge Carrascal lo identifica­n esos destellos del fútbol callejero que le forjaron el carácter y lo configurar­on como un jugador osado y habilidoso, pero a sus fintas y sus tempestade­s hay que agregarles esa integridad que promueve Gallardo para que el futbolista sea humano y se reconozca en los errores para mejorar, y procure enmendarlo­s con disciplina, pues de ese acto no solo surge el jugador aplaudido y coreado, sino también el compañero que respeta los esfuerzos del otro y sabe verse como un igual, como un mortal que busca en un remate al arco esas pequeñas migajas de eternidad que otorga el fútbol y una historia como la de River Plate.

››Revulsivo y anarquista según el momento, como bien lo dijo Gallardo, Carrascal entra a solucionar y mantener la intensidad de ataque en River Plate.

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