¿Quién escribió las obras de Shakespeare?
Shakespeare es a la lengua inglesa lo que Cervantes es a la española y además para muchos es el más grande dramaturgo que haya existido. Pero mientras que Cervantes nunca ha sido discutido, cada cierto tiempo aparecen teorías que afirman que las obras atribuidas a Shakespeare no fueron escritas por él, sino que algún contemporáneo, para ocultar el suyo, usó el nombre del que en sus tiempos solo fuera un humilde actor. Las bases de estas afirmaciones son que Shakespeare era un aldeano de origen humilde que no tenía ni la educación ni la familiaridad con los usos cortesanos que muestran sus obras. El verdadero autor no quería que se conociera su identidad, según esas teorías, porque era una persona de alto rango social y por eso decidió permanecer en el anonimato y usó el nombre de Shakespeare para firmar su producción.
Son varios los candidatos a quienes atribuyen la creación del teatro y poesía shakespeariano. Uno de ellos, el que aparece con mayor frecuencia, es Edward de Vere, conde de Oxford, de quien dicen que, como era noble, quería ocultar la vergüenza de dedicarse al teatro. Otro autor que ha sonado es Francis Bacon, que no quería opacar sus obras científicas con las literarias. Otros han propuesto a Stanley, conde de Derby, de quien consta una gran afición al teatro, e incluso a Christopher Marlowe, un dramaturgo contemporáneo y rival de Shakespeare, que murió en una riña de taberna, aunque en este último caso se podría preguntar la razón por la cual un autor reconocido, que había presentado cantidad de dramas, atribuiría sus obras a un rival. Dentro de estas teorías, hay además varias docenas de personas adicionales de quienes han dicho que son los verdaderos autores de lo que se atribuyó a Shakespeare.
La realidad es que en sus tiempos Shakespeare no era considerado un autor excepcional, ya que ese puesto solo se lo dio la posteridad. Fletcher, Ben Jonson y Beaumont, otros dramaturgos de la época, eran en esos tiempos tan populares como Shakespeare o más. Fue siglo y medio después de su muerte cuando se reconoció la gloria del insigne autor y fue entonces cuando comenzaron todas esas teorías que buscan creadores alternos para su obra.
Lo malo de esas teorías es que muchos las toman en serio, pero si uno va al fondo del asunto es claro que hay elementos discriminatorios, en especial en eso de que una persona del pueblo no es capaz de escribir lo que un noble sí podría. Hoy en día son pocos los que toman en serio lo de que Shakespeare no escribió sus obras, pero un grupo reducido de fanáticos ha logrado que la polémica continúe.